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Las virtudes de la vejez
“La virtud aristotélica, es la fuente de las mejores acciones y pasiones del alma; es capaz de disponernos a realizar los mejores actos y a obrar, bien y siempre mejor, de acuerdo con la recta razón que es elegida desde una posición intelectual denominada prudencia; encargada de unir el conocimiento y la acción. Aristóteles dice que a ser virtuoso se aprende con el ejercicio de los hábitos buenos, con formación, con experiencia y tiempo para ejercitarse en ellas. Además las acciones de acuerdo con la virtud serán por sí mismas agradables si el hombre virtuoso juzga rectamente; es así como la felicidad para el Estagirita radica en vivir y actuar bien siendo la actividad del hombre bueno, por sí misma: buena, agradable y feliz, por lo que se encuentra relacionada con la virtud y con las acciones del hombre virtuoso”[1].
Esta definición se puede relacionar con la idea o concepción que tienen los japoneses con respecto al “Transitar por la vida”, percibida como un camino que se recorre para alcanzar la perfección. En términos generales, un japonés ve la vida como un “Camino” (道) de aprendizaje, y realizará las tareas que se le presenten aceptando los errores y aciertos como partes de este proceso de la “Búsqueda hacia el mejoramiento”. Un japonés pensará: “Siempre se puede mejorar”. A este modo de ver la vida, se le debe sumar la actitud mediante la cual enfrenta las tareas diarias: “Hacer algo con todo el esfuerzo; con todas las fuerzas” (一生懸命に), como un elemento de esta búsqueda constante para alcanzar la perfección. Este “Isshoukenmeini” (Hacer algo con todo el esfuerzo; con todas las fuerzas), según su pronunciación en japonés escrita en romaji, se evaluará al final del camino (vida). Un camino se construye en base a pruebas y errores y se va perfeccionando con los años y sólo éstos otorgan la experiencia y la sabiduría para “evaluar” ese “Isshoukenmeini” en la etapa culminante. La persona mayor mira hacia atrás y ve si dentro de este camino recorrido pudo perfeccionar “Ese hacer” más allá de la actividad en cuestión. Ve el camino transitado, siente el dolor de las piedras, huele el perfume de las rosas con espinas, y puede evaluar lo que él hizo ¿Ha sido útil a la sociedad?, y esa sabiduría le servirá a las futuras generaciones.
“El camino hacia la perfección” (fin) y el “Isshoukenmeini” (conducta o actitud) contiene virtudes especialmente identificadas con la vejez, siendo alguna de éstas: la sabiduría, la longevidad, el respeto, etc. y las mismas tienen su día de celebración en Japón.
El Día del respeto a las personas mayores
El tercer lunes de septiembre se celebra el “Día del respeto a las personas mayores”, que coincide con el “Happy Monday” y la “Silver Week”, feriado largo de descanso.
De acuerdo a un artículo publicado por una empresa dedicada a la venta de flores: “E flora”[2], el “Día del anciano” comenzó en el año 1947 (Showa 22), en el pueblo de Nomadani, distrito de Taka, prefectura de Hyogo con el objeto de: “Cuidamos de los ancianos, construyamos un pueblo para valernos de la sabiduría de ellos”[3].
Además, según se detalla en el artículo, se estableció que este día fuera el 15 de septiembre, temporada de buen clima y de descanso para los agricultores.
En el año 1948 (Showa 25) esta celebración se extendió gradualmente desde la prefectura de Hyogo hacia todo Japón.
En el año 1966 (Showa 41) se decide una mejor forma de llamarlo por eso su denominación cambió a “Día del respeto a las personas mayores”.
En cuanto al origen, el artículo detalla dos teorías asociadas a este día de celebración. Una está relacionada con un evento antiguo, donde el Príncipe Shotoku construyó el 15 de septiembre el templo Hidenin dentro de otro llamado Shitenno, que en la actualidad es un asilo de ancianos. La otra teoría se basa también en un hecho de la época remota –año 717- en que la Emperatriz Gensho estableció la visita imperial a la cascada de Yoro. En la actualidad situada en la prefectura de Gifu y es considerada: “Cascada de medicina curativa de todo tipo de enfermedades”. Además, se dice que la visita imperial a la cascada dio origen al cambio de era que pasó a denominarse Yoro.
Este día de feriado nacional y de celebración se quiere honrar y agradecer a las personas mayores por la contribución que han realizado a la sociedad, por el aporte de su sabiduría; se celebra su longevidad. Se les rinde respeto y se les otorga afecto; se los cuida. Todo esto contiene un ¡Muchas Gracias!
Ese día se le regala a la abuelita o el abuelito flores, dulces, o quizás, dibujos hechos por sus nietos. Es un día para festejarlo en familia.
La importancia de las personas mayores dentro de la sociedad japonesa se refleja no solo en esta celebración, sino en la vida diaria porque el anciano es un sensei que se respeta y venera por los años de experiencia y sabiduría que es como llevar una mochila llena de virtudes sobre sus espaldas cansadas pero felices de haber vivido una vida sabia.
¡Feliz Día del respeto a todas las personas mayores! 👵🧓🇯🥰
[1] Garcés, L.F. “La virtud aristotélica como camino de excelencia humana y las acciones para alcanzarla”.Discusiones Filosóficas. Jun.-Dic. 2015: 127-146. DOI: 10.17151/difil .2015.16.2.9.
[2] Link consultado para conocer la historia y otra información relativa al “Día del respeto a las personas mayores”: https://www.eflora.co.jp/f_keirou/colum/
[3] Op. Cit. –aprox. al original en japonés y la traducción propia-
Nota: María Florencia Zaia
Ph: Freepik.es
María Florencia Zaia
Nació en Luján, pcia. de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudió japonés por muchos años en el Instituto Privado Argentino-Japonés Nichia Gakuin. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.
