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El Legado de la Escuela Renshukan Kyudokan Argentina

Mario Ramundo, 8º Dan de Karate-Do, es el elegido para suceder al gran Sensei, Pedro Fattore, en esta prestigiosa escuela de Karate-Do y Kobudo. A sus 66 años, tiene el arduo camino de ser el representante de OKINAWA SHORIN-RYU  KARATE-DO KYUDOKAN FEDERATION, Asociación Renshukan. Además de ser técnico mecánico de profesión, ostenta el 8°Dan en Karate y 6°Dan en Kobudo.

¿Cómo fueron sus inicios en la práctica del Karate Do? ¿Por qué eligió el Karate habiendo otras artes marciales?

Los inicios fueron muy duros, se practicaba muy fuerte. Todos aquellos practicantes de la época lo pueden atestiguar. La otra disciplina que existía era Judo, pero no me atraía. Mi atracción principal era el fútbol, como todo chico de barrio.

¿Quién fue su maestro y su modelo?

Mi maestro y modelo fue Benito Higa, por su honestidad, su clarividencia, su claridad, su autoridad, la capacidad que tenía de observar y estudiar a alguien para saber a través de sus movimientos qué tipo de persona era, qué virtudes y defectos tenía. Para mí, Sensei es un faro de guía, una luz en la oscuridad. Yo estuve de 35 a 38 años de vida junto a él. Era muy obsesivo en su práctica, y en lo que hacíamos de forma conjunta. Te llamaba a cualquier hora de la noche y te decía: “Te acordás de esto, no te olvides de esto”. Era una persona caritativa, pero estricta. De eso aprendimos todas las personas que tuvimos la posibilidad de practicar con él. Yo estuve más tiempo con Sensei Benito porque fui su primer alumno.

Sensei Mario Ramundo
Sensei Mario Ramundo

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¿Qué anécdotas lo han marcado a fuego y para toda la vida?

Las anécdotas fueron muchas, como las clases de fin de año o las cenas compartidas con diferentes compañeros, donde uno se ilustraba sobre temas diversos. Pero por encima de todo, el KARATE.

¿Cómo fueron sus experiencias en Japón?

Japón encierra por sí mismo una forma de vivir tan diferente a nosotros, que nos cautiva. Si a eso le agregamos el karate, hace una combinación irresistible. Hay una dicotomía entre lo nuevo, moderno y antiguo, lo enraizado en su historia. Estoy convencido de que cuando vamos a practicar a Okinawa, vamos a recargar pilas y baterías, no sólo desde el punto de vista técnico, sino desde el punto de vista humano. En los dojos y en las calles de Okinawa ronda una especie de espíritu apacible. En todos sus lugares y en todos sus paisajes. Yo creo que la gente que va allá a practicar, va a recibir una oleada de paz interior.

¿Cómo se considera como Karateka?

Como karateka creo que no llegué a desarrollar todo mi potencial. El hecho de empezar a dar clases muy temprano, hizo que no quedara mucho tiempo para uno. Sería distinto si viviera de esta actividad porque podría acomodar los horarios para dedicar más tiempo a mi entrenamiento, y así podría crecer como practicante.

¿Cuáles son sus virtudes y defectos?

Como virtud, creo que soy muy buen observador. Como defectos, soy muy malo con los Keris (patadas).

¿Cómo fueron sus comienzos en la enseñanza?

En mis comienzos en la enseñanza estuve como ayudante del Sensei Benito Higa en YMCA  (Asociación Cristiana de Jóvenes). Con el tiempo fui dando en otros Dojos, ya solo. El enseñar hace que uno aprenda. Del alumno, uno aprende sus inquietudes y sus miedos. Es una responsabilidad grande porque se lo está ayudando para enfrentar la vida.

Izquierda a Derecha: Sensei Mario Ramundo, Sensei Itokazu, Sensei Cristian Lugani
Izquierda a Derecha: Sensei Mario Ramundo, Sensei Itokazu, Sensei Cristian Lugani
En la gala de condecoración por parte de la Prefectura de Okinawa a Itokazu Sensei como tesoro cultural de la isla. En la foto: Noriko-san, esposa del Sensei Minoru Higa y Sensei del dojo Izumizaki en Okinawa; Sensei Minoru Higa; Sensei Mario Ramundo; Sensei Cristian Lugani
En la gala de condecoración por parte de la Prefectura de Okinawa a Itokazu Sensei como tesoro cultural de la isla. En la foto: Noriko-san, esposa del Sensei Minoru Higa y Sensei del dojo Izumizaki en Okinawa; Sensei Minoru Higa; Sensei Mario Ramundo; Sensei Cristian Lugani

¿Qué les inculca a sus alumnos?

Que a través del Karate, el esfuerzo y la constancia que se necesita en esta actividad, nos llegamos a conocer a nosotros mismos y podemos decidir cuál es la meta a la que queremos llegar.

¿Cuáles son sus objetivos en el Karate y en la vida?

Poder instruirme más en la práctica y en el entendimiento del Karate para poder transmitirlo a mis alumnos. En la vida, espero que me de el tiempo para ver crecer a mis nietas.

El Sensei Mario Ramundo tiene el honor y la responsabilidad de conducir la gran Escuela Renshukan Kyudokan Argentina de Karate-Do, con las tradiciones okinawenses a flor de piel. Su gran bondad  y su gran vocación en la enseñanza y en la difusión del Karate lo llevan a tener un papel preponderante,  y a ser uno de los grandes referentes del país por su gran afinidad y consideración en Okinawa, la cuna del Karate Mundial.

¡¡Para este periodista ha sido un gran orgullo haber entrevistado a este gran Sensei!!

Foto de portada: Izquierda a Derecha: Sensei Mario Ramundo, Sensei Minoru Higa, Sensei Cristian Lugani

Acerca de Sergio Miyagi


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