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Disfrutando de una cena con mi familia de Okinawa.

”Crecí como persona”

Las becas son una de las experiencias personales más enriquecedoras para cualquier persona, pero aun más para los jóvenes que van a encontrarse con sus raíces. Hoy, Mailén nos cuenta cómo lo vivió ella en Okinawa.

 

La idea de la beca    …. entrar en contacto con las raíces de uno, aprender de ellas, lograr un intercambio cultural, poder compartir, y transmitir la vivencia….

Mi nombre es Mailén Oyama, tengo 19 años, actualmente me encuentro cursando el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires.

La beca por la cual viajé a Japón se llama “la Beca de los Pueblos”, otorgada por la Municipalidad de Kitanakagusuku, Okinawa y su finalidad es poder entrar en contacto con las raíces de uno, con la cultura, sus costumbres, aprender de ellas, lograr un intercambio cultural; y que eso continúe a lo largo del tiempo, poder compartir, y transmitir la vivencia.

Con mis compañeros de beca Arturo de Perú, Fabio de Brasil y mi tutora Ayano, en Ishigaki-shima.
Con mis compañeros de beca Arturo de Perú, Fabio de Brasil y mi tutora Ayano, en Ishigaki-shima.

Estuve de agosto a noviembre de 2014, y en ese tiempo pude realizar muchas actividades como las clases de japonés, “tougue” (cerámica), odori (baile), taiko (tambores japoneses), sumie (pintura), shodou (caligrafía), sanshin (guitarra japonesa). Las mismas las realizaba de lunes a viernes, tanto en el edificio de la municipalidad como en otros lugares cercanos a éste.

A partir del mes de septiembre comienzan los matsuris en todo Okinawa, tuve el privilegio de poder participar en la mayoría de ellos. Lo que más me impresionó y me maravilló de estos festivales, fueron los fuegos artificiales que tiran al finalizar cada matsuri.

La feliz experiencia   … pude conocer a mi familia, crecí como persona, me nutrí mucho más, me pude encontrar entre ellos, me sentí parte porque ellos me hicieron sentirme de esta forma….
Desde el puente Warumi-oohashi se pueden apreciar bien las islas boscosas.
Desde el puente Warumi-oohashi se pueden apreciar bien las islas boscosas.

Recuerdo como si hubiera sido ayer, antes de subirme al avión para comenzar este inolvidable viaje, los miedos que se me presentaban constantemente, el hecho de llegar a un país con una cultura tan opuesta a la mía, con un idioma que no manejaba , pero instantáneamente una vez pisado la tierra de mis antepasados me hicieron sentir como en casa.

Nunca me hubiera imaginado lo increíble que fue, los aprendizajes que me dejaron cada nueva experiencia. Principalmente pude conocer a mi familia, aprender sus costumbres, tradiciones, creencias, etc.

Yo creo que crecí como persona, me nutrí mucho más, y lo más importante para mí, me pude encontrar entre ellos, me sentí parte porque ellos me hicieron sentirme de esta forma.

No puedo estar más agradecida hacia mi familia que siempre me apoyó en todo momento, hacia la comisión directiva de Kitanakagusuku tanto en Argentina como en Okinawa. Y a toda la gente que pudo compartir esta increíble experiencia conmigo.

 

Vista que tomé en Hamahiga-shima.
Vista que tomé en Hamahiga-shima.

  Algunas fotos más de Okinawa tomadas por Mailén.

Fotos tomadas por Mailén en Okinawa (3)

Fotos tomas por Mailén en Okinawa (6) Fotos tomadas por Mailén en Okinawa (1)

Fotos tomadas por Mailén en Okinawa (4)

Por Mailén Oyama

 

 

 

 


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