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EISĀ: CANTAR Y BAILAR POR LAS CALLES

Los vecinos salen de sus casas sabiendo que salen a emocionarse. Las calles se cierran a los autos. Mujeres y hombres enérgicos recorren el pueblo bailando y haciendo sonar tambores de todos los tamaños. Mientras, las emociones se elevan como en una espiral que alcanza a todos. Quienes no se veían hacía tiempo se reconocen en las veredas hermanados por la danza que circula frente a ellos. Quienes bailan, también viven en el barrio y danzan para los ancestros. Y para sus propios vecinos.

Esta forma de vivir sucede una vez al año en Okinawa: durante el Kyu-bon (festival lunar) en agosto, séptimo mes del calendario lunar. Es una festividad en conmemoración de los antepasados en la cual las familias se reúnen para honrar a los espíritus ancestrales. Hacia el final del período del Kyu-bon, mujeres y hombres jóvenes, por lo general agrupados en una asociación local, desfilan por el pueblo mientras interpretan Eisā. Tocan los tambores, bailan con las manos y cantan acompañados por el sanshin. Los golpes rítmicos, las voces de las cuerdas entremezcladas con las voces de los bailarines y la coordinación grupal construye un espacio-tiempo especial. Una belleza emocional que provoca el deseo de permanecer en ese espacio por siempre. Los festejos continúan así durante toda la noche hasta el día siguiente.

El Eisā constituye una de las principales artes escénicas de Okinawa. Una de las versiones más aceptadas es que surgió a partir de una oración budista nenbutsu que el monje Taichu Shonin procedente de la Prefectura de Fukushima difundió en Okinawa a principios del siglo XVII para que las personas recitaran la oración y bailaran al mismo tiempo.

En Japón las artes escénicas antiguas y de entretenimiento popular nacieron en el marco de la corte, de los templos budistas y santuarios sintoístas y fueron influenciándose unas a otras generando nuevas combinaciones y algunas convirtiéndose en prácticas populares. En Okinawa el proceso fue similar. La vida social y emocional de sus habitantes, tanto en los primeros tiempos del Reino de Ryūkyū como después, se centró en la música, poesía y en el baile al aire libre. Los comerciantes que regresaban del sudeste asiático y las costas de China introdujeron una variedad de instrumentos como el sanshin, que es una adaptación del sanxian de China, así como formas de danza que los okinawenses modificaron y desarrollaron para dar expresión a sus propias canciones y poemas. Estas formas de danza se mezclaron con las danzas folclóricas autóctonas y pronto hombres y mujeres de todas las clases aspiraban a dominar el baile. Todas las reuniones comunitarias eran una oportunidad para cantar, bailar y contar historias.

Además de bailar Eisā, los integrantes de las asociaciones de jóvenes de cada comunidad realizan trabajos sociales voluntarios. Actualmente no sólo se baila durante el festival lunar, sino también durante celebraciones como bodas o inauguraciones de locales comerciales y viviendas.

Eisā en las calles de Kin durante el Kyu-bon del año 2023

Se utilizan tres tipos de tambores: el ōdaiko es un gran tambor de barril; el shimedaiko que es un tambor de tamaño mediano que se sostiene con la mano; y el pārankū, más pequeño y de una sola cara. Varios músicos denominados jikata cantan e interpretan el sanshin mientras desfilan. Otras personas bailan con las manos: teodori. El uso de los diferentes tambores y la puesta en escena varía dependiendo de cada grupo y asociación local.

Además de los músicos y bailarines, las presentaciones de Eisā incluyen personajes con el rostro pintado de blanco que se denominan chondarā. Desempeñan un papel importante para entretener y animar al público y son los encargados de mantener el orden en el desfile, asistir a los bailarines, así como recibir lo que el público ofrece al conjunto como gratificación: sake, dulces o incluso dinero. Estos personajes saltan, silban y su maquillaje y movimientos exagerados enriquecen la presentación provocando un quiebre, como si fuera otra de las múltiples capas que integran la performance.

Chondarā en las calles de Kin durante el Kyu-bon del año 2023

Alrededor del año 1900 el Eisā fue transformándose de un baile ligado al budismo hacia un arte escénico popular. Luego de la Batalla de Okinawa (1945) la danza y música ofreció un espacio creativo para que el pueblo desanimado y oprimido por la ocupación norteamericana pudiera sostener su espíritu y comenzar la reconstrucción luego de la guerra. El festival Okinawa Zento Eisā Matsuri que actualmente se realiza durante el mes de agosto se celebró por primera vez en 1956. Comenzó como un concurso en la ciudad de Koza (actualmente Okinawa-shi) en donde cada grupo obtenía calificaciones y se pronunciaba un conjunto ganador. Luego de 21 años, el concurso se convirtió en un festival en donde se baila con el objetivo de divertirse, sin la presión de competir por el mejor puesto. Los concursos y festivales fueron de gran importancia para la evolución del Eisā, ya que las agrupaciones de jóvenes de todas las regiones de Okinawa se esforzaban por crear presentaciones atractivas para presentar frente a una audiencia en un escenario público. Así, el Eisā se enriqueció mediante la creatividad de quienes pusieron el cuerpo como medio de expresión y representación de una danza que ya no sólo se dedica a los ancestros, sino que evoluciona en forma permanente para emocionar a todo aquel que busque emocionarse.

El grupo Ryukyukoku Matsuri Daiko nacido en 1982 en la ciudad de Okinawa interpreta el llamado Eisā moderno, que utiliza canciones pop modernas, formas de karate y un estilo de baile más libre. Cuenta con más de 75 filiales en todo el mundo. Utilizan los mismos instrumentos que en el Eisā tradicional, aunque disfrutan bailando todo el año. Gracias a ellos, tenemos la posibilidad de sentir todas las emociones que genera ver una representación de Eisā en vivo, a miles de kilómetros de Okinawa.

Presentación del Ryukyukoku Matsuri Daiko en el XXI Festival de Okinawa del Centro Okinawense en la Argentina – diciembre de 2023

 

Fuentes

¿Sabes qué es el Eisa? [Parte.1] [Haisai Andrés] (youtube.com)

¿Sabes qué es el Eisa? [Parte.2] [Haisai Andrés](youtube.com)

 

Nota: Melina Gioia Oshiro @oshiro_gio

Fotos y video: Akira Iguchi @akiiguchi

Ilustraciones: Rocío Castelo @rroocciiaa

 

Melina Gioia Oshiro nació en la Ciudad de Buenos Aires. Es nieta de una pareja formada por un inmigrante okinawense y una hija de inmigrantes italianos. Es Arquitecta egresada de la UBA y cuenta con estudios de Maestría en Gestión y Planificación del Transporte. Se desempeñó por más de doce años en el ámbito de la arquitectura y la planificación de la movilidad tanto a nivel nacional como internacional. Obtuvo el premio “Joven Destacado Nikkei 2022” en el área “Profesionales” de la “XXXVII Edición de los Premios Joven Destacado Nikkei 2022” otorgado por el Centro Nikkei Argentino. En el año 2023 viajó a Okinawa en el marco de una beca de capacitación para la sociedad nikkei otorgada por JICA. Actualmente se encuentra cursando el último año de la Tecnicatura en Cultura y Lengua Japonesa del Instituto Nichia Gakuin.

Acerca de victoria nakazato


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