Alternativa Nikkei Revista Online de la Cultura Japonesa
Artículos relacionados
Conocimos a sensei Miyawaki en la Escuela Internacional de Digitopuntura Japonesa, la única representación de la escuela Shiatsu Namikoshi en Argentina.
Llegar 10 minutos más temprano a una entrevista, tiene sus ventajas. Mucho más todavía si el entrevistado es especialista en shiatsu y muy amablemente me ofrece una sesión mientras esperamos a otra persona. No saben lo bien que se siente!
Actualmente el sensei Toshihiro Miyawaki se encuentra en la Escuela Internacional de Digitopuntura Japonesa haciendo un soporte profesional de los cursos dictados allí. El sensei se recibió en la Escuela de Shiatsu de Japón en 1980, pertenece a la Asociación de Shiatsu de Japón y hoy es “Shiatsu-do shihan”. Como difusor de esta disciplina en el exterior, asistió a congresos y seminarios en Taiwán, España, Italia, Canadá, Australia, Perú, Vietnam y Argentina.
Realiza también muchas colaboraciones con la Cruz Roja de Japón; también participó en Gambaré Nippon, evento organizado por el Jardín Japonés para la recaudación de fondos para los damnificados por el terremoto del 11 marzo de 2011. Durante 12 días brindó sesiones de shiatsu de 15 minutos a cambio de una donación voluntaria.
Sensei Miyawaki comenzó casi por casualidad con esta disciplina. Siendo un empleado recién contratado en una empresa de data entry, uno de sus compañeros ya con dolencias en el brazo y con contracturas en el hombro, le pidió que le hiciera unos masajes. Sorprendentemente, le quitó el malestar y el eventual “paciente” sintió un alivio inmediato, por lo que el joven Miyawaki comenzó a interiorizarse en estas técnicas, estudió y obtuvo la licencia nacional para “anma, masaje y shiatsu”.
“El beneficio más importante del shiatsu es que aplicándolo regularmente podemos prevenir enfermedades, dolencias”, nos explica el sensei. “Tratar de curarnos cuando ya nos enfermamos es mucho más costoso que hacer una prevención y cuidar de nuestra salud.”
La característica de la escuela Namikoshi es que su técnica se realiza en todo el cuerpo, de pies a cabeza, tanto de la parte delantera (boca arriba) como de la posterior (boca abajo).
La directora de la Escuela Internacional, la Licenciada Graciela Georgetti, se recibió en ese instituto japonés en 1991 alentada por Toru Namikoshi, el hijo del propio fundador de la técnica, el sensei Tokujiro Namikoshi. Ella misma experimentó los beneficios del shiatsu de manos de Toru cuando se atendió con él en Japón. Y comenzó a nacer su interés en esta disciplina como parte de una investigación sobre el stress.
Graciela hizo el curso de shiatsu, pero sin ánimo de dedicarse a ello. Sin embargo, cuando volvió aquí, algunos de sus familiares le pidieron que los tratara con “eso que había aprendido en Japón”, recuerda. Los resultados fueron tan buenos que el tratamiento se fue difundiendo de boca en boca a otros pacientes y ya más luego, lo aplicaría con éxito en los centros de rehabilitación donde trabajaba y abriría su propio consultorio. La fundación de la escuela fue una consecuencia natural pues siendo ella licenciada en Ciencias de la Educación, como pedagoga siempre ha tendido a transmitir los conocimientos que adquiere.
La visión gestáltica que ella sostiene también tiene mucha afinidad con el enfoque holístico de la filosofía de la escuela Namikoshi, ya que el sensei entiende que “el síntoma está sostenido por todo el cuerpo, y por ello se entiende tanto el cuerpo físico como el campo de energía, el ánimo, los pensamientos, las emociones, eso es el todo. Por eso él recomienda, un buen descanso, una buena alimentación, el reírse, meditar, la recreación, estar en contacto con otros.”
