El día 14 de diciembre la biblioteca del Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón se llenó de jóvenes entusiasmados por el idioma japonés y la traducción de la literatura japonesa. Todos los asistentes, en una charla amena, disfrutaron del Conversatorio sobre la traducción de literatura japonesa. Pasaje de una a otra lengua, español y japonés: Una perspectiva a través de «La herencia de la Madre” de Minae Mizumura a cargo de Luisa Borovsky y Tomoko Aikawa.
La charla comenzó con un saludo de bienvenida de la sensei Tomoko, que nos contó todas las actividades que suele realizar entre otras como Embajadora de la Paz de Hiroshima, traductora, interprete simultánea, profesora del idioma japonés, etc. Además, realizó comentarios sobre algunas publicaciones de la editorial Adriana Hidalgo relacionadas con Japón como “La muerte voluntaria en Japón” que fue traducida desde el francés.
Seguidamente, brindó unas palabras la Sra. Astrid Riehn, Jefe de Prensa de la Editorial Adriana Hidalgo, quién contó el surgimiento de la misma en el año 1999, como fundadores de la conocida librería “El Ateneo”, según lo comentado por ella, la editorial supo dar a conocer autores argentinos y extranjeros.
La Sra. Luisa Borovsky realizó una breve introducción sobre la vida de la escritora japonesa Minae Mizumura, quien nació en Japón en 1951, a los doce años se mudó a Nueva York. Estudió en la universidad de Yale literatura francesa. En el período que entregó su tesis decidió volver a Japón y dedicarse a la escritura.
La sensei Tomoko, en una presentación, fue explicando las diferencias al momento de traducir e interpretar esta obra desde el japonés al español. ¿Por qué “Madre” dentro del título “La herencia de la Madre” está con mayúscula? O dentro de la obra “Yo, una novela”, donde hay una alternancia entre el idioma japonés y el inglés, cómo abordaron esto.
Dentro de “La herencia de la Madre”, la sensei resaltó la importancia de las notas: “Tratamos de ser explícitos en las notas sobre la terminología, las costumbres y la cultura japonesa. Esperamos que el texto resulte una introducción a dicha cultura”.
Además, habló de aspectos como unificar las expresiones como kimono, O-hashi, Noh, Monte Fuji, etc.
Sumado a esto, tomó el ejemplo de cómo se tradujo e interpretó de una lengua a otro, por ejemplo, las plantas y las flores. El Kiri, muy apreciado en Japón, con el cual se hacen roperos, que es la Paulonia. O la diferenciación que tuvieron que realizar al momento de traducir Peonía, siendo en japonés “Botan” –escrito en romaji-. “Los sakura” cuando hacen referencia a los árboles y “Las sakura”: las flores del cerezo.
En otra filmina mostró la foto de un futon japonés, un tipo de manta acolchonada que se utiliza para dormir y la imagen que surge si uno la busca en internet: un sillón de estilo occidental. Esto podría prestar a confusión al momento de traducir, por tratarse de otro concepto.
También la sensei junto a la Sra. Luisa Borovsky compartieron cómo habían traducido e interpretado el índice del libro “La herencia de la Madre”. Ellas explicaron algunos ejemplos entre otros “Pañuelito como prado florido”. El punto 66 del índice fue interesante: “El día que florecieron las sakura” hace alusión a una musicalidad nostálgica o melancólica que podría compararse con el sentimiento que se experimenta al escuchar un tango.
El conversatorio fue muy entretenido y dinámico porque la sensei Tomoko hizo participar a algunos alumnos del Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas «Juan Ramón Fernández» del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a estudiantes de idioma japonés, aspirantes de traductores, y traductores, quienes habían trabajado en clase el intento de traducir en forma inversa el índice del libro presentado.
Así, transcurrió la charla en que todos pudimos conocer parte de cómo es la experiencia de traducir-interpretar, sobre todo al momento de elegir las palabras, hacerlo con respeto y reflexionando seriamente cuáles son el vocablo, las expresiones, la gramática, etc. que hay que tener en cuenta para preservar el espíritu de la obra y el autor.
¡Muchas gracias a todos por participar!
Nota: María Florencia Zai
María Florencia Zaia: Nació en Luján, pcia. de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudió japonés por muchos años en el Instituto Privado Argentino-Japonés Nichia Gakuin. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.