Alternativa Nikkei Revista Online de la Cultura Japonesa
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Cuando lleguen a leer esta editorial ya se habrá definido el campeón de la Copa del Mundo Brasil 2014. Sin hacer predicciones, ojalá estemos hablando de Argentina; pero falta superar a Bélgica, luego al ganador entre Holanda y Costa Rica, y si obtenemos la victoria, llegaremos a la rueda final contra ¿? (la otra llave se decide entre 4 buenos candidatos, Brasil, Colombia, Francia y Alemania).
¿La alegría de hoy será celeste y blanca? Esperemos que sí.
El equipo de Japón no llegó a superar su mejor performance porque se quedó en la fase de grupos: dos derrotas (ante Costa de Marfil por 2 a 1 y ante Colombia, con goleada 4 a 1), y un empate (un 0 a 0 con Grecia). Bastante pobre la actuación en general, a pesar de las fichas puestas en Keisuke Honda y Shinji Kagawa.
El DT Zaccheroni anunció su renuncia después de esta participación mundialista y el hombre que lo reemplazaría sería “El Vasco” Aguirre, el entrenador mexicano que dirigió la selección de su país en dos oportunidades (Mundial 2002 Corea – Japón y Mundial 2010 Sudáfrica).
Sin embargo, estos avatares futbolísticos nipones no fueron la noticia, sino los seguidores de los Samurai Blue que llevaron consigo la ya inseparable costumbre de dejar limpio aquellos lugares que eventualmente ensucian.
Fue muy difundido, compartido, tuiteado, comentado, elogiado, y hasta criticado por alguna compatriota. La actitud de los japoneses ya es inherente, cultural, social, la basura que se genera, se retira, se lleva consigo, el “gomi mochikaeri undou”, o campaña para llevarse con uno los desperdicios generados.
Como campaña nacional no es muy antigua, comenzó en 1972 cuando en la zona montañosa de Oze que abarca parte de las prefecturas de Fukushima, Niigata y Gunma, la naturaleza se vio en peligro por la cantidad de basura dejada por los montañistas. Encabezada por el Ministerio de Medioambiente, las prefecturas, los gobiernos locales, ONGs y empresas, inician esta acción para preservar este lugar natural. Luego la difusión, la copia del hábito en todo el país, no fue muy difícil.
Esto se debe a que ya en las escuelas, son los alumnos los responsables del aseo de las aulas y otras instalaciones. En las casas, las amas de casa en general no tienen personal de limpieza a cargo, y son ellas mismas con la ayuda de la familia, las que ordenan y embellecen sus hogares. Lo mismo sucede en los lugares de trabajo donde existen reglas muy claras sobre el orden, la limpieza y la disciplina para mantener a diario el espacio prolijo, e incluso en los dojos de artes marciales el aseo es parte de la enseñanza. Se valora el espacio propio, ajeno, privado o público para que todos podamos convivir mejor, sin que las tareas de limpieza sean tomadas como un castigo o un trabajo para los menos calificados. Ahora, llevaron esto al Mundial, donde otras millones de personas pueden tomar el ejemplo (uno de los buenos de Japón).
Nos sorprendemos los argentinos cuando vemos las calles limpias en otros países; sin ir más lejos, en Lima lo han logrado, y seguramente nos comportamos así de correctos si el entorno nos lo propone. Educación, hábito, buenos ejemplos, modales, civilidad, pensar en el de al lado, no sé qué nos falta (”un país más justo” dirán algunos), pero creo que valdría la pena ser buenos en esto de la limpieza así como somos buenos en el fútbol. ¿Podremos?
