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La paz debe prevalecer

Este año se cumplen 70 años desde que Estados Unidos arrojara las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Desde entonces todos los años Japón recuerda el 6 y el 9 de agosto conmemorando a las víctimas y velando por la paz mundial y la no utilización de armas nucleares. Recordemos esta parte de la historia para nunca más volver a repetirla.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima con el equivalente de 20.000 toneladas de TNT, dejando la ciudad reducida a una llanura, llevándose con su explosión la vida de entre 90.000 y 120.000 personas para diciembre de ese año.

Mientras Japón estaba intentando comprender esta devastación y dada la falta de signos de rendición, Estados Unidos atacó nuevamente con un arma de destrucción similar pero esta vez en la ciudad de Nagasaki, donde murieron entre 60.000 y 80.000 personas para finales de 1945.

Hiroshima

A las 2:45 am, el avión bélico estadounidense apodado “Enola Gay”, despegó de Tinian, una isla en el norte del Pacífico a unas 1.500 millas al sur de Japón, con una bomba atómica de tres metros, “Little Boy”.

Little Boy fue creada utilizando uranio-235 (un isótopo radioactivo de uranio). Una bomba atómica que fue el resultado de una investigación que costó 2 millones de dólares. No llegó a ser testeada anteriormente y de hecho nunca antes una bomba atómica había sido arrojada desde un avión. Algunos científicos y políticos presionaron para no advertir a Japón del bombardeo con el fin de salvar “su reputación” en caso de que la bomba no funcionara bien.

Cuatro ciudades que no habían sido dañadas de forma considerable durante el transcurso de la guerra fueron elegidas como posibles objetivos para arrojar las bombas: Hiroshima, Kokura, Nagasaki y Niigata (Kyoto fue la primera opción hasta que fue removida de la lista por el Secretario de Guerra por motivos religiosos que envolvían a la ciudad). El comité que decidió el destino del primer bombardeo lo hizo con la premisa de que sea “lo suficientemente espectacular para que el arma sea internacionalmente reconocida cuando se la comience a publicitar(1).

Hiroshima después de la bomba atómica. Fotos tomadas por el ingeniero naval inglés Cecil Creber a sólo un mes de los bombardeos.
Hiroshima después de la bomba atómica. Fotos tomadas por el ingeniero naval inglés Cecil Creber a sólo un mes de los bombardeos.

El 6 de agosto, 1945, Hiroshima, tenía un clima despejado. A las 8:15 am (hora local), el Enola Gay abrió sus compuertas y dejó caer a “Little Boy”. La bomba explotó a 580 metros sobre la ciudad y no acertó el destino específico, el Puente Aioi, por aproximadamente 245 metros.

El copiloto Capitán Robert Louis vio lo siguiente: “donde habíamos visto una ciudad, dos minutos más tarde no pudimos ver de nuevo la ciudad. Podíamos ver el humo y el incendio trepando las laderas de las montañas. Dos tercios de Hiroshima había sido destruida.”

Dado que el objetivo de este ataque fue toda una ciudad, la bomba atómica mató, además de los soldados, a mujeres, niños y ancianos. De los 350.000 habitantes de Hiroshima, alrededor de 70.000 murieron de inmediato y otras 70.000 fallecieron a causa de la radiación dentro de los cinco años siguientes.

Es un hecho poco conocido que 3.000 ciudadanos civiles estadounidenses estuvieran en Hiroshima en el momento de la explosión (el mismo número que murieron en el atentado a las torres gemelas). La mayoría eran mujeres y niños, muy probablemente las esposas e hijos de japoneses-americanos que habían ido a visitar a sus familiares y posteriormente quedaron atrapados por la guerra. La historia casi ha logrado borrarlos, pues rara vez se los menciona debido a que casi todos ellos eran total o parcialmente de etnia japonesa.

Nagasaki

Mientras Japón trataba de comprender la devastación de Hiroshima, Estados Unidos estaba preparando la segunda misión de bombardeo para ver qué tanto mayor daño podía hacer el plutonio. El segundo acto no esperó para darle a Japón tiempo de rendirse, y a sólo tres días después de Hiroshima, el 9 de agosto de 1945, otro avión de iguales características despegó de Tinian a las 3:49 am.

La primera opción para el bombardeo había sido la ciudad de Kokura. Nagasaki, el segundo blanco posible, fue agregada a la lista de potenciales blancos cuando Kyoto fue eliminada y el tercer objetivo, la ciudad de Niigata, fue finalmente también descartada porque la distancia para llegar era demasiada grande. Podría afirmarse que el clima de aquel día salvó a la ciudad de Kokura, pues la niebla sobre esa localidad no dejaba visualizar bien el área de bombardeo y el avión apodado “Bockscar” siguió camino hacia su segundo objetivo. Así a las 11:02, la bomba atómica apodada “Fat Man” fue lanzada sobre la ciudad de Nagasaki, que explotó a unos 500 metros antes de tocar el suelo.

Nagasaki después de la bomba atómica. El autor de la foto, el ingeniero nabal Creber fue tripulante del barco HMS Speaker, la primera nave inglesa en ingresar a las zonas bombardeadas por los aliados.
Nagasaki después de la bomba atómica. El autor de la foto, el ingeniero naval Creber fue tripulante del barco HMS Speaker, la primera nave inglesa en ingresar a las zonas bombardeadas por los aliados.

Aproximadamente el 40% de Nagasaki fue destruida. Con una población de 270.000 habitantes, 70.000 habrían muerto para el fin de ese año. «Fat Man» fue una bomba muy eficaz. Su explosión fue más grande que la de “Little Boy”, pero su impacto se redujo por la topografía natural de la ciudad. Curiosamente, el servicio de tren de la ciudad no se interrumpió y el incendio que atacó a Hiroshima no ocurrió en Nagasaki dado que muchas partes de la ciudad fueron apaciguadas por el agua. El fuego simplemente no podía cruzar estas brechas y se extinguía.

Sin embargo, el considerable daño ya estaba hecho a la ciudad. Los centros médicos no habían sido totalmente destruidos por la bomba, pero, al igual que en Hiroshima, no fue posible hacer frente a la gravedad y cantidad de heridos que dejó la explosión.

Dado que la ciudad de Nagasaki había sido blanco de ataques aéreos previos, la población se había vuelto indiferente a la sirena de alarma y ese 9 de agosto tampoco le prestaron atención. De haberlo hecho mucha menos gente habría muerto o resultado herida pues la ciudad, irónicamente, estaba bien abastecida con buenos refugios antibombas; asimismo, en las colinas de los alrededores había túneles excavados que también habrían sido eficaces resguardos al bombardeo.

La bomba de Nagasaki fue el último acto de destrucción masiva que tuvo la Segunda Guerra Mundial, culminando también con la rendición de Japón.

Posterior a estos actos de destrucción, Japón replanteó de manera drástica su Política Básica de Defensa Nacional. Las Fuerzas Armadas pasaron a ser Fuerzas de Autodefensa de Japón y durante la mayor parte del periodo de posguerra estuvieron confinadas a las islas de Japón y no se les permitía desplegarse en el extranjero.

Gráficos que muestran las áreas afectadas por las explosiones en Hiroshima y Nagasaki.
Gráficos que muestran las áreas afectadas por las explosiones en Hiroshima y Nagasaki.

Setenta años después…

Desde entonces, todos los años Japón recuerda el 6 y el 9 de agosto conmemorando a las víctimas y velando por la paz mundial y poniendo especial énfasis en la no utilización de armas nucleares. Es así que cualquier persona que alguna vez cuente con la posibilidad de visitar Hiroshima, se encontrará con el Peace Memorial Museum (Museo de la Paz) en donde se reconstruye con maquetas, testimonios, fotografías y elementos originales donados por familias de sobrevivientes, todo lo que sucedió en agosto de 1945, sus causas y consecuencias, siendo muy críticos ellos mismos con el militarismo japonés de aquel entonces pues lo consideran la causa de recibir los mencionados ataques. También se dedica un segmento a las armas atómicas utilizadas en la historia de la humanidad para dejar un mensaje muy claro y explícito de que, nunca más, se deberían volver a utilizar armas de este estilo.

Tras 70 años de aquella tragedia para la humanidad, Japón no olvida y recuerda.

«Como único país del mundo que ha experimentado los horrores de un ataque nuclear, lideraremos los esfuerzos para conseguir un mundo libre de armas atómicas. Japón seguirá adhiriéndose a los principios de no producir ni poseer armamento atómico y de no permitir la entrada de estos artefactos en el país. «, dijo el primer ministro Shinzo Abe en su discurso durante la ceremonia conmemorativa realizada en Nagasaki.

En la conmemoración de los 70 años del bombardeo de Hiroshima, Abe omitió la mención a estos tres principios antinucleares adoptados por Japón en 1967, lo que generó duras críticas de la oposición y de algunos medios nipones.

Las palabras de Abe se aguardaban con gran expectación tras la reinterpretación del artículo pacifista de la Carta Magna promovida por el Gobierno, que permitirá a las tropas niponas operar en el extranjero y defender a aliados en caso de ataque, una iniciativa que ha generado un rechazo creciente entre la población y la caída de su popularidad en casi 10% desde que regresó al poder en diciembre de 2012.

Fuentes: EFE vía emol
Durante la conmemoración, cinco mil personas se reunieron alrededor de la catedral de Nagasaki, donde se proyectaron diversas imágenes del ataque nuclear y un video que mostró la imborrable imagen del hongo atómico.
Durante la conmemoración, cinco mil personas se reunieron alrededor de la catedral de Nagasaki, donde se proyectaron diversas imágenes del ataque nuclear y un video que mostró la imborrable imagen del hongo atómico.
Palomas que sobrevuelan el Parque Conmemorativo de la Paz en Hiroshima con la llamada "Cúpula de la Bomba Atómica" en primer plano.
Palomas sobrevuelan la «Cúpula de la Bomba Atómica» en el Parque Conmemorativo de la Paz en Hiroshima donde se realizó el acto ante una concurrencia récord de 55 mil personas.
Fotos
de portada: Un niño deja flotar una linterna de papel en el río Motoyasu en memoria de las víctimas de las bombas atómicas. De Chris McGrath/Getty Images
Imágenes tomadas por Cecil Creber, vía The Telegraph
de la Cúpula de la Bomba Atómica, por Kazuhiro Nogi/AFP/Getty Images
Nota escrita por Gastón San Cristóbal para la edición de agosto de 2013, adaptada para esta edición digital por M. Hashimoto
(1) (Kurzman, Day of the Bomb, 394)

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