Las magatama son talismanes de gran importancia en las tradiciones del shintoísmo, la religión nativa de Japón. Se trata de unos ornamentos que se utilizaban desde la antigüedad para llevar a cabo ofrendas religiosas o rituales a deidades, ya que se creía que estos alejaban a los malos espíritus. Debido a esta creencia, se las utilizaba principalmente como elemento decorativo en los túmulos o tumbas.
Su origen se remonta al periodo Jōmon (14 500 A.C. – 300 A.C.) y su nombre significa literalmente “bola curva”. Este talismán no solo es de gran significación para la religión shintoísta, sino que también es uno de los tres tesoros imperiales de Japón junto a la Espada de Kusanagi y el Espejo Yata no Kagami. La leyenda shintoísta indica que cada uno de estos tesoros fue un regalo proveniente de los dioses.
La magatama que forma parte los tesoros imperiales de Japón se llama Yasakani no Magatama, y representa la benevolencia. Se encuentra en el santuario central del palacio imperial de Tokyo, siendo este el único tesoro imperial original.
Actualmente las magatama siguen utilizándose como objetos ceremoniales, y se encuentran a la venta normalmente en los santuarios o tiendas específicas que trabajan con este tipo de ornamentos. Se fabrican de varios materiales como jade, cuarzo o bien minerales como el ágata. La prefectura de Shimane es justamente muy famosa por fabricar las magatama compuestas de ágata.