El maestro e intérprete de taiko, especializado en la ejecución de la flauta traversa de bambú (shinobue), Kaoru Watanabe, visitó por segunda vez la Argentina para brindar sus enseñanzas en esta música tradicional japonesa.
La experiencia del reconocido artista es vasta. Llegó a trabajar con el legendario actor de kabuki, Tamasaburo Bando, como así también llegó a ser director artístico e integrante del famoso grupo de taiko KODO en Japón.
Durante su estadía en el país ofreció distintos seminarios y el 27 de marzo tocó en el Jardín Japonés en un show conjunto con los grupos de “Shinzui Daiko” y “Medetaiko”.
“Vine hace cuatro años por primera vez a tocar en Argentina. Es un honor y un placer poder estar aquí nuevamente”, dijo Watanabe durante su presentación en el Jardín Japonés.
El trabajo de ese día fue el resultado de mucho esfuerzo por parte también de los grupos de taiko de Buenos Aires. La madre de Paola Lozano, una de las integrantes de Shinzui Daiko, explicó que lleva mucho trabajo, sacrificio y horas de dedicación: “Lo hacen por amor al arte y a la música. Hace más de cuatro meses que están preparándose para este show”, comentó.
Esa dedicación dio sus frutos en el gran show desarrollado esa tarde, donde mucha gente pudo disfrutar del espectáculo y la música alrededor del Jardín.
Luego de interpretar algunas piezas, Kaoru Watanabe se dirigió al público y contó que durante sus viajes por el mundo notó que en todas las grandes ciudades que visitó, siempre, había un grupo de taiko. Lo lindo del taiko, agregó, es que no importa que el grupo sea amateur o profesional, cualquiera puede tocarlo.
Una vez terminado el show, pudimos entrevistarlo y conocer más sobre su trayectoria.
Sabemos que es su segunda vez en Argentina, ¿cuál es la diferencia entre ésta y la primera?
Es muy personal, la primera vez traje a mi esposa. Viajamos juntos y compartimos los cursos. Esta vez me mantuvieron más ocupado: concentrado en ensayar, en los talleres, en todas esas cosas.
¿Cuántos días estará aquí?
Hoy es el último día en Argentina. Estuve 10 días y ahora me iré a Brasil. En lugar de regresar a Nueva York, viajaré a Texas, donde estaré una semana con conciertos. Espero estar en casa un par de días y luego volver a Houston. Es mucho viaje.
¿Vive afuera de Japón?
Vivo en Nueva York, pero crecí en St. Louis, Missouri. Fui a una escuela de jazz y me gradué en la escuela de música de Manhattan. Después estuve en Japón aproximadamente 10 años, y trabajé por un tiempo en el grupo KODO, donde practiqué y me convertí en un integrante. Luego fui el director artístico.
¿Cómo fue su experiencia en el grupo KODO?
Esa experiencia cambió mi vida completamente. Viajé por todo el mundo y realicé varios eventos en lugares famosos; conocí y trabajé con muchos músicos, actores y actrices reconocidos. Pero para mí, esto es lo mejor: hacer giras y tocar todos los días.
Es un honor haber trabajado con los mejores músicos que hay en Japón. Fue una experiencia grandiosa y logré, en términos de técnica, llegar a un profundo conocimiento, sobre todo de la vieja técnica, de su filosofía, y no solo de su ejecución, sino también de todo lo que está alrededor, que es increíblemente profundo.
Cada ejecución tiene diferentes interpretaciones, no todos representan lo mismo Hay diferentes significados detrás de los bailarines y de las entradas de los artistas. Tomo un poco de lo mejor de cada uno de los grandes artistas, pero es muy frustrante no poder profundizar con cada uno de ellos.
¿Qué lo motivó a mezclar música moderna y tradicional? ¿Cómo empezó a hacerlo o qué lo inspiró?
No tuve elección, crecí en EE.UU, haciendo skateboard, escuchando jazz, country, y eso me gustaba. Cuando estuve en Japón, hice un gran esfuerzo para ser japonés, para encajar en KODO y representar la música japonesa por todo el mundo. Quería saber cómo se sentía estar en un grupo que sonara como japonés, y fue por eso que trabajé mucho en los ritmos, no de cualquier tambor, sino de los tambores japoneses [Taiko]. Es un desafío entender los verdaderos sentimientos como suenan. Sin embargo, al tocar música japonesa, jazz, hip-hop, rock, todos tienen sus retos.
Como sentí que había olvidado una parte de mí, decidí empezar a tocar Taiko e intenté incorporar diferentes tipos de música. Aunque no es tan simple tocar rock en un Taiko porque parece fácil, pero no suena tan bien, no suena interesante. ¿Qué hay sobre el rock que me gusta? ¿Qué hay sobre el jazz? ¿En dónde unimos los dos? Porque el jazz no es menos que el rock o la música tradicional, ya que cada mundo diferente tiene su propia integridad.
¿Cómo hace para lograrlo? Es decir, debe ser difícil.
Es muy difícil. Lo que estuve haciendo los últimos días es agregar composiciones folklóricas locales, como el tango y algunas canciones de Perú. Toqué mi flauta japonesa con la intención de tocar sus melodías y después mezclarlas, pero al mismo tiempo no quiero que suene como si estuviera tocando la quena, quiero que suene como la Shinobue. Entonces, ¿cómo retengo el sonido de la Shinobue mientras toco tango? Es una línea muy delgada, es muy sensible. Hay una química entre ambos, pero no quiero llegar a lo cursi. Quiero crear música real y es fácil. Es mucho experimento hasta ver qué sirve y qué no. También voy aprendiendo a través de mis viajes.
¿Tiene tiempo suficiente cuando viaja para practicar antes de un show?
Para ser honesto, estuve luchando hasta hoy porque ése no es mi tambor. Internamente estuve luchando. Me gusta la idea de que algo funcione, incluso si no está del todo bien. Prefiero usar mis tambores en vez de los argentinos o el grande que pertenece al jardín. Tiene otro sonido. Si lo enfrento de un lado, suena de una manera; en otro lugar suena de otra forma. Lo voy explorando mientras lo toco. Por eso pasan muchas cosas por mi mente en el momento que toco, es muy intenso.
¿Es lo mismo tocar taiko al aire libre que dentro de un lugar?
Ése es otro tema, es un buen punto. Antes de comenzar, yo prefiero hacer todo con amplificador porque el Taiko está diseñado para eso, y la flauta está hecha para sonar más aguda. Pero cuando empiezo a tocar, la gente dice “debería usar el micrófono”. Personalmente quiero algo más natural. No sé qué tan alto debería estar o si es mejor no tocarlo, ya que no es mi micrófono y no puedo hacerlo como yo quiero. Lo mismo pasa con la flauta.
Al final, le quito el micrófono y la gente dice que suena mejor. Uno nunca sabe qué pasará con el sonido del tambor, del micrófono, o con los sonidos del exterior, como los aviones, colectivos, motos. Hay muchas cosas que tengo que aceptar y con los que tendré que luchar en el momento.
¿Qué espera que sientan las personas que lo escuchan, especialmente aquellas que no conocen sobre el taiko?
Realmente no tengo expectativas de aquellas personas que no conocen sobre este arte porque cada uno tendrá su propia historia y sentimientos. Espero que, a pesar de que no entiendan la música japonesa o a mí, que puedan sentir algo como “me gusta ese sonido” o “¿qué es eso?”, “¿qué está haciendo?”.
No sé qué reacción van a tener, si van a sentirse alegres, tristes o confundidos. Por ejemplo, no me preocupa que se sientan confundidos. Yo sentí lo mismo cuando escuché por primera vez música tradicional aunque me había educado en una familia japonesa. Sin embargo, me pregunté, “¿qué es eso?”, “¿qué son esos gritos?”, “¿por qué es tan ruidoso?”, “¿por qué tantos sonidos?”. Sentí mucha curiosidad.
¿Cuál fue el primer show de taiko al que asistió?
La primera vez que escuché taiko fue en un “workshop” con uno de los primeros miembros famosos, uno de los hombres que comenzó con el taiko contemporáneo. Había venido a St. Louis, y yo tenía 11 años en ese entonces. Me dije, “no sé que esto, pero es divertido”.
Segunda parte de la entrevista: http://alternativanikkei.com/kaoru-watanabe-figura-del-taiko-segunda-parte/
Por María Laura Martelli G. y Nahuel Murru
Foto de portada: Kaoru Watanabe durante show de tambores japoneses en el Jardín Japonés, el 27 de marzo. Créditos foto: M.Laura Martelli