Tomás Vera Ziccardi nos aporta una mirada de nuestro país y de Japón desde la política y las relaciones internaciones. En este artículo aborda la relación bilateral durante el último decenio. Licenciado en Relaciones Internacionales, Tomás fue becado para especializarse en esa área en la Universidad de Sofía de Tokyo.
Las relaciones argentino-japonesas conforman un vínculo histórico que ha sabido perdurar a lo largo de los siglos. Analizar la evolución de las mismas durante los últimos diez años nos permitirá obtener un mayor grado de comprensión. A dichos efectos es preciso abordar los ejes políticos, comerciales y diplomáticos.
A pesar de las distantes posiciones y los escasos acercamientos políticos, la relación bilateral progresó sustancialmente en términos comerciales y diplomáticos.
A partir de 2004 la política exterior japonesa centró sus esfuerzos en la lucha internacional contra el terrorismo, ubicándose en el plano internacional bajo la órbita de los Estados Unidos. Como señala Tomohito Shinoda en The Koizumi Diplomacy, el legado dejado en términos de política exterior por Koizumi continuó siendo fundamental para las administraciones subsecuentes (1). A pesar de los cambios que buscó introducir Minshutō como partido de gobierno (2009-2012), poco logró modificar la posición internacional del Japón. En cuanto a la Argentina se evidencia desde 2003 en adelante un fortalecimiento de los vínculos con la región y la necesidad de abordar la realidad internacional desde la propia coyuntura, algo que sostienen autores tales como Roberto Miranda (2). A pesar de las distantes posiciones y los escasos acercamientos políticos, la relación bilateral progresó sustancialmente en términos comerciales y diplomáticos.
Desde 2003 Japón logró aumentar progresivamente sus exportaciones hacia Argentina, logrando a la fecha cifras récord y posicionando a la Argentina como uno de sus principales socios comerciales en la región.
Luego de la crisis argentina de 2001-2002, los volúmenes de exportaciones nacionales aumentaron significativamente. Dentro de un contexto internacional de alza en el precio de los commodities, Japón logró posicionarse como un mercado central para las exportaciones argentinas, llevando a que los 498 millones de dólares exportados durante 2003 hoy día se hayan duplicado, superando los 1.500 millones (3). Por parte de Japón, a excepción del período abarcado durante la crisis financiera internacional 2008-2009, desde 2003 logró aumentar progresivamente sus exportaciones hacia Argentina, logrando a la fecha cifras récord y posicionando a la Argentina como uno de sus principales socios comerciales en la región.
Durante los últimos años la relación diplomática entre Argentina y Japón ha progresado sustancialmente. Justamente a partir de 2003 Japón se convirtió en el principal donante hacia Argentina. La cooperación bilateral ha sido otro de los canales esenciales para la relación, llevando a que, por ejemplo, en 2006 se constituya el Programa de Cooperación Conjunta entre el Japón y la Argentina.
Ambos estados han logrado llevar la relación a un grado de madurez nunca antes alcanzado, algo que sin lugar a dudas contribuye a continuar fortaleciendo el histórico lazo entre Argentina y Japón.
Desde las negociaciones por la adopción del sistema ISDB-T en 2009 hasta la visita del Príncipe Akishino con motivo del 50 Aniversario del Acuerdo de Inmigración, los ministerios de relaciones exteriores de ambas naciones se han esforzado por fortalecer el vínculo bilateral. Si bien las variables comerciales y diplomáticas han sido los ejes centrales de la relación en los últimos diez años, posiblemente sea relevante destacar que ambos estados han logrado llevar la relación a un grado de madurez nunca antes alcanzado, algo que sin lugar a dudas contribuye a continuar fortaleciendo el histórico lazo entre Argentina y Japón.