Inicio » Artes » Ceremonia del té: 70º Aniversario de la Escuela Urasenke Argentina Tankokai

Ceremonia del té: 70º Aniversario de la Escuela Urasenke Argentina Tankokai

El pasado 14 de noviembre de 2025 el “Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces” se vistió de kimono en tonos primaverales: flores del cerezo, del ciruelo, glicinas. Las anfitrionas de la Escuela Urasenke Argentina dieron la bienvenida a los invitados. Con gestos medidos nos invitaron a descender las escaleras de un fresco anfiteatro con paredes del color de la flor del durazno tal cual kimono de Malena Higashi sensei. Anfitriones, invitados, un mueble de laca, los utensilios para el té, una sombrilla carmesí, un tokonoma con caligrafía, una hortensia en florero de caña de bambú y un incensario de flor de loto, armonizaban con el vacío. Un silencio plácido acompañó la ceremonia del té, donde todos fuimos agasajos. Un momento único compartido de humildad y modestia.

Malena Higashi sensei, con una amable sonrisa y una serenidad que por momentos se colmó de emoción, agradeció la participación de todos los presentes, y destacó la gratitud hacia: “Sra. Keika Furukawa, Agregada Cultural de la Embajada de Japón, el Director de la Manzana de las luces, funcionarios de la Dirección Nacional de Museos, el Director de la Biblioteca del Congreso, Okuda sensei, la profesora Anna Kazumi Stahl, Guillermo y Patricia Bierregaard de Casa Minka, Paula Hoyos Hattori (Rectora de Nichia Terciario), Delia Mitsui (Directora del CC de Nichia), Ana Irie, familiares de Norma y Orlanda Yokohama, los ceramistas Ricardo Otero y Silvina Orso. También representantes de AJA, Ceibo Kai, MEXT, Asoc. de Ex Becarios Gaimusho, el Museo Nacional de Arte Oriental y de la Red de Amigos del MNAO, entre otros. Recibimos de parte de ambos un raku chawan y un chawan como regalo por este aniversario. (La segunda taza del temae fue el regalo que Ricardo nos dio en el 65º Aniversario). En la cobertura de medios participaron Guillermo Tomoyose de La Nación, Florencia Zaia de Alternativa Nikkei, Ricardo Hokama de Japón hoy”.

Las tres ceremonias de té que se llevaron a cabo ese día fueron muy importantes debido a que se celebraba la conmemoración del “70º de la Escuela Urasenke Argentina Tankokai”. Por tal motivo, la primera pregunta a Malena Higashi sensei fue ¿Qué significado tuvo celebrar el “70º Aniversario de la Escuela Urasenke Argentina Tankokai y haber recibido el premio Canciller?

“El Premio Canciller fue un reconocimiento a la Institución en tanto difusora de la cultura japonesa en Argentina y es un incentivo para renovar nuestro compromiso de seguir difundiendo el chadō. Este reconocimiento coincidió con nuestro 70º aniversario. A lo largo de nuestra historia fueron muchas las personas que formaron parte de la institución y la razón por la que estamos hoy aquí es gracias al trabajo y al esfuerzo de cada una de ellas.”

“Urasenke Argentina Tankokai también está alineada con Urasenke Japón. Es fascinante pensar cómo una tradición tan ligada a la idiosincrasia japonesa se arraigó de una manera tan concreta en nuestro país. Difundir el chadō es para nosotros una manera de mostrar la sensibilidad japonesa, porque sin dudas el chanoyu es una de las artes que mejor la expresa”.

La abuela de Malena Higashi sensei, Arimidzu Emiko sensei, fue quien brindó clases por muchos años, y llevaba a Malena de niña para que conociera ese mundo, el universo de las ceremonias del té. Su abuela fue muy especial, una estrella que aún hoy titila desde el cielo cuando ella comienza los preparativos para cada ceremonia, un astro que la guía, siempre presente, brillando.

Su abuela fue Presidente y maestra de esta Escuela, ¿Qué hubiera dicho Arimidzu Emiko sensei sobre este festejo conmemorativo?

“Tengo muy presente a mi abuela, Arimidzu sensei, en cada paso que damos. Recordé mucho el festejo del 65º Aniversario del que fue parte y en donde pudo ver de cerca cómo funciona el grupo en acción: porque una cosa es hacer nuestra práctica de cada semana, y otra es recibir 50 invitados y servirles un té. Mi abuela era una persona de pocas palabras y gestos suaves. Imagino que hubiera sonreído muy discretamente, pero sus ojos hablaban más que su sonrisa y en ellos se podía ver la felicidad, la alegría. Si tuviera que imaginar qué hubiera dicho sería algo así como: «Sigamos haciendo té cada semana, como lo hacemos siempre»”.

Agradecer a los que fueron transitando y enseñando el camino antes que los que lo están “peregrinando“ en la actualidad, es algo valioso por eso se le preguntó a Higashi sensei: Usted mencionó que la ceremonia se realizaba en honor de un sensei fallecido a los 102 años, y además, agradeció profundamente la presencia de dos sensei que había venido desde Japón y otra desde la provincia de Córdoba.

“En esta ocasión recordamos a un gran maestro, Hōunsai Sōsho, décimo quinto gran Maestro de la tradición Urasenke, quien falleció en agosto a los 102 años. Es un maestro muy importante en la historia de nuestra Escuela porque fue gracias a él que existe el Tankokai Argentina. Cuando era futuro heredero hizo una gira por el mundo que lo trajo a América latina y así fue como se hizo la primera ceremonia del té en el país. Fue un maestro muy querido para todos los que practicamos ceremonia del té y por eso lo recordamos. Otra de las maestras que vino desde Tokio especialmente es Okuda sensei. Ella tiene 80 años y dio el discurso de cierre con palabras muy emotivas en donde recordó los primeros pasos de Urasenke Argentina y se alegró de ver lo mucho que crecimos a lo largo de estos años”.

En la invitación a la ceremonia del té había escrito un leit motiv, que sensei explicó de esta manera:
“El leit motiv fue el mensaje que se lucía en la caligrafía (kakejiku): «Hashu Kyōkō» 把手共行, “Tomemos nuestras manos y vayamos juntos”. Es una invitación a caminar por el sendero de la vida con el corazón en sintonía.
Se trata de apoyarse mutuamente, alentarse y vivir compartiendo una verdadera unión. El chadō, el Camino del Té, está basado en la empatía y en la consideración hacia los demás. En la unión y en el encuentro que se da al compartir una taza de té, podemos celebrar el camino recorrido y agradecer a todos por habernos acompañado a lo largo de estos años”.

En un espacio de esa especie de anfiteatro del color de las flores del melocotón había un espacio dedicado al tokonoma, donde pendía la caligrafía, el leit motiv del encuentro, un arreglo floral y un incensario. Los invitados posaron sus miradas en éste, dentro de ese transcurrir de la ceremonia del té.

“El kakejiku fue explicado en el punto anterior. Es una caligrafía que pertenece a unos de nuestros maestros, Maruoka sensei de Urasenke México. El florero de bambú fue un regalo que nos hizo el mismo maestro, en ocasión del décimo aniversario del comienzo de su etapa de enseñanza en Urasenke Argentina Tankokai, reemplazando a su padre, Higurashi sensei. La flor era una hortensia, una muy especial porque proviene de una planta original de la maestra de ikebana Leticia Tanoue, que fue una de nuestras invitadas. El incensario (kogo) laqueado fue un regalo de Okuda sensei, lo trajo especialmente para esta celebración, teniendo en cuenta la partida del Gran Maestro que mencionamos antes, Hōunsai Sōsho. Es una flor de loto, una flor vinculada a la pureza y a la transformación”.

Al frente de las gradas de cemento, rodeando el espacio en semicírculo, había un mueble y una sombrilla, una de las anfitrionas preparó el té allí. ¿Podría describir el mueble, la sombrilla, los utensilios y el té elegido para beber en esta ceremonia?

“El mueble es una mesa lacada negra que se llama misonodana; se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial porque de esta forma tanto la anfitriona como los invitados están sentados en sillas y no hace falta sentarse en seiza sobre el tatami, que puede ser una postura incómoda para quienes no están acostumbrados a hacerlo. La sombrilla es un elemento decorativo, regalo de Okuda sensei. Todos los utensilios desplegados fueron regalos de maestros que recibimos a lo largo de nuestra historia y también de celebraciones pasadas. Armar una narrativa con los objetos, elegir los más acordes para la ocasión y para esta época del año, también es parte de la ceremonia. El té que elegimos fue Yame Matcha de Fukuoka”.

Las anfitrionas también nos convidaron dulces de azúcar, muy suaves y que se deshacían en la boca. Figuras de flores rosadas, hojas verde agua. Todos los invitados saboreamos el delicado acompañamiento mientras degustábamos el té en compañía de un plácido silencio. Pero ¿qué rol ocupa el dulce para acompañar el té? ¿Cuáles se eligieron para la ocasión?

“El dulce que servimos se llama rakugan, es una masita de azúcar wasanbon prensada. Esta vez servimos con formas de flores y corriente de agua, para transmitir un poco de frescura en un día caluroso de noviembre. Lo prepararon con mucho esmero María Storniolo y Midori Graham. Ambas son alumnas de la escuela y Midori tiene un emprendimiento de wagashi y dulces tradicionales japoneses que se llama Azuki Atelier”.

Esta ceremonia del té transmitió un espíritu de austeridad y humildad que flotó en el ambiente durante el momento compartido. Los movimientos pausados de la anfitriona al prepararlo y la contemplación de los invitados, las alumnas sirviendo los dulces, la pausa y el silencio. Un momento único en la vida.

Cada ceremonia del té es única ¿qué le pareció la ceremonia que se llevó a cabo el 14 de noviembre de 2025 a las 18: 00 Hs?

“A lo largo del día hicimos un total de tres ceremonias. La última en particular fue muy emocionante porque homenajeamos Okuda sensei, a Tsuneko sensei y Okada san (ella es una de las alumnas más antiguas de Urasenke Argentina). Me gustó pensar la historia de la escuela como una larga tradición solidaria y muy femenina, por cierto. Entre los invitados había mucha gente querida y creo que no hay felicidad más grande que compartir esto que hacemos cada semana en las prácticas, abrirlo al público. Que cada vez más gente lo conozca, lo disfrute”.

A Malena Higashi sensei se la vio muy emocionada sobre todo cuando recordó a su abuela, a los sensei que ya no están. La alegría compartida por la visita de Okuda sensei. Su agradecimiento a Maruoka sensei, a la escuela de Kioto donde ella estudió, en fin una lista larga e interminable de “Gracias”.

“El sentimiento fue de una gratitud enorme. Veo al grupo fortalecido, mucho más seguro con cada paso que damos. Estoy feliz y agradecida y todavía me late el corazón fuerte cuando me vienen destellos de ese día o veo las fotos.”

“Gratitud también hacia todos los que fueron y son parte. A lo largo de la trayectoria de Urasenke Argentina dos de nuestras sensei, Arimidzu sensei y Oshiro sensei, fueron distinguidas por el gobierno de Japón. Okuda sensei, Higurashi sensei y Maruoka sensei son maestros que también forman y formaron parte de esta red de aprendizaje que se da en la enseñanza de la tradición del té. Kenkichi y Norma Yokohama fueron figuras claves en el inicio de Urasenke Argentina. También están las instituciones que nos apoyan siempre: la sede central de Urasenke en Kioto, la Embajada de Japón en Argentina, en cuyo Centro cultural tenemos un espacio reservado cada viernes para enseñar y difundir la práctica. Las Asociaciones japonesas a lo largo del país que nos reciben para hacer demostraciones, el Museo Nacional de Arte Oriental y el colegio Argentino Japonés Nichia Gakuin en todos sus niveles, entre otros”.

“Y por supuesto las distintas generaciones de practicantes de té que están hoy aquí: la vieja y la nueva guardia. Los senpai y los kohai. A través de estos lazos de continuidad, podemos proyectar nuestro futuro”.

Para finalizar esta entrevista dejamos una reflexión y la opinión de Higashi sensei sobre la misma. Una ceremonia de té es un encuentro único entre el anfitrión y el invitado. ¿Qué opinión le merece esta reflexión?

“Un encuentro de té se establece cuando tanto maestro como invitado comprenden su propia posición. Sen no Rikyū dijo: «Aunque se trate de una ceremonia de té normal, desde el momento que entras en el jardín hasta que sales, debes celebrarla como si se tratara de un encuentro único en la vida, siendo respetuoso con el maestro. Al mismo tiempo, el invitado no debe sentirse intimidado”.1

“Creo que es una frase que habla de la correspondencia entre anfitrión entre anfitrión e invitado. Ambos se esfuerzan por hacer que el otro se sienta cómodo. La magia del té sucede cuando eso se da de manera natural, y fluye sin forzarlo”.

Y de esta manera culminó esta ceremonia del té de la que todos fuimos parte y que será recordada como un momento único e irrepetible en la vida. ¡Muchas gracias!

Por María Florencia Zaia
Imágenes: Japón en Argentina


Sobre María Florencia Zaia

Nació en Luján, Provincia de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudia japonés desde hace doce años. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.

Referencias

1 “Una enseñanza de Sen no Rikyū, recordada por Yamanoue Sōji (山上宗二), el discípulo más cercano del maestro del té. Está recopilada en su libro Yamanoue Sōji Ki, y es uno de los diez principios fundamentales para los practicantes de la ceremonia del té”. En “Mitate, mirar, mudar y mutar”, Goda Mami, Editorial Excursiones, septiembre 2025, ciudad de Buenos Aires, pág. 69.

Acerca de victoria nakazato


Comentarios

[vivafbcomment]

Deja una respuesta