El 30 de abril, en el marco del Día del Japón, se llevó a cabo la conferencia “Chadō: El camino del té” en la 42º Feria Internacional del libro de Buenos Aires.
Fue el cuadragésimo año consecutivo en que la Embajada del Japón en la Argentina participó de la Feria del libro, y en esta ocasión presentó al maestro Maruoka Soyo, nombrado Maestro para Urasenke México en el 2015.
Al comienzo de la charla, Maruoka-sensei explicó cómo llegó la Ceremonia del té en Japón:
“La planta del té verde fue descubierta en el sur de China hace unos 4.000 años. Es un tipo de planta de la familia Camellia. Se descubrió que sus hojas podían tener la función de desintoxicar. Es por eso que, en un principio, su uso fue medicinal”.
La forma de tomar el té evolucionó con los años, continuó Maruoka-sensei, y los nobles en Japón tomaban té en los templos o palacios imperiales, ya en el siglo VIII. Pero en esa época sólo los nobles tenían acceso a este té importado de China, ya que era muy costoso.
En el siglo XI, un monje Zen que había ido a China para estudiar, trajo consigo unas semillas del té que fueron sembradas alrededor de Kyoto. Desde ese momento se pudo producir el té en Japón.
Hubo otro hecho importante en Japón, agregó el maestro Soyo. Un shogun [jefe militar] tuvo un dolor de cabeza muy grande y le pidió a un monje que lo aliviara. Éste le dio una taza de té y así se le fue la jaqueca. Por ese acontecimiento, el consumo se expandió hacia los guerreros.
“Fue en el siglo XVI cuando el consumo se expandió a la gente común. Por ese entonces, apareció un monje Zen llamado Sen Rikyu, quien fue el primer maestro en completar el camino del té. Había muchas formas de beberlo, y él quitó las partes innecesarias. Es decir, sólo beber el té con la esencia de la vida”.
Muchos le preguntan a Maruoka-sensei qué es el camino del té. Y para él es difícil explicarlo:
“Citando al maestro Sen Rikyu, es preparar el agua caliente, mezclarlo con el té, y tomárselo. Es todo”, comentó con una sonrisa, a lo que siguieron algunas risas cómplices del público.
“Muchos me miran como pensando, «eso no dice nada», pero la verdad que es eso lo que hacemos (…) Pero entonces, ¿por qué será algo tan tradicional? ¿Por qué tendrá tanta fama? Y eso es también un misterio para mí. Es difícil de explicar porque cada uno tiene su interés. Hay muchos que inician la Ceremonia porque les gustan los dulces, a otros les gustan la cerámica o la comida tradicional japonesa. Cuando ofrecemos una taza de té, no es sólo eso, sino todo el ambiente que rodea al invitado”.
A continuación, Maruoka-sensei invitó al Embajador de Japón en la Argentina, Noriteru Fukushima; a la Representante de la Escuela Urasenke Argentina; y a la Miss Internacional Argentina, a subir al escenario para hacer una demostración de la Ceremonia.
“Me gustaría que ustedes [el público] participen también mirando. En Japón es muy importante aprender observando”.
A fin de aprender de la Ceremonia, le pidió al público acomodar el cuerpo estirando la espalda bien derecha; luego respirar profundo; y por último, acomodar el corazón. Esto último, con el objetivo de calmarse y abrir el corazón para aceptar lo que se iba a ver.
A medida que avanzaba la Ceremonia, Maruoka-sensei explicaba algunos conceptos básicos para tener en cuenta. Por ejemplo, hay dos formas de hacer té: espeso o ligero. Antes de prepararlo, se limpian todos los utensilios a utilizar. Además, es importante hacer la Ceremonia frente a los invitados para que ellos puedan compartir el momento. El anfitrión hace el té con los invitados, no lo hace solo.
“Por eso, cuando los invitados agradecen, no dicen «gracias por el té». Se dice «gracias por el momento»”.
Entonces, antes de tomar el té, el invitado agradece con una reverencia. Se dan dos vueltas a la taza (para esquivar la parte bella de la misma) y luego se puede proceder a beber el té.
Maruoka-sensei aclaró que se sirven cuantas tazas el invitado desee. Pero debido al límite de tiempo de ese día, se debía finalizar la Ceremonia luego de hacer la demostración con una sola taza.
“Luego de que los invitados beban el té, el anfitrión limpia los utensilios usados y vierte un poco de agua a la olla para compensar el agua que se usó. Así es como se termina una Ceremonia de té”.
Entrevista al final de la conferencia
Alternativa Nikkei pudo preguntar al maestro Maruoka Soyo algunas cuestiones más relacionadas con el Camino del té.
¿Qué es lo que se puede aprender del Camino del té en la vida diaria?
La verdad que muchas cosas. Depende mucho de lo que cada persona quiera aprender: sobre cerámica, caligrafía, o sobre la filosofía zen. Por ejemplo, no asustarse ni reaccionar mal ante las adversidades o problemas que puedan surgir. Resolver las cosas con calma. Nosotros les enseñamos a los estudiantes que «todos los días son buenos días».
Por ejemplo, aunque tu compañero te grite en la mañana, aunque tus padres te ignoren, aunque cosas malas te sucedan, ese día también es un día bueno. Cada momento que se vive no va a regresar. Por eso, cada momento debes vivir tu vida con fuerzas y con muchas ganas.
Los monjes dicen que hay que ser el personaje principal de nuestra vida. Hay muchas personas que viven para el trabajo y ganan mucho dinero. Y el problema es que muchas veces se trabaja para el trabajo, no para uno mismo.
¿De qué forma se puede anticipar a las necesidades del invitado al máximo?
Necesitamos practicar mucho esta disciplina porque lograr eso es realmente difícil. El 14º Maestro dijo: “Hago como 60 tazas al inicio del año, pero sólo hice bien 3 o 4 tazas”. Por eso, nosotros estaremos esforzándonos para ese momento. Lo importante es poner toda nuestra existencia y esfuerzo en ese momento de servir la taza de té.
En caso de que un Maestro deba hacer la Ceremonia ante una persona que no sabe mucho sobre el tema, ¿de qué forma trabajan para lograr acercarse al invitado?
Todos los maestros están tratando de lograr que sea una ocasión para entender al extranjero y entender qué están pensando. Con eso se acumula experiencia y así se logra tener una base para ofrecerle el té. Por ejemplo, en mi caso yo sé que a los mexicanos les gustan las cosas dulces. Entonces yo les ofrezco unos que son más dulces que los japoneses.
Foto de Portada: El maestro Maruoka Soyo durante la conferencia «Chadō: El camino del té», en la 42º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Foto: M. Laura Martelli