Un negocio familiar que comenzó con una tienda de ropa en Hiroshima, hoy en día es la compañía textil más grande de Asia. Su objetivo, ser la número uno en ventas en todo el mundo para el 2020. UNIQLO, conocela.
El mes pasado, el tenista japonés, Kei Nishikori, llegaba a la final del Abierto de Tenis de Estados Unidos tras derrotar al número uno del mundo: Novak Djokovic. Cuando ambos tenistas disputaron la semifinal, más de un espectador habrá notado el logo cuadrado de fondo rojo con letras en blanco que decía “UNIQLO” en la camiseta de ambos.
UNIQLO, una cadena minorista de ropa de origen japonés es el patrocinador tanto de Nishikori como de Djokovic. Su dueño, el hombre más rico en Japón, Tadashi Yanai, con una fortuna valuada en U$S 16,5 billones, comentaba que estaba presenciando el partido de sus sueños. En Japón, durante esa semana, las prendas de tenis de Uniqlo, habían alcanzado un éxito en ventas. Y Yanai y su empresa le regalaron al joven Nishikori, 100 millones de yenes (aprox. 940.000 dólares) por convertirse en el primer japonés que llega a una final de Grand Slam.
Sobre la base de un negocio de ropa familiar que existía desde 1949, Yanai inauguró su primera tienda en 1985 en Hiroshima, con el nombre de “Unique Clothing Warehouse”. Durante la siguiente década, abrió locales en centros comerciales en todo Japón. En 1998 llegaba al distrito de moda Harajuku, en Tokyo. Su marca se hizo conocida en todo el territorio por un buzo frizado a U$S 20 que fue la favorita de la clase media durante la época de la recesión.
Esta autora, cada vez que viajaba a Japón, solía comprar prendas básicas en tiendas como Gap, pero estos últimos años llena la valija con medias, camisetas, camisas, campera liviana, jeans, pantalones, cardigan de Uniqlo. Prendas básicas, de calidad y a un precio accesible.
Mis parientes y mis amigos japoneses me catalogaban de campesina pues para los japoneses, comprar ropa y objetos costosos es sinónimo de status. Lo barato no es chic. Pero estas prendas informales cambiaron de imagen con el invento de “Heattech” una tela patentada de Uniqlo que genera calor, desarrollada en conjunto con la empresa japonesa que suministra fibra de carbono para los aviones 787 Dreamliner de Boeing y el “Airism”, un textil que refresca. Así en mi valija sumaba además de las prendas tradicionales, camisetas y pantalones Heattech y Airism. Hoy puedo asegurar que muchos japoneses compran y usan Uniqlo no solamente en sus casas, sino para sus salidas y en la oficina.
En Estados Unidos se la conoce actualmente por sus camperas finas y sweaters de cashmere. Son básicos, accesibles y disponibles en una gran paleta de colores. Su tienda emblemática es la de Soho con 3.300m2 y en la 5ta Avenida hay un local de 8.350m2 de superficie. Posee 20 tiendas en la costa oeste y este, pero con un firme propósito de duplicar esa cantidad. No obstante es la compañía textil más grande de Asia con más de 1400 locales. Tiene presencia en Australia, Bangladesh, China, Francia, Alemania, Hong Kong, Indonesia, Singapur, Taiwan, Rusia, Tailandia y Gran Bretaña.
En 2007, la compañía facturó 10 billones de dólares y compite con Gap, H&M, Zara y Primok en el mundo. El objetivo de Yanai es ser el número uno en ventas en el mundo en el 2020.
Según Nishikori, usa las prendas no sólo en la cancha sino a diario ya que Uniqlo no es una moda pasajera ni una prenda deportiva. “Uniqlo es una prenda funcional, y eso lo que necesito exactamente”. Creo que esa es la razón por la cual yo también elijo Uniqlo.
Mónica Kogiso, Lic. en Turismo, especialista en viajes a Japón y Oriente. Traductora literaria, coordinadora de producción para medios de prensa japonesa.