Por segunda vez la llama olímpica volverá a la capital nipona en un Japón renovado, seguro, tecnológico y amigable. ¿Cómo fue la selección hace un año atrás en Buenos Aires?¿Qué lectura hicieron los japoneses sobre la clave de su triunfo?
Hace un año, precisamente el 7 de septiembre de 2013, se anunciaba en el hotel Hilton de Buenos Aires, durante la 125 Sesión del Comité Olímpico Internacional, que Tokyo sería la sede de la XXXII Olimpiadas a realizarse durante el mes de julio de 2020.
Buenos Aires recibía a 1.800 periodistas de todo el mundo de los cuales aproximadamente 700 eran japoneses. Todos los canales de la televisión abierta nipona trasmitieron en directo el antes, durante y después del gran anuncio. Las 12 horas de diferencia horaria, hacían que las salidas al aire sean por la madrugada o medianoche, por lo cual muchos resignaron horas de sueño durante esos días. No recuerdo otra ocasión donde tanta prensa nipona se haya reunido en Buenos Aires o en Argentina.
La ciudad acogió también a grandes personalidades como los Príncipes de Asturias, Felipe, Alberto de Mónaco, Federico de Dinamarca, Faisal Bin Al Hussein de Jordania, el rey Guillermo de Holanda, la princesa Ana de Inglaterra, el duque Enrique de Luxemburgo, la princesa Nora de Liechtenstein, la princesa Haya de Dubai, el emir de Qatar, el jeque de Kuwait y el príncipe de Arabia Saudita. El Teatro Colón fue el marco perfecto para recibirlos.
Por otro lado, el entonces gobernador de Tokyo, Naoki Inose junto a la alcadesa de Madrid, Ana Botella, fueron distinguidos Huésped de Honor de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde la Casa Imperial japonesa llegaron las Princesas Akiko y Takamado para alentar al Comité Olímpico Japonés. La princesa Takamado fue quien abrió la presentación de Tokyo y deslumbró a los jurados del Comité y a la prensa internacional con su perfecto y elegante inglés. Luego sucedieron los discursos de diferentes deportistas y personalidades destacadas que invitaban a votar a la ciudad de Tokyo por su seguridad, su infraestructura y su tecnología. Según la prensa mundial, las palabras del Primer Ministro Abe fueron determinantes para que Tokyo sea la sede de las Olimpíadas, al asegurar que “la situación (de la radiactividad) está bajo control” y que “no hubo problemas relacionados con la salud, no las hay en el presente y no las habrá en el futuro”.
Pero según los japoneses, con una visión especial, propia y localista, aseguran que fue decisivo en la elección de la sede, el discurso de la afamada locutora Christel Takigawa, hija de padre francés y madre japonesa, quien hizo uso de su lengua paterna en vez del japonés, llamando así la atención del jurado, ya que el francés es la lengua oficial del Comité Olímpico Internacional.
Takigawa describió a la gran audiencia sobre el “omotenashi” japonés acompañado con un gesto de manos que repercutió en los días sucesivos en todo el país nipón. El efecto fue tan grande que la palabra omotenashi fue elegida como una de las palabras más trascendentes y de moda del año 2013.
Expresó que “los japoneses los recibirán con una bienvenida única. En japonés, puedo describirlo con una sola palabra: omotenashi. Significa el espíritu de la desinteresada hospitalidad, que se remonta a la época de nuestros ancestros y está arraigada en la cultura ultra moderna de Japón. Con el omotenashi, explica por qué los japoneses se preocupan tanto uno por el otro y por los invitados. “
A 6 años, el plan “omotenashi” ya está en marcha, y quiere estar presente no sólo en los hoteles, restaurantes, transporte, negocios, sino que en cada rincón de Japón para ser los mejores anfitriones del mundo.