Un libro diminuto, casero que Flor le había regalado de niña a su padre delineó y coloreó su corazón: de trazo fino, bruno, cubierto de un carmesí acuarelado. Dentro, dos triángulos apenas definidos: orejas de gato, asomándose. Flor creció y en Artes Plásticas descubrió el dibujo. La continuidad de ese camino; de ese corazón donde también apareció un punto como nariz de ese gato. Orejas y nariz ya se vislumbraban en su juventud, en el interior de ese músculo latiendo. Allí, en ese órgano sagrado también atesoraba fotos sepia: su familia materna en una tintorería de La Plata. Sus antepasados que vinieron de Okinawa navegaron hasta estas tierras, trayendo valijas, anhelos, sueños y quizás un ikigai (razón/sentido de la vida) como regalo para Flor. Un sentido de la vida que tomó tonalidades de colores definidos, líneas seguras y un destino certero. Fue así como Flor voló hacia Okinawa con un sueño llevando sus dibujos a cuestas y sus ilusiones de seguir en la búsqueda de ese ikigai. En Okinawa, dentro de ese corazón de niña, con orejas y de mujercita, con nariz, se terminó de dibujar su “gatito”, ese que la acompañaría por templos y parques de Naha…Y así comenzó su historia…
Primera parte
¿Qué le gustaba dibujar cuando era niña?
Hace un tiempo mi padre me mostró un librito casero del tamaño de una caja de fósforos que le había regalado de niña, se llamaba “Librito de paisajes dibujados”, contenía unos pequeños dibujos pintados con marcadores. Creo que me gustaba dibujar eso, paisajes, animales.
¿Por qué decidió estudiar dibujo y qué sueño tenía al transitar ese camino en la universidad?
Estudié dibujo en la Universidad Nacional de La Plata, luego de probar diferentes disciplinas de las artes plásticas, decidí por el dibujo que es lo que siempre me gusto. Mi sueño, anhelo, intención fue trabajar del dibujo en alguno de sus campos. Mientras estudiaba aprendí animación tradicional en estudios independientes de La Plata y luego trabajé un tiempo en una empresa de videojuegos, al terminar mis estudios decidí orientarme hacia la ilustración editorial.
¿Podría describir la experiencia en Okinawa?, ¿qué aprendió?
En el año 2016 fui becada por el Centro Okinawense en la Argentina, para estudiar Artes Tradicionales en la Universidad de Arte de la Prefectura de Okinawa. Durante un año tuve la posibilidad de asistir a clases con grandes maestros de Bingata (teñido textil), Orimono (tejido), Yakimono (cerámica), Urushi (laqueado) y estudiar el idioma japonés. Esta beca para descendientes, me dio la posibilidad de conocer la tierra donde nacieron mis abuelos maternos y conectar con los familiares que viven allí.
En sus dibujos plasma las tradiciones de Okinawa, ¿qué es lo que le interesa transmitir?, ¿el folclore tradicional?
A través del dibujo busco conectar con mis raíces okinawenses y aprender de la cultura, me interesan las artes tradicionales, su música y danza.
En “Luna de Otoño”1, una abuela y su nieto celebran tsukimi2. Los dibujos recrean elementos, recuerdos y costumbres del Japón que cobran vida en la Argentina: el kimono y las geta3 de la abuela y la bombacha de gaucho y las alpargatas del niño, la llegada de la abuela de Akio y la extensa llanura, el árbol de arce del jardín de la casa colonial y el abuelo que plantó su semilla, momijigari4: la caída de las hojas, lo efímero y el cambio de estación, la ofrenda a la luna y la leyenda del conejo que machaca mochi5, etc. ¿Qué sintió al dibujarlas?, ¿alguna de estas escenas trajo a su memoria una costumbre del otoño japonés junto a sus abuelos okinawenses?
Al ilustrar “Luna de otoño” me base en el sentimiento nikkei, en los descendientes de japoneses y sus diferentes generaciones. La abuela introduce al niño en las tradiciones culturales y filosóficas, conectan los dos en un momento íntimo de celebración. En mi caso no tuve la oportunidad de conocer a mis abuelos okinawenses, pero si a una de las hermanas menores de mi abuelo, la tía Miyosan, quien cumplió 100 años este año. A través de ella conocí historias familiares, comidas tradicionales, como el pepino Goya que lo plantaba en su huerta y canciones infantiles.
En “Amigo Oso no puede dormir”6, crea un reino animal acogedor que le da la bienvenida al invierno: Mamá conejo anudando la bufanda de su hijito, una pareja de ardillas almacenando castañas, Oso preparándose para invernar y dormir plácidamente, pero… ¿Cómo crea este reino? Los colores son suaves y de tonos pasteles, los dibujos son delicados y difuminados, las escenas enternecedoras que se completan con una oración… ¿Por qué su “Amigo Oso no puede dormir”?, ¿no tiene amigos?, ¿no tiene con quien jugar?, ¿el cariño lo cambia todo?
Este libro es un proyecto que trabajé durante varios años, nació en el 2015 en un taller de proyectos editoriales, los años posteriores poco a poco lo fui trabajando, realizando los diseños de personajes, pruebas de estilo, creación de maqueta y bocetos; hasta que lo terminamos de trabajar junto a Eloise Alemany, directora de Periplo ediciones, donde fue publicado el libro. Siempre me gustaron las historias de animales en el bosque, libros como “Peter Rabbit” de Beatrix Potter o “El viento en los sauces” de Kenneth Grahame fueron una gran influencia. Me divierte dibujar los animales humanizados con sus trajes y casitas.
Segunda Parte
En “Del bosque florido: una vida en recetas”7, los recuerdos de una familia cobran vida a través de los dibujos. Me pareció enternecedor el dibujo de la familia comiendo sukiyaki8 en un restaurant del barrio de Balvanera. Los adornos japoneses en la pared, los zapatos al pie del escalón, el padre sirviéndose ¿fideos? en un cuenco, la madre sonriéndole a su hija.
Del bosque florido, es un libro muy especial, ya que fue el primer libro que ilustré sólo con acuarelas. Las historias de Agustina Rabaini, tienen un tinte nikkei (descendiente de japoneses) con el cual encuentro afinidad por mi propia historia familiar. Realmente disfrute ilustrar las diferentes historias y las recetas de Silvia Morizono.
Nankichi Niimi fue un cuentista infantil considerado el Hans Christian Andersen del Japón. Una vez, una persona que admiro por su escritura, me mostró un librito de cuentos que era de su padre japonés, que contaba la historia del “Zorrito Gon”. ¿Tiene un cuentista infantil japonés al que admire?, ¿y un ilustrador japonés?
Admiro a Chihiro Iwasaki, sus libros son bellísimos. Las historias simples y sus ilustraciones son hermosas, las escenas de infancias entre flores y plantas, la soltura del dibujo y su pincelada, la transparencia y frescura de la acuarela. Conocí su obra cuando estudiaba en Okinawa, en una librería de usados. Su obra y los bocetos de Hayao Miyazaki son los que me inspiraron en el uso de las acuarelas para ilustrar.
En “A comprar guantes”『手袋を買いに』de Nankichi Niimi9, el niño zorrito va a comprar guantes para que no se le congelen las manos. Esa simple acción, en el mundo de hoy donde abundan los objetos materiales y que todo está al alcance de la mano, me hizo acordar algo. Cuando era niña, miraba “La familia Ingalls”. En la serie aparecía la tienda de ramos generales: “Oleson`s Mercantile” donde se vendía de todo: telas, golosinas, harina, canastos de mimbre, sortijas de compromiso, ollas, etc. La simpleza de ir a comprar guantes del niño zorro, me hizo acordar a la sencillez de esta tienda. ¿Qué le parece el cuento “A comprar guantes”?
Conocí la obra de Nankichi Niimi por del proyecto “A comprar guantes” de la editorial También el caracol. A través de una historia tierna, Nankichi cuestiona el comportamiento de los humanos. Cuando la editora y traductora Mariana Alonso, me propuso ilustrar esta historia fue una gran alegría, ya que hace tiempo quería trabajar con ellos, sus libros de la colección Bosque de Bambú son una joya. Junto a Mariana decidimos situar la historia en un pueblo parecido al de Nankichi y lo dibujé en una de las escenas, quizá la más significativa.
Uno de sus dibujos, una especie de gatito, parecería ser que aparece en toda su obra (como el hanko10 de su nombre), ¿en qué se inspiró al crearlo?, ¿podría ser como un animalito con el cual se identifica?
El gatito surgió en Okinawa. Durante mi estadía solía ir a dibujar a templos y parques de la ciudad de Naha, con acuarelas pinté esos escenarios que quería atesorar. El gatito fue el personaje que descubría esos nuevos lugares, me acompañó en todo el viaje y se convirtió en un personaje recurrente, además estaba relacionado con mi gatito de esa época, Quique, al que extrañaba.
Usted vive en el sur de la Argentina ¿siente que esa región le regala nuevas fuentes de inspiración y paisajes naturales a sus dibujos?
Los paisajes de la zona me inspiran, los bosques, la montaña, los ríos y lagos. Disfruto mucho dibujar la naturaleza, busco transmitir lo que siento al caminar por estos lugares.
Ya se acerca Navidad, ¿de qué manera sus dibujos recreados en cuentos despiertan la ilusión de un niño?
Cuando se acerca una niña, niño y me cuenta que le gustan mis dibujos, los personajes, me genera gran alegría e inspiración para continuar trabajando en este oficio. Ojalá mis dibujos despierten la curiosidad para abrir un libro y leer su historia.
Y así, con esta historia, parecida a un libro de cuentos, pudimos conocer el universo de Flor Kaneshiro. ¡Feliz Navidad! Y que Papá Noel llegue a cada hogar con una sonrisa y dulces sueños…
Breve Biografía de Flor Kaneshiro
Nacida en La Plata en 1983. Nikkei, 3°generación descendientes de okinawenses. Actualmente vive en San Martín de los Andes.
Licenciada en Artes Plásticas con orientación en Dibujo, Facultad de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, amplió sus estudios en la Universidad de Artes de la Prefectura de Okinawa, Japón, a través de una beca otorgada por el Gobierno de Okinawa y el Centro Okinawense de Argentina.
Ilustró libros para editoriales como Periplo, Hwarang, Pastel de Luna, Brandylane Publishers, Grupo Planeta, Palabras Aladas, Santos Locos Poesía, Abresueños, Mame Editions, entre otras. Realizó colaboraciones con PlayStation Latinoamérica, Revista Ohlalá!, Taragüi, Juegos Maldon.
Posee dos libros como autora integral (historia e ilustraciones), “El llamado” Editorial Eduvim 2020 y “Amigo Oso no puede dormir” Periplo Ediciones 2025.
Expuso sus trabajos en Librería Junkudo Okinawa 2017, “Nuevas miradas del Japón” Embajada del Japón Argentina 2017, “3º Salón de Arte Joven Nikkei” Centro Peruano Japones Perú 2019, “Finding Okinawa” Asociación Okinawense California, Estados Unidos 2019, festival “Los Angeles Asian Pacific Film Festival”, California, Estados Unidos 2020, “Fushigina Kimonchi” muestra individual, Jardín Japonés, Argentina 2023.
Por María Florencia Zaia
Imágenes: María Florencia Zaia, Flor Kaneshiro
Sobre María Florencia Zaia
Nació en Luján, Provincia de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudia japonés desde hace doce años. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.
Referencias
1 Cintia Roberts y Flor Kaneshiro, “Luna de Otoño”, en Lápiz Ediciones, 2025.
2 Tsukimi: contemplación de la luna de mediados de otoño. Celebración donde se ofrenda a la luna dulces como el Tsukimi dango, alimentos de estación, té, sake. Se decora con gramillas de Susuki.
3 Geta: Calzado de madera, abierto que sujeta al pie con una tira de tela que separa el dedo gordo de los demás. Debajo de su base tiene uno o dos dientes (tacos).
4 Momijigari: salir al campo o a las montañas para contemplar la coloración de las hojas. “Gari” significa cazar y/o recolectar y este término surgió en el período de Heian (794-1185), cuando los nobles salían a la montaña para cazar animales salvajes, recolectar frutos silvestres, etc. “Ir a cazar y/o recolectar” podría ser similar a ir a las montañas para contemplar la coloración de las hojas del momiji, o la floración de los cerezos, eso fue lo que creyeron los nobles de aquella época.
5 Mochi: Bola de arroz glutinoso cuya elaboración implica machacar la masa caliente de harina de arroz en un mortero.
6 Flor Kaneshiro, “Amigo Oso no puede dormir”, Periplo Ediciones, 2025.
7 Agustina Rabaini, Silvia Morizono, Flor Kaneshiro, “Del bosque florido: una vida en recetas”, Periplo ediciones, 2018.
8 “Sukiyaki: tradicional plato de olla japonés con carne, vegetales y fideos”, en “Del bosque florido: una vida en recetas”, Periplo ediciones, 2018.
9 Nankichi Niimi, “A comprar guantes”『手袋を買いに』, traducción de Mariana Alonso e ilustraciones de Flor
10 Kaneshiro, editorial También el Caracol, abril de 2025. Hanko: sello.
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