En el marco de las actividades en vacaciones de invierno en el Jardín Japonés, el Sensei Juan Marcelo Saporiti realizó una brillante demostración de karate do en la que pudieron participar una gran cantidad de niños y niñas.
Mostrando katas y sus aplicaciones, demostrando también el uso de armas del kobudo, pero sobre todo con un gran feeling con los chicos, el Sensei Juan Marcelo Saporiti les inculcó que el karate no es para atacar sino sólo para defenderse. Por su parte, los pequeños participantes se llevaron las primeras enseñanzas del karate jugando e interactuando con el profesor, pudieron patear, realizaron movimientos básicos y la pasaron bárbaro.
Sensei Saporiti es 4 Dan y Director Sudamericano de la escuela Okinawa Ryuei Ryu Karate Kobudo Ryuho Kai. Como profesor de educación física y apasionado por el karate, está comprometido con una fuerte convicción en formar hombres de bien, más allá de los aspectos técnicos y físicos de esta disciplina. Por ese motivo hace especial énfasis en la enseñanza de los chicos porque allí está la base del futuro.
«Si los niños viven con seguridad aprenden a tener fe en sí mismos», es uno de los pensamientos que guían su enseñanza. Para él «el karate do es un arte marcial que se puede practicar a cualquier edad y brinda una formación muy valiosa en la etapa de crecimiento de los niños, al contrario de lo que se piensa habitualmente.”
Es discípulo del Sensei Jorge Brinkman y hoy transmite sus enseñanzas y las formas de comportarse a la hora de la práctica con sus propios discípulos. Existen múltiples factores que hacen del karate do una de las actividades más importantes dentro de la educación complementaria de los niños, como son: la disciplina, la integración, el conocimiento del cuerpo y la no violencia.
La DISCIPLINA: en las prácticas lo llevara a desarrollar una inmejorable aptitud psico-fisica logrando la paz interior.
La INTEGRACIÓN: es importante que el niño se relacione con otros chicos fuera de la escuela y que después de la clase de karate do puedan continuar la amistad que se genera en las prácticas.
El CONOCIMIENTO DEL CUERPO: se logra con juegos de acuerdo a la edad de los practicantes, logrando coordinar más de un movimiento entre brazos y piernas, con ejercicios especiales de reaccion y un manejo de la distancia y el equilibrio.
La NO VIOLENCIA: en el karate do se le inculca a los niños no ser agresivos con lo que han aprendido en la clase. Se les enseña uno de los principios fundamentales del karate do: no atacar en ningún momento sino defenderse. Por otra parte, es muy importante el diálogo a fin de preparar su mente y su cuerpo para el futuro hombre que se está formando.
En cuanto a las reglas del dojo y el comportamiento dentro del mismo, se inculca la cortesía con todos, el respeto por los instructores, la puntualidad, la humildad y seriedad en el aprendizaje, la pulcritud. En lo que se refiere a la práctica en sí, depende más de uno mismo porque las indicaciones son: esforzarse física y mentalmente en todas las clases, entrenar regular y constantemente, practicar las bases todas las veces que sea posible y hacer con frecuencia una autoevaluación de los logros técnicos que se obtuvieron.
Este entrenamiento y enseñanza desarrolla no sólo el aspecto muscular y fisiológico, sino también el aspecto psicológico de adaptación al esfuerzo y la asimilación al grupo y en lo educativo, acrecenta los valores morales, amén de la parte técnica en la que podrá adquirir un perfeccionamiento superior de la competencia.
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