En esta segunda parte de los descendientes de familiares que viajaron en el histórico Kasato Maru, Alternativa Nikkei entrevistó a Graciela Arakaki y María Toda, quienes nos comentaron sobre la historia de sus antepasados.
Ver Primera Parte: 1º Parte
Descendientes de Graciela Arakaki (tercera generación)
El tío abuelo de Graciela que viajó en el Kasato Maru se llamaba Matsu Arakaki y tenía 17 años de edad al partir. En ese mismo barco conoció a su futura esposa, Yoshi Higa, de 16 años. Cuando ambos entraron a Brasil, se presentaron como matrimonio y trabajaron en los cafetales, pero por problemas con los contratos, vinieron a Argentina.
Vivieron un tiempo en La Boca y luego se mudaron a Jujuy, donde nació su segundo hijo, a los que seguirían otros diez, aunque lamentablemente dos de ellos fallecieron de pequeños.
En Jujuy trabajaron en el Ingenio Ledesma y es donde ocurrió algo curioso que cambió el rumbo del matrimonio y su familia. Graciela contó que un día sus tíos abuelos y otro grupo de compañeros de trabajo hicieron un baile okinawense, el “Kachashi no hachashi”, simplemente para divertirse. Debido a que no fue bien visto por sus jefes, los echaron del Ingenio. Fue entonces que se fueron a vivir a Rafael Castillo en Buenos Aires, y de allí a Monte Grande, donde tuvieron una quinta.
Yoshi y Matsu Arakaki vivieron junto a sus hijos en la quinta y fue en este lugar que Graciela vivió hasta sus 6 años. Ella apreció mucho a sus tíos abuelos, especialmente a Yoshi, a quien describe como una persona solidaria, fuerte y con muchos valores: “Ella era y es mi ángel guardián, mi sombra protectora (…) su presencia es todo para mí, por eso mi recuerdo de ese ser maravilloso es constante. La tengo muy presente en mi corazón”.
Yoshi asistió partos de inmigrantes japoneses, cuidó de muchos cuando enfermaban y ayudaba en las tareas de las casas si ocurría algún accidente.
Matsu Arakaki murió en 1961 y su esposa Yoshi en 1974. Graciela los recordará siempre con mucho cariño.
Descendendientes de María Toda (tercera generación)
El abuelo de María Toda, Shinchu Nakazato, tenía 23 años cuando arribó a Brasil en junio de 1908. Viajó en el Kasato Maru acompañado de Shinzato Shinsei, bisabuelo de Celia de la Fuente, a quien entrevistamos en la primera parte de este reportaje. En octubre de ese mismo año vino a Argentina y trabajó como chofer y después en el tendido de las vías de ferrocarril en la provincia de Córdoba.
En 1920 ya se encontraba en Corrientes, donde abrió un restaurante. En esta provincia se casó con una correntina, con la que tuvo una hija, María Toyozato, nacida en 1922. Ella vive actualmente en Okinawa y es tía de María Toda.
La primera esposa de Shinchu Nakazato murió y se casó por segunda vez también con una correntina, Mercedes Acosta, la abuela de Toda-san. Ambos tuvieron una hija, Victoria Nakazato, lo que la convierte en hermana de María Toyozato (hija de Nakazato y su primera esposa). Debido a que Toyozato viajó a Okinawa de pequeña y su hermana menor se quedó en Argentina, produjo una separación de las hermanas.
En 1941 Shinchu Nakazato se separó de su segunda esposa y quedó con la custodia de su hija Victoria. Transfirió su negocio a Buenos Aires y planeó regresar a Japón, pero con la Guerra no pudo hacerlo. Al año siguiente falleció, cuando su hija menor tenía 15 años. A los 28 años Victoria se casó con Julio Toda y tuvieron tres hijos: María Toda, a quien entrevistamos, Silvia Cristina y Julio Gustavo.
Después de varios años, Toda-san mantuvo contacto con su tía María Toyozato en Okinawa y en el 2006 pudo visitarla junto a su esposo. Fue un encuentro emotivo. Cuando se encontraron se dieron un abrazo. Toda-san y su marido se quedaron en la casa donde su tía vive actualmente, en Nakijin. Cuando ellos la visitaron tenía 84 años. Su sobrina la describe como una persona cálida y afectiva, muy lúcida, leía sin anteojos y tocaba la armónica y el órgano.
En el 2009 hubo un intento de organizar un reencuentro con las hermanas, pero por problemas de salud de Victoria no se pudo llevar a cabo. De todas formas, después de que María Toda visitara a su tía, mantuvo el contacto con ella.