Soledad Uchima viajó a Japón este año por una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores y visitó la Prefectura de Fukushima como parte del viaje cultural.
En pocos días se cumplen siete años del terremoto y tsunami de Tohoku, en el que varias ciudades de esta región se vieron afectadas. Aprovechamos la oportunidad para entrevistar a Soledad y poder conocer su experiencia.
Fueron tres días de recorrido en Fukushima: un circuito turístico cultural en el que pudieron conocer el proceso de recuperación de la región. La primera visita fue en el Centro Informativo Komyutan (a una hora de la central de Fukushima Daiichi), donde se encontraron con el Gobernador de la Prefectura, Masao Uchibori.
Aquí se interiorizaron más sobre el desastre nuclear, los esfuerzos de descontaminación de la zona y la situación actual del lugar. Hasta el 30 de octubre de 2017, se registraron más de 4 mil muertes en la Prefectura a causa del desastre y también por consecuencias del estrés de los evacuados.
Soledad comenta que en el Centro les mencionaron la ayuda que recibe Fukushima de otras partes de Japón. Por ejemplo, en la ciudad de Sapporo (Región de Hokkaido), la cerveza local empezó a vender productos con una etiqueta de Fukushima: el dinero de las compras de esas cervezas se destinan a la recuperación de la región.
“Fukushima tiene mucho potencial a nivel turístico y cultural y creo que eso ayudaría más para el apoyo a la Prefectura en su recuperación”, manifiesta Soledad al contarnos su experiencia en el lugar.
“En el circuito turístico, visitamos la aldea Ouchi Juku, un pueblo con construcciones del Período Edo. En el momento de la visita había muchos artesanos y pudimos conocer más de la comida regional”, continúa. Dentro del circuito también visitaron el castillo de Aizuwakamatsu, y una zona de camping en Adatara yama.
Durante el recorrido por el mercado de productores en el pueblo de Otama mura, degustaron sakes regionales y conocieron productores independientes de la zona (de cultivos de arroz, vegetales, frutas, sake, soba, wagashi, entre otros). Soledad comenta que la gente local era muy simpática, accesible y cálida, por lo que pasaron un buen momento. A su vez, en Otama mura se encontraron con el alcalde, Yoshikazu Oshiyama, con quien almorzaron platos típicos de la zona.
“La gente de Fukushima está trabajando muy duro después del desastre para lograr nuevamente el posicionamiento turístico. Todos están enfocados en el trabajo y en recuperar la economía regional”, explica Soledad.
Visitas y recorridos dentro del Programa
Para esta beca viajaron 10 nikkeis de diferentes países de Latinoamérica, todos de diferentes áreas de profesión. Además del recorrido en Fukushima, hicieron viajes en otras ciudades.
Una de las experiencias que más le gustó fue la visita al colegio Ozumi, en Tokyo: “Conocimos a los directivos, asistimos a las diferentes clases y tuvimos un intercambio con los estudiantes que eran de primaria. Participamos del almuerzo con ellos y vimos cómo llevaban a cabo la limpieza de las aulas. Fue interesante haber podido compartido ese momento con ellos”.
“Otra de las visitas emotivas fue la de los Príncipes Akishino y Akiko. Fuimos a su residencia, hicimos un intercambio cultural y tuvimos la oportunidad de conversar con ellos en grupos. Fue bastante emotivo porque uno de nuestros compañeros de Brasil dio un discurso y contó que estábamos allí gracias a nuestros abuelos que lucharon para subsistir aquí en Latinoamérica, después de la guerra en Japón”, cuenta Soledad.
Además, nos comenta que ella había viajado a Japón antes, de forma personal y como becaria okinawense. Pero a través de este Programa, sintió una experiencia diferente:
“El viaje superó mis expectativas. El intercambio con los otros becarios fue muy lindo, al igual que la oportunidad de conocer a los diplomáticos durante los recorridos”, concluyó.
¡Agradecemos a Soledad Uchima por compartir su experiencia y fotos del viaje!