Es un bizcochuelo tradicional japonés, muy liviano ya que no lleva manteca o materia grasa alguna. La característica del “kasuterá” es la forma rectangular de la porción.
Ingredientes:
Huevos 8
Azúcar 300 gramos
Miel 4 cucharadas
Agua o leche caliente 50 cc
Harina 0000 200 gramos
Preparación:
- En un bowl mezclar suavemente los huevos e incorporar el azúcar. Batir con batidora eléctrica a velocidad alta durante 10 minutos aprox. Estará lista si al levantar la batidora se puede escribir suavemente con los hilos de la mezcla (punto hilo).
- Derretir la miel en agua/leche caliente y añadirlo al bowl. Batir nuevamente por 1-2 minutos.
- Bajar la velocidad a medio. Incorporar la harina dividiéndolo en 3 tandas cuidando de no formar grumos, batir por 2-3 minutos. Estará lista si al levantar la batidora se puede escribir con los hilos de la mezcla sin que desaparezca la letra (punto letra).
- Calentar el horno a 170-180grados. Colocar la preparación en un molde rectangular o cuadrado. Con una espátula de goma hacer movimientos verticales y horizontales en cruz. De esta manera se levantarán burbujas a la superficie, por lo que se deberá pasar la espátula por encima para reventarlos y así alisar la mezcla. Realizar los movimientos hasta que se dejen de ver espumas.
- Colocar el molde en una asadera y cocinar a altura media del horno. Luego de 1 minuto retirar del horno y realizar los movimientos en cruz (repetir este paso 2 veces). Cocinar 8-10 minutos hasta que se vea un color levemente tostado en la capa superior.
- Bajar la temperatura a 150-160grados y mover la asadera a la parte baja del horno. Cocinar aproximadamente 60 minutos hasta que tome un color tostado.
- Estará lista si se siente firme al aplastarla con la palma de la mano. De lo contrario, seguir cocinando durante 5 ó 10 minutos más.
- Retirar del horno. Apoyarla sobre una rejilla de metal (tipo para decoración de torta)
- Una vez tibio, colocar film transparente en la mesada y sobre él dar vuelta el molde (lo tostado queda hacia abajo) y dejar enfriar. Esto es para que una vez listo, la parte de arriba quede plana y no hundida.
Tip de conocedoras: Si se lo deja reposar un día (y si se aguanta las ganas), resulta más sabroso comerlo al día siguiente.
La historia tras el “kasuterá”
Fue una de las tantas “innovaciones” introducidas por los mercaderes y misioneros portugueses que tenían una única vía de entrada a Japón en el puerto de Nagasaki, hacia el siglo 16. Su nombre proviene de “Pão de Castela”, o pan de Castilla, de las que hay muchas versiones similares en toda Europa.
Puede decirse que es una especialidad de Nagasaki, pero se ha extendido a todo Japón como un dulce muy popular, y ha adoptado variantes con sabor a té verde, azúcar moreno, o miel.
El “kasuterá” suele venderse en cajas largas, siendo cada pastel de unos 27 cm de largo aproximadamente.