El Kōdō es el camino de la fragancia, una disciplina milenaria que actualmente forma parte de las “artes clásicas de refinamiento” de Japón, junto a la caligrafía, los arreglos florales y la tradicional ceremonia del té. Se trata de una disciplina a través de la cual los practicantes buscan la madurez espiritual y la relajación apreciando simplemente las fragancias de los inciensos.
Para practicar el Kōdō se utilizan distintas herramientas de gran elegancia, como pequeños contenedores de inciensos, palillos metálicos, así como un quemador (Koro). En este colocan maderas perfumadas como sándalo, canela, palo de aloe, lavanda y manzanilla entre muchas otras, y se queman en cantidades pequeñas para poder apreciar sus aromas.
Es un arte que a simple vista puede parecer muy sencillo, pero según sus practicantes tiene grandes beneficios tanto a nivel espiritual como físico. Esto se sabe gracias a los monjes budistas que fueron recopilando e investigando los beneficios de este arte desde hace más de 500 años, cuando recién esta disciplina comenzaba a expandirse y a ser mucho más conocida fuera de la nobleza. Estos beneficios son conocidos hoy en día como “Las diez virtudes del Kōdō”, y son los siguientes:
(1) Facilita la comunicación con lo trascendente
(2) Purifica cuerpo y mente
(3) Alivia los pensamientos obsesivos
(4) Mantiene la mente alerta
(5) Alivia los sentimientos de soledad
(6) Trae calma en tiempos complicados
(7) Los inciensos son agradables incluso en abundancia
(8) Cuando no abundan, usar solo un poco satisface
(9) Aunque pase el tiempo su aroma permanece
(10) Su uso no es perjudicial
Dentro de este arte también existen dos ceremonias que se realizan por los practicantes a modo de juego. Una de ellas es el Kumikō, una de las ceremonias más populares de esta disciplina. En este juego, los practicantes se sientan unos cerca de otros, y huelen cuatro veces los inciensos que quema el anfitrión. Los practicantes deben adivinar que clases de maderas perfumadas está usando, y luego entre todos hacen comentarios para llegar a descubrirlos. Este juego sirve también para aprender a reconocer los aromas de los inciensos cuando son mezclados.
Por otra parte, está el Genjikō, otro juego en el que los practicantes deben reconocer en su totalidad el número de inciensos utilizados en cinco quemadores individuales que prepara el anfitrión. Este juego es un poco más complejo y no apto para principiantes, ya que las opiniones acerca de los inciensos se tienen que marcar con patrones lineales o emblemas asociados a los 54 capítulos de Genji Monogatari, la novela clásica de la literatura japonesa escrita durante el periodo Heian.
El Kōdō es una disciplina que ha influenciado mucho a otras artes clásicas debido a su antigüedad y sus conceptos armónicos. Tiene una gran relación con la ceremonia del té y la caligrafía, y entre sus enseñanzas está la cortesía, el apreciar el presente, y el saber disfrutar de las cosas simples.
Hoy en día existen dos escuelas muy importantes que preservan las tradiciones de esta disciplina. Shino-ryu es una ellas, la cual fue expandida a través de la clase samurai y la nobleza. Por otra parte está la escuela Oie-ryu, que mantiene los conceptos que tenía el kōdō durante el periodo Heian, siendo ésta la más antigua de todas.
Referencias: