En los próximos días florecerán los cerezos en Japón. Estas pequeñas flores abrirán sus pétalos como alas de mariposas, primeramente, en Tokio, el 25. Seguidamente en Fukuoka, el 26; Nagoya, el 27; Ōsaka, el 30.1
A principios de abril en Sendai, y finalizará en Sapporo el 30. En esta temporada tan esperada y especial, los japoneses prepararán sus obentō y también su espíritu bello y efímero para sentarse debajo de los cerezos y contemplarlos. Pero, ¿cómo nació esta costumbre?.
En “¿Por qué será que los japoneses realizan el Hanami (contemplación de las flores) bajo los cerezos? Profunda y larga historia de los cerezos y la cultura japonesa”2, se puede aprender sobre esta tradición que comenzó en el período mitológico y continúa hasta nuestros días.
De acuerdo a lo detallado en este artículo: “El lazo de los japoneses y los cerezos es extremadamente antiguo, en el “Kojiki” y en el “Nihon Shoki”, el que descendió a la tierra de la deidad del sol, nieto de Amaterasu: Ninigi no Mikoto, le propuso matrimonio a Konohana Sakuya Hime (Esta Flor Princesa Sakuya), este nombre es un símbolo de algo efímero que se deshoja, y existe la teoría de que la denominación “Flor del Cerezo” (Sakura) proviene del cambio de Sakuya”3.
“Además, en un estudio folclórico hay una teoría que une: “Sa” que significa la deidad del campo del cultivo de arroz y “Kura” el trono de la deidad. Las deidades de los campos de cultivo de arroz habitan en los cerezos en plena floración, y ellas las miran y protegen desde el cultivo hasta la cosecha del arroz, y los agricultores las veneran en agradecimiento por su existencia”.
Por lo anteriormente expuesto, se infiere que el origen de la flor del cerezo se asocia al shintoísmo, conteniendo un significado sagrado y asociado a la naturaleza, los cultivos y el culto a las deidades para agradecer por las buenas cosechas.
Sin embargo, la adoración por la flor del cerezo no se produjo hasta el período Heian (794-1185), representando no solo un momento de contemplación, sino también penetrando en todas las artes tradicionales japonesas: poesía, literatura, pintura, etc.
En la época de Nara (710-794), eran las flores del ciruelo y sus colores vibrantes los que llamaban la atención de las clases nobles. Esto fue debido a la afluencia de los usos y costumbre proveniente de China. De acuerdo al artículo citado, en el “Manyōshū (colección de poesía más antigua), aparecen compuestos muchos poemas: cuarenta y tres de los cerezos, y ciento diez de los ciruelos”.
En Heian, la flor del cerezo tomó la supremacía y se vio claramente reflejada como fuente de inspiración de muchos poemas. Un episodio que mostró el cambio de los gustos fue cuando: “El Emperador Tenmu, quien relocalizó la capital en Kioto, y quien había plantado los ciruelos en el Hall de Ceremonias del Palacio Imperial, fue quien ayudó al Emperador Ninmyō a trasplantar y cambiarlas por cerezos, y las familias nobles comenzaron a estimarlos”.
“Por documentos, el Hanami que se llevó a cabo más tempranamente fue en el año 8 de la era Tencho (831). El Emperador Saga realizó en el templo budista Shinsenen un «Banquete de flores de estación», y luego de eso, de allí en adelante, se convirtió en un evento regular en la Corte Imperial, y esas circunstancias están descriptas en el “Banquete de flores” de la «Novela de Genji»”.
Como lo dicho antes, en el presente artículo, el amor por las flores del cerezo despertó la inspiración de las clases nobles, quienes componían poemas propios y memorizaban los consagrados. Saber poesía y dominar este arte era considerado en la época de Heian como ser una persona culta y refinada. Los amantes intercambiaban poemas, siendo este el lenguaje/código establecido para comunicarse. Los poemas podían aludir a los estados de ánimo camuflados en circunstancias de la naturaleza y/o personificar una mujer bella con una flor del cerezo para sugerir su hermosura.
「ひさかたのひかりのどけき春の日にしづ心なく花の散るらむ」4
“En un día de primavera de apacibles rayos de sol, ¿Por qué será que se deshojan las flores de los cerezos con el corazón intranquilo?” (Traducción propia –amateur-).
Este poema muestra el estado de ánimo del corazón de los seres humanos representado por los pétalos de los cerezos que se caen. Al buscar más información sobre el mismo5, pude interpretar que el que se deshojen las flores del cerezo en un día de primavera de apacibles rayos del sol, sería como una personificación o representaría la intranquilidad de los corazones de los seres humanos. Lo rápido, lo efímero, lo precipitado de “perder los pétalos”, es lo que podría compararse con esa agitación o alteración del corazón de los hombres.
Al entrar en el período Kamakura, el amor y adoración por los cerezos se heredó. En esta época surgió un ensayo escrito por Yoshida Kenkō, conocido como “Diario de un Ocioso” donde están escritas las comparaciones entre: “la nobleza que apreciaba elegantemente las flores del cerezo, y los campesinos, yendo hacia arriba de la capital, que bebían sake y recitaban renga, haciendo un gran alboroto”.
En lo referente a cómo los Hanami se fueron extendiendo de la nobleza al pueblo, los banquetes a gran escala de Toyotomi Hideyoshi se utilizaron como modelos para eventos posteriores. Además, se adoptó la costumbre de trasplantar árboles de cerezos en templos, santuarios y montañas.
Desde el momento en que se popularizó el Hanami, la forma de expandir los árboles del cerezo era a través de nuevas plantaciones y la creación de nuevos espacios de paseo por parte de la clase gobernante. Esencialmente, las flores del cerezo tiene un significado muy profundo, siendo la contemplación y el picnic debajo de los árboles solo lo visible de un sentimiento oculto que no se podría expresarse con simples palabras.
“¿Sólo se deben contemplar las flores de los cerezos cuando están en su mayor esplendor, y la luna cuando no la cubre ninguna nube? Añorar la luna que está al otro lado de la lluvia, retirarse a un cubículo; bajar las persianas y permanecer sin ser conscientes del paso de la primavera, es mucho más conmovedor: Una rama que está a punto de estallar y florecer, y un jardín cubierto de pétalos, son de mucho más interés para nuestros ojos…”.6
Por María Florencia Zaia
Sobre María Florencia Zaia
Nació en Luján, Provincia de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudia japonés desde hace doce años. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.
Referencias
1 “Actualización del pronóstico de floración de los cerezos en 2025”, en Nippon.com en español. Enlace de la noticia: https://www.nippon.com/es/japan-data/h02315/?cx_recs_click=true
2 『日本人はなぜ桜の下で花見をするんだろう?桜と日本文化の深〜く長〜い物語』en revista cultural “Into Japan Waraku”, artículo publicado el 20 de marzo de 2019. Enlace de la noticia: https://intojapanwaraku.com/rock/culture-rock/2537/
3 De aquí en adelante todos los párrafos entrecomillas y en cursiva serán traducciones amateur de quien escribe a partir de la información publicada en el artículo detallado en la anterior nota al pie.
4 Publicado en 『日本人はなぜ桜の下で花見をするんだろう?桜と日本文化の深〜く長〜い物語』en revista cultural “Into Japan Waraku”, artículo publicado el 20 de marzo de 2019. Enlace de la noticia: https://intojapanwaraku.com/rock/culture-rock/2537/
5 Sitio Web que explica en detalle el poema https://ogurasansou.jp.net/columns/hyakunin/2017/10/17/1177/
6 Kenko Yoshida, “Tsurezuregusa-ocurrencias de un ocioso”, Traducción, Presentación y Notas de Justino Rodríguez, Ed. Hiperión. -Nota/anotación 137 (Pág. 123)-.