«El territorio austral del país presenta una de las zonas más afectadas por diversos actos de la naturaleza. Actualmente se presenta como una de las 10 naciones que más gastos de suministros tuvo a nivel mundial y Latinoamericano».
Los desastres naturales cada vez nos ponen más a prueba de acuerdo a nuestro instinto de supervivencia, a veces vulnerable frente al poder abrasivo de esta misma. Otras veces nos hace meditar sobre nuestro propio cuidado hacia el entorno en que sobrevivimos, pero sinceramente ¿hemos aprendido algo?. La respuesta sólo es tomada como afirmativa en países que realmente presentan estos problemas. Un ejemplo de esto es justamente Chile y Japón.
HERMANDAD ENTRE CHILE Y JAPÓN
A pesar de que el país sudamericano presenta diversas diferencias culturales y sociales frente a uno de los gigantes precursores económicos, como lo es Japón, ambos desde el año 1897 mantienen el tratado de amistad, comercio y libre navegación marítima adjudicado frente a la llegada de los primeros colonos japoneses a los principales puertos de Chile.
Si bien ambas naciones nunca presentaron una participación activa, los últimos años han generado alianzas colaborativas en torno a los diversos sistemas de investigación, prevención y precaución de riesgos post catástrofes naturales, específicamente hablando de los diversos sismos – puesto que ambos se presentan en el cinturón de fuego – y posteriores tsunamis.
En noviembre del año 2016 Japón pidió unir fuerzas en torno a la comunicación bajo estos mismos sucesos, enfocando gran parte de recursos humanos y financieros en la cooperación mutua junto al pueblo portuario chileno, requiriendo la correcta administración por parte de los diversos profesionales, organizaciones y fuerzas armadas de Chile para un simulacro binacional llevado entre los puertos de Hososhima (Prefectura de Miyazaki) y Valparaíso (Quinta Región de Chile).
INCENDIOS FORESTALES AL CENTRO-SUR DE CHILE
La catástrofe que conmocionó no sólo a un país, sino al mundo entero, comenzó el pasado 15 de enero en la región del Maule, en la comuna de Vichuquen (Chile). Pasadas las 17:00 horas, la Corporación Nacional Forestal confirmaba una alarmante noticia: tres brigadistas de su institución habían fallecido frente al descontrol de las llamas, las que no cesaban y se dirigían a diversos sectores urbanos de la región.
A medida que avanzaba la catástrofe, se comenzaron a tomar sospechas de diversos grupos étnicos y sociales que sumó desesperación a los habitantes, quienes bajo el descontrol de sus bienes materiales y ganados, insistieron en la cooperación para extinguir las llamas.
En total se contabilizaron a la fecha sesenta y tres (63) focos de incendio, 40 extinguidos, 18 controlados y solo 5 se encuentran aún en combate. A su vez, la situación dejó a 10 fallecidos, entre los que se cuentan los tres brigadistas antes mencionados (Ricardo Salas – 42, Sergio Faúndez – 28 y Wilfredo Salgado – 35); dos agentes policiales (Freddy Fernandéz – 51 y Mauricio Roca – 35); dos voluntarios de la compañía de bomberos (Hernán Avilés – 26 y el ex-comandante Juan Bizama – 53); además de un rescatista civil (Rolf Kehr – 30) y dos civiles no identificados.
COLABORACIÓN INTERNACIONAL
Alrededor de una veintena de países provenientes de los cinco continentes fueron los que ayudaron a apaciguar las llamas de los diversos sectores abatidos por la catástrofe. En su mayoría se destaca la ayuda indiscutible de las fuerzas aéreas, quienes dispusieron diversas aeronaves técnicas y de bombeo de líquido, entre las que se cuentan el estadounidense SuperTanker – gestionado por la psicóloga chilena e integrante familiar de los supermercados Wal-Mart, Ana María Avilés, el ruso Ilyushin II 76 y los diversos Hércules de Brasil, además de las más de 40 brigadas de rescate.
Asimismo, a favor de un acto solemne el Canciller Chileno, Heraldo Muñoz, agradeció de manera oficial a los diversos profesionales y voluntarios que ayudaron de manera colaborativa con las diversas instituciones chilenas.
ASISTENCIA JAPONESA: COORDINACIÓN Y RETARDANTES
El miércoles 1 de febrero una delegación japonesa, bajo las órdenes de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), hizo anuncio de una asistencia a la catástrofe a través de un comunicado oficial encabezado por el embajador del gobierno japonés en Chile, el señor Naoto Nikai, además de su homónimo chileno en Japón, el señor Gustavo Ayares.
La ayuda esta vez se centró en la entrega de 500 mil litros de solución retardante para combatir los incendios en el país. Un retardante de fuego puede ser líquido, sólido o gaseoso, y lo que hace al ser lanzado, es inhibir la combustión de distintos tipos de materiales como la madera – en este caso los troncos – la que bajo este proceso puede llegar a soportar las llamas de un incendio o de protegerse más de él.
Los profesionales japoneses que encomendaron la misión de asistencia son expertos en incendios forestales y desde hace una semana que se encontraban visitando la zona afectada, principalmente de la región del Maule para definir cuál era la mejor técnica en la ayuda del apaciguamiento de los siniestros.
SENSIBILIDAD NIKKEI
Desde el año 2014 la Corporación Nikkei de Valparaíso ( V Región de Chile), realiza uno de los eventos multiculturales denominado «Festival Japón-Valparaíso», esto en cooperación constante con el gran crucero de la paz o mejor denominado «Peace Boat». Ambas organizaciones no gubernamentales y que no poseen finalidad de lucro buscan adentrar en la promoción de derechos humanos, desarrollo social sustentable y el cuidado por el medio ambiente bajo un carácter diplomático en torno a actos culturales propios japoneses y del país local.
Este año la fraternal embarcación destinada desde la ciudad de Kioto, con un total de 800 japoneses y alrededor de 70 pasajeros de origen chino arribaron en el puerto chileno para brindar la ayuda total de 10.000 paquetes de arroz instantaneo «Onishi», el cual fue utilizado de igual forma para los damnificados del gran terremoto del 2011 en el este de Sendai (Prefectura de Miyagi).
El destacado nikkei, fundador de Nikkei Youth Network y director de la Corporación Nikkeis de Valparaíso, Akira Uchimura Moraga nos comenta:
«Son cuatro años desde que venimos realizando este evento, antes de eso sólo venía el barco y realizábamos el tour de la amistad, paseando por diversos sectores de la ciudad con chilenos que hablaban japonés y aprovechando para interiorizar sobre las distintas organizaciones que trabajan en la región. Hoy estamos contentos de que esto, además de ser una actividad de un intercambio cultural, sea además una oportunidad de unir lazos de manera solidaria».
Las actividades culturales y solidarias, si bien duraron cerca de tres horas, los presentes pudieron apreciar diversas actividades como puestos de comida típica nipona, bailes folclóricos de ambas culturas, muestras de kimonos y diversas charlas por organizaciones sociales como rehabilitadores de fauna silvestre y emprendedores bajo el reciclaje sustentable.
NOTA DEDICADA A MI QUERIDO PUEBLO CHILENO.
雨に濡れて露恐ろしからず – Ame ni nurete tsuyu osoroshikarazu.
AGRADECIMIENTOS AL DIARIO «EL MERCURIO DE ANTOFAGASTA».