De la parlamentaria Takako Doi a la ministra Yūko Obuchi
Septiembre trajo aparejados importantes cambios a nivel político. Al mismo tiempo que la administración Abe modificó su gabinete otorgándole mayor lugar a las mujeres, Japón se despidió de la líder femenina más importante de su historia reciente. La situación amerita repasar el lugar de la mujer en la política.
Tiempos de cambio
Los años 80 y 90 se caracterizaron por la convulsión y el cambio político. La agudización de las privatizaciones, la pérdida de poder por parte de los sindicatos, la irrupción de nuevos partidos políticos y la fractura en el binomio Nippon Shakaitō – Jimintō fueron algunos de los hitos más recordados, sin embargo emergió el debate respecto del rol de la mujer en la sociedad, el mercado y la política japonesa. Sin lugar a dudas la figura más relevante en dicha cuestión fue Takako Doi miembro de Nippon Shakaitō y representante por Hyōgo que falleció el 20 de septiembre pasado.
La lucha por un nuevo lugar
El estilo de Doi marcó una nueva etapa en la conocida sociedad machista japonesa. Abogó por la eliminación de la discriminación hacia la mujer en el ámbito laboral, mayor participación política, criticó las restricciones impuestas a la mujer en diversos ámbitos y entusiasmó a una sociedad poco acostumbrada a escuchar a líderes femeninas con un estilo fuerte, directo y crítico. La creciente popularidad de la dirigente socialista la llevó a ser la primera mujer Vocal de la Cámara de los Representantes y posteriormente líder del Partido Socialista Japonés (próximo a convertirse en el Partido Socialdemócrata).
La puesta en marcha y el legado, mucho más que “Yama ga ugoita”
A partir de la segunda mitad de los 90, la carrera de Doi siguió los pasos de los remanentes del Partido Socialista. A los socialistas les había llegado la hora y comenzaría el camino a Koizumi con los gobiernos de Hashimoto, Obuchi y Mori. No obstante la montaña se había movido (en japonés “yama ga ugoita”), y a partir de ese momento las mujeres verían mejorada su posición en la política. Durante la primera década del siglo 21, Japón tuvo mujeres gobernadoras, ministras, líderes partidarias así como también notables parlamentaristas. Al mismo tiempo, el establishment político comprendió que era necesario un mayor grado de inclusión, no sólo en la política, asimismo en otros ámbitos. Desde una perspectiva legal, Japón también promulgó legislación en dicho sentido y promovió la disminución de discriminación laboral e impedimentos para alcanzar puestos dirigenciales.
Las nuevas generaciones y un futuro expectante
Con el cambio de gabinete de septiembre último, cinco mujeres fueron nombradas ministras del Japón, pero fue sobre Yūko Obuchi, actual Ministra de Industria donde se centraron todas las miradas. Con un perfil conciliador, cercano al público y con experiencia en gestión gubernamental (que por momentos recuerda al de su padre Keizō), la ministra Obuchi cuenta con amplias posibilidades de ser la primera mujer en convertirse en Primer Ministro.
Si decimos que el cambio a nivel estructura y sociedad tomó lugar, llevando a una revalorización de la mujer en la esfera política a lo largo de todos estos años, queda claro que depende del accionar de las nuevas líderes políticas el continuar construyendo un mejor futuro. Dentro de este marco Obuchi puede ser una figura clave.