Hayao Miyazaki es un ilustrador, animador, productor y director de cine japonés nacido en Tokio en 1941 que junto con Toshio Suzuki e Isao Takahata fundaron Studio Ghibli en 1985, una de las productoras de cine de animación más trascendentes del mundo.
Los largometrajes y cortometrajes del estudio, tanto los dirigidos por Miyazaki, Takahata u otros directores, se caracterizan por reflejar la inocencia de la infancia, el amor y el respeto hacia la naturaleza, entendida como una totalidad en donde los humanos, animales, plantas y espíritus deberían coexistir en paz y armonía, la importancia de la amistad y la unión, el valor y la protección de los seres queridos, la admiración y el respeto hacia los mayores, personas que por haber estado más tiempo en este mundo, son poseedoras de una gran sabiduría, siendo su principal misión transmitirla a las generaciones más jóvenes e inexpertas.
Entre los títulos más famosos del estudio se encuentra “Mononoke Hime” (La princesa Mononoke) de 1997.
Mononoke Hime fue el proyecto más extenso del estudio, llevó tres años el finalizarla y supuso un cuestionamiento por parte de Miyazaki acerca de si debía continuar o no en el mundo de la animación. Es una de las películas más serias, más críticas y pesimistas del estudio, en comparación con otras obras.
La película está ambientada en Japón, durante el período Muromachi (1336-1573), una época de muchos conflictos en el país debido a que la unificación nacional estaba en proceso, pero la sociedad aún se encontraba muy fragmentada y reacia a la sumisión por parte del poder estatal, el cual en aquel entonces era dominado por el Shogun y el ejercito samurái.
La disputa de poder entre diversos grupos de samurái y señores feudales eran constantes, mientras que el campesinado, sector más explotado, era el que sufría con más intensidad las consecuencias del conflicto.
Durante el comienzo de la película vemos al Príncipe Emishi, Ashitaka, ser advertido por su hermana que una presencia extraña se aproximaba a la aldea. El joven Príncipe aguarda impacientemente hasta que un demonio jabalí emerge de lo profundo del bosque y avanza inminentemente hacia la aldea, destruyendo todo a su paso.
Luego de una persecución en la cual Ashitaka resulta herido, el jabalí es derrotado. Todos los habitantes de la aldea, incluida una anciana denominada Oráculo, se acercan al jabalí y dedicándole una oración le piden que por favor no guarde rencor hacia los aldeanos y que a cambio de ello, venerarán su espíritu. El demonio jabalí, con sus últimas fuerzas, les dice a los aldeanos que son seres despreciables y que todos ellos conocerán su ira y su dolor.
Mientras el Oráculo consulta el destino, le advierte a Ashitaka y a los aldeanos allí presentes que el jabalí resultaba ser un dios, el cuál fue herido con un objeto circular de aspecto extraño y a raíz de ese ataque, fue poseído por una gran furia que terminó convirtiéndolo en un demonio sediento de destrucción. También le informa que la herida en su brazo es mortal y acabará consumiéndolo por completo.
Preocupado ante la situación, Ashitaka decide abandonar su aldea siguiendo las huellas del jabalí para averiguar que fue lo que tanto daño le causó y tratar de encontrar una cura a su condición.
La batalla central del film es entre los humanos y la naturaleza, específicamente entre Lady Eboshi (líder del pueblo Tatara de la ciudad del hierro) y su ejército contra San, una humana que fue adoptada y criada por el clan de los lobos, los demás animales y espíritus del bosque. Este conflicto se debe a que para conseguir los materiales necesarios para la producción de hierro y armas, la tala de árboles es clave y ante esta situación, los espíritus y animales se organizan para evitar que su hábitat sea destruida en beneficio de los humanos y de sus ansias de progreso y modernización.
Mononoke Hime es una película con un alto contenido histórico debido a que, como se mencionó anteriormente, Miyazaki la ubica en el período Muromachi y desarrolla la trama teniendo en cuenta lo conflictos claves de aquella época.
Un factor histórico de relevancia que Miyazaki incluye en el film, es el inicio de la producción de armas de fuego que se llevó a cabo en 1543 aproximadamente, gracias a la introducción de armamento proveniente de Portugal, potencia comercial y marítima de la época que ingresó a Japón con la intención de establecer relaciones económicas y también de evangelizar a la población.
Por otro lado, desde una perspectiva etnológica, en el film se percibe una suerte de reivindicación y visibilización del pueblo Emishi, al cual pertenece Ashitaka.
Históricamente, los Emishi eran un pueblo aborigen japonés que habitaba el noreste de la isla principal nipona, Honshu. Poseían una cultura y un idioma completamente diferente al resto de la población y a su vez resaltaban por sus grandes diferencias físicas, con un aspecto más caucásico con cabello ondulado y abundante vello corporal.
Durante la expansión del reino de Yamato, primer protoestado de Japón, se enviaron campañas militares a la zona Emishi a luchar por el dominio territorial y la sumisión cultural con la finalidad de homogeneizar a la población y así poder constituír una nación unificada y un poder centralizado.
Si bien no fue fácil para la corte imperial avasallar al pueblo Emishi, luego de varias luchas,
lograron la conquista del territorio, absorbiendo gran parte de la población autóctona, mientras que otros fueron exterminados y otros se refugiaron en el exilio, principalmente en la isla de Hokkaido.
Las creencias del pueblo Emishi o Ainu se basan en el animismo, es decir en la creencia de que tanto las cosas animadas (humanos, animales y plantas), inanimadas (rocas, montañas, lagos), como también fenómenos naturales (el sol, la luna, el relámpago, las tormentas) son poseedoras de un espíritu o alma. Ésta creencia antigua se establece a través de un fuerte culto a la naturaleza, es por eso que a lo largo del film se puede observar esta relación de respeto, admiración e incluso temor que el pueblo Emishi y Ashitaka tienen con la naturaleza. Como por ejemplo la escena en donde el Oráculo le ofrece sus respetos y los de todos los aldeanos al espíritu del jabalí herido.
Retomando la aparición de dioses en el film, el Shishigami o espíritu del bosque es uno de los personajes principales. Es presentado como un dios de la vida y de la muerte, debido a que cura a Ashitaka de una herida mortal, pero a su vez deja morir a Moro, el dios lobo, y a Okkoto, el dios jabalí. Si bien no hay registro de un personaje de esas características en la mitología japonesa, al menos no en la forma diurna del personaje, se comprende que en la religión Shintoísta los mismos creyentes daban nombre y entidad a los dioses a los cuales veneraban. Por ende, aunque el término shishigami no haga referencia a ningún dios shintoísta, eso no implica la inexistencia de un dios protector que cumpla con esas características.
Según Miyazaki: “Cada país posee una tradición que es necesario transmitir y preservar. Las fronteras se están aboliendo. Paradójicamente, los hombres que no tienen un lugar de pertenencia son despreciados. Un lugar es un pasado, es una historia. Pienso que los pueblos que hayan olvidado su herencia van a desaparecer.”
A partir de sus palabras se puede concluir que Mononoke Hime es un intento por hacer comprender a las generaciones más jóvenes, sean japonesas o no, una parte de la historia de su país natal como lo es el abuso del poder militar, el dominio de los más fuertes sobre los más débiles, la anulación de las minorías en beneficio de las mayorías, la reivindicación de los pueblos olvidados y a su vez la demostración de que las creencias antiguas pueden resultar primitivas ante la mirada moderna, pero aquellos pueblos poseían una relación mucho más cercana con la naturaleza, en la cual el respeto y la veneración eran primordiales.
Los seres humanos, ansiosos de progreso, dejaron de lado esa pacífica coexistencia y el film de Hayao Miyazaki trata de demostrar que eso no siempre fue así, que el ser humano no siempre fue egoísta y dominante. En la actualidad todos los daños perpetuados por las sociedades están generando respuestas negativas por parte de la naturaleza: la contaminación, el cambio climático, la extinción de especies, todos estos fenómenos son consecuencia de las acciones del hombre. Es por eso que es importante recordar el pasado, recordar la historia de cada pueblo y rememorar aquella relación de mutuo entendimiento que tenían con el medio ambiente, es quizás desde esta perspectiva en donde el cambio hacia una población más consciente y responsable puede llevarse a cabo.
Fuentes consultadas:
-Montero Plata, Laura. El mundo invisible de Hayao Miyazaki. Dolmen Editorial. Palma de Mallorca, España. 2012.
-Robles, Manuel. Antología del Studio Ghibli. De Nausicaa a Mononoke Hime (1984-1997). Manga Books. España. 2010
Por María Victoria Cardoso
Sobre María Victoria Cardoso
Victoria Cardoso, editora en proceso, estudiante de idioma japonés en Asociación Japonesa Seibu. Realizó distintos cursos relacionados a la cultura japonesa, algunos de ellos son: Curso de Historia y Sociología Japonesa y Diplomatura en estudios Nikkei (CEUAN), Curso Marcas de autor en el cine de Hayao Miyazaki (SEUBE – UBA), Curso Escrituras, mitologías e historia del Japón (SEUBE – UBA) y Seminario de Historia de Japón (Nichia Gakuin). Se interesó en la cultura japonesa a partir de los ideogramas, la música, el cine y la literatura.