Cada vez falta menos para que se acabe el año, y ya empezamos a estar más pendientes de lo que queremos para el 2015. En todos los países sin importar la cultura, el comienzo de un nuevo año es algo muy positivo. Es otra oportunidad para mejorar en lo que venimos haciendo, o bien, para llevar a cabo nuevas metas o proyectos. Pero también para llegar a esto, muchas veces necesitamos estar “limpios” de todo lo malo que pudo haber ocurrido durante el año. Esta “limpieza” casi siempre tiene que ver con lo espiritual, y en cada cultura se realiza de distintas formas. Se la puede encontrar simbólicamente en forma de despedidas de fin de año, festejos o cambio de hábitos.
En Japón justamente, existe una tradición para borrar todo lo malo del año anterior y así poder dar paso a un nuevo año sin estas energías. Esta tradición es llamada “ōsōji” y se trata de una limpieza exhaustiva que se lleva a cabo tanto en las casas como en las oficinas y las escuelas. Esta limpieza tan importante para quitar la “suciedad espiritual” se hace unos pocos días antes del 31 de diciembre. Mientras se lleva a cabo el ōsōji, el no dejar nada pendiente es de suma importancia.
Los japoneses al mismo tiempo que van realizando la limpieza de fin de año, tratan de arreglar, cambiar o mejorar los objetos del hogar. En los templos comienzan desde temprano a barrer los pisos y a sacar los tradicionales “tatami” al sol, y en los negocios limpian cada rincón con el fin de remover lo negativo y lograr que entre la prosperidad. También durante estas fechas la gente trata de terminar las tareas que quedaron incompletas y pagar las deudas pendientes, para así poder despedir el año viejo y recibir al nuevo de la mejor forma posible.