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Brian Torres tiene tan sólo 10 años y ya es un karateka apasionado. Es cinturón marrón y practica en el Centro de Enseñanza de Karate-do de Campana, perteneciente a la Escuela Shorinryu Karate-Do Kyudokan Federation, con el Profesor Cristian Lugani.
¿Por qué elegiste el karate?
Elegí karate porque miré una película llamada «Karate Kid» y me gustó.
¿Quién te llevó a karate y por qué?
Mi papá me llevó para probar y ver si es lo que en verdad me gustaba.
¿Qué es lo que más te divierte del karate?
Me gusta cuando vamos en micro a los torneos porque contamos chistes y somos un grupo muy unido, tanto en el dojo practicando y en los torneos compitiendo.
¿Qué pensás del karate?
Pienso que es un deporte muy sano y disciplinado.
¿Te sentís más fuerte haciendo karate?
Sí, me siento más fuerte.
¿Qué te enseña tu maestro?
El maestro me enseña que lo importante es participar y mejorar en cada torneo aunque pierda.
¿Desde que haces karate, te portás mejor?
Me porto igual que siempre.
¿Cómo te ves cuando seas grande?
Viajando a Japón, siendo maestro de karate. También me gustaría estudiar abogacía para defender a las personas inocentes.
En otra entrevista con los padres, se preguntó sobre su hijo respecto al karate, si cambió de conducta, si se porta mejor y si los valores del karate han influido en su vida cotidiana.
Padres de Brian:
Brian es un niño muy tranquilo. El karate no cambió su conducta porque siempre fue así, con mucho carácter. Pero los valores que le influye el karate son muy buenos para su vida cotidiana, porque en este deporte ayuda mucho a sus pares, a seguir intentando y no rendirse nunca.
Voy a contar una particularidad. Brian es un nene alérgico y antes de empezar este deporte sufría mucho de los bronquios. Estuvo 2 años con un tratamiento médico a raíz de sus pulmones, pero aun así le agarraba bronco espasmos más espaciados. Cuando empezó a practicar este deporte se le cortó definitivamente los problemas bronquiales, por eso me encanta este deporte más que otros, no solamente porque lo favoreció a mi hijo en su salud, sino por los grandes valores que le inculcan.
¿Cómo es el comportamiento en la escuela y en la casa?
El comportamiento en la escuela siempre fue muy bueno y en la casa también lo es. A pesar de que tiene un carácter fuerte, es un niño que lo logra sobrellevar porque escucha y aprende de sus errores.
No hay ninguna duda que el Karate cambia el carácter y la conducta de los niños porque los hace más compañeros y más solidarios. Les inculca que se deben portar bien ante los padres y en el ámbito del colegio, con una enseñanza fundamental para la vida: tener paciencia y estar alejados de la violencia. No dudamos que las artes marciales japonesas son sumamente beneficiosas para la vida.
Foto de portada: Brian Torres con el Sensei Japonés Koyu Higa, hijo de Minoru Higa, actual Director Mundial de la Escuela Kyudokan Renshukan.
El Karate y el niño: Aportes
Contrariamente a lo que muchos suponen de la práctica del Karate-do en los niños, no provoca en ellos violencia ni lesiones de ninguna naturaleza. El niño aprende desde un principio a controlar el aspecto técnico, muscular y la faz agresiva. Además, las clases se desarrollan en un marco sano de compañerismo y respeto mutuo.
Por otro lado, está comprobado científicamente que la práctica de esta disciplina actuá en el niño con un eficaz y natural método para afianzar una sana personalidad.
El Karate-do le brindará al niño:
* Un eficaz sistema de defensa personal.
* Coordinación psicomotriz.
* Destreza, reflejos y capacidad de reacción.
* Descarga energética.
* Desinhibición.
* Disciplina.
* Concentración.
* Desarrollo intuitivo.
* Dominio de sí mismo.
* Voluntad y fe inquebrantables.
* Humildad y tolerancia.
* Responsabilidad.
* Creatividad.
* Sentido de camaradería, respeto hacia sus compañeros y profesores; y por extensión, hacia su familia y sociedad.
Un niño apto física, psíquica y espiritualmente, es un niño feliz preparado para enfrentar la vida y triunfar en ella.
