El pasado 19 de octubre a las 18:00 hs. se llevó a cabo en el Museo Nacional de Arte Oriental el ciclo de encuentros: “Puentes a Japón VI, período Edo y el escenario audiovisual contemporáneo”, organizado por el Instituto Superior de Estudios Japoneses- con el auspicio de la Centro Cultural e Informativo de la Embajada del Japón en la República Argentina-. Esta charla se enmarcó dentro de la celebración del 125° Aniversario de las Relaciones Diplomáticas entre ambos países.
Alrededor del espacio de la disertación a cargo de la Lic. Marcela Canizo, se desplegaba como un abanico de blancos, grises y negros: pinceladas y tallas de la muestra道Dō, proyecto curatorial a cargo de Mami Goda, con obras de sumi-e de Julieta Jiterman y escultura de tallado en piedra de Juan Pablo Marturano. 道Dō: “En Japón existe un concepto vinculado a sus múltiples artes tradicionales, basado en la espiritualidad de entrenar el cuerpo y la mente a través de la práctica. Dō refiere al camino, al perpetuo andar que no termina ni se abandona.” (Mami Goda)
Marcela Canizo, es Licenciada en Artes por la Universidad de Buenos Aires y Directora de Fotografía por la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica. Realizó su Maestría en Comunicación y Semiótica en la universidad Católica de San Pablo. Investiga el cine nikkei latinoamericano”[1].
La apertura estuvo a cargo de la Directora del Museo Nacional de Arte Oriental, Sra. Rocío Boffo, y de la Directora del Instituto Superior de Estudios Japoneses, Dra. Paula Hoyos Hattori, quienes gentilmente agradecieron la asistencia de los presentes, así como también a la Lic. Canizo.
Con un impulso visual, la conferencia comenzó con un video corto donde se mostraban diferentes tipografías, imágenes, sonidos, fragmentos de películas, etc. La Lic. Canizo defini
ó estas imágenes como una propuesta provocadora: “Un Japón expandido y en movimiento; una obra de videoarte que se llama «Eiga» –Imágenes en movimiento-, es como se llama el cine en Japón; un gran homenaje al cine japonés. En este video el artista propone tratar de adivinar cuáles son las películas, los directores, los músicos”. La Lic. Canizo siente que este video está alineado con su búsqueda y aprendizaje en torno a Japón y al cine japonés.
De acuerdo a la Lic. Canizo, Mizoguchi Kenji –Director de cine- trajo un emblema de lo fue el cine en sus comienzos; fue artista plástico y conocía de arte occidental y oriental. Además, agregó que la industria del cine en Japón estaba conformada por personas que no tenían una formación universitaria y que se fueron acercando a una industria; a un tipo de trabajo, a un oficio: escritores, músicos, fotógrafos, actores, directores. Así se fue conformando el cine japonés a partir de productoras cinematográficas. El cine en este país nació en 1897, con la llegada de las primeras cámaras; se aproximó, así, ese mundo de oriente con occidente de manera ba
stante igualitaria.
Volviendo al Director de cine Mizoguchi quién hizo varias películas con el mundo de la mujer, con los barrios del placer del período Edo; formó el cine japonés a partir del teatro 「歌舞伎」Kabuki y teatro Shinpa 「新派」, participaba un 「弁士」 benshi –narrador-que tenía mucho que ver con tradición de las artes performáticas en Japón y las artes plásticas –no las tradicionales- también participaban de esto. En los cincuenta, entró el cine japonés a los festivales internacionales como el de Venecia con la película Rashōmon (羅生門) de Akira Kurosawa, se comenzaron a ver este tipo de imágenes, historias y narrativas que tenían que ver con “Un otro”.
Elementos de este cine con el Ukiyo-e「浮世絵」 (Mundo flotante), siendo las primeras referencias de la Lic. Canizo: Mizoguchi Kenji (溝口健二) y Kitagawa y Utamaro (喜多川 歌麿); Utamaro es uno de los grandes artistas del período Edo.
Además, según lo explicado por ella, lo interesante de este “Japón que se expande”, es que hay producciones audiovisuales desde hace algunos años, en varios países de Latinoamérica que tienen que ver, por una parte, con experiencias de migración, de vidas personales; por otra parte, con videoarte, con performances, hay una muy interesante en Perú; hay algunos cineastas que están entrando en el circuito comercial como argentinos, peruanos, brasileños, y que sus narrativas tienen algo que decir en su relación con Japón.
Dentro de esta charla también se emitieron fragmentos de películas. Una de éstas fue la de “Utamaro y sus cinco mujeres” de Mizoguchi Kenji (1946). La Lic. Canizo explicó que esas imágenes eran el gran esplendor de Edo; el gran Utamaro que desafiaba a las grandes escuelas de pinturas como la Kanō; él hizo hincapié en la espontaneidad, la frescura, la vida, lo vital, esa era la verdad de este arte del Ukiyo-e. Mizoguchi quiso resaltar de Utamaro esa imagen de rebeldía, ese artista vanguardista. El contexto de esta película era el del Ukiyo-: la señora de la piedad, el niño con su madre que querían proteger a esta cortesana con el tatuaje, temas algunos que provenían de la representación china; otros se fueron incorporando con Japón; y esta repetición de tópicos como lo era el Kabuki o el de las bellezas de los barrios del placer, permeaban dentro el mundo flotante.
El período Edo de este Ukiyo-e fue entre 1603-1867. Los relatos tenían que ver con esta cultura popular, retratos de belleza –Bijin-ga-, retratos de actores famosos del teatro Kabuki, época de viajes y promoción de lugares de visita, Mitate-e.
A continuación se mostraron filminas con estampas de las “Cien famosas vistas de Edo” de Utagawa Hiroshige (歌川広重) tales como “Jardín de Iris”, “Puente Suido Y Surugadai”, etc.
El Ukiyo-e y la llegada del Manga, Katsushika Hokusai, abrieron un nuevo capítulo en la cultura visual; comenzaron a trabajarse los libros ilustrados y la narración.
La charla culminó con comentarios sobre Saigō Takamori, samurai y político japonés. Un director argentino tomó este personaje y realizó una película llamada “Samurai”. Se emitió un fragmento.
La charla fue enriquecedora porque se pudo conocer en términos generales un poco de la historia del cine japonés con el director Mizoguchi; cómo penetró el Ukiyo-e en el cine, y algunas características del mundo flotante en estampas. Además, del expertise que nos brindó la Lic. Marcela Canizo, en especial su mirada y enfoque. Contó con la presencia de muchas personas interesadas en la cultura y el arte japonés.
[1] CV de la Lic. Marcela Canizo en Instagram del instituto Privado Argentino-Japonés Nichia Gakuin ref. Instituto Superior de Estudios Japoneses.
María Florencia Zaia: Nació en Luján, pcia. de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudió japonés por muchos años en el Instituto Privado Argentino-Japonés Nichia Gakuin. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.