En una entrevista a Amya Miller, Directora Global de Relaciones Públicas de Rikuzentakata, Prefectura de Iwate, explica las tareas de prevención contra tsunamis que se están llevando a cabo en la ciudad y los proyectos a futuro por completar. La catástrofe del 2011 no destruyó el espíritu emprendedor y luchador de los habitantes por su recuperación y es su papel como asesora en Rikuzentakata para seguir adelante y reconstruir una ciudad inclusiva.
M. Laura: ¿Ya comenzaron la construcción del muro costero para la protección contra tsunamis? ¿Cuántos metros de altura tendrá y cuánto tiempo tienen previsto para terminar su construcción?
Amya Miller: Sí, estamos construyendo un muro costero, que se hará en dos fases. Consistirá en dos muros: uno inferior a lo largo de la bahía con una altura de tres metros, y otro a 50 metros detrás de éste, con 12,5 metros de altura. En el espacio entre ambos muros se está planeando volver a plantar los 70.000 pinos que fueron arrasados en el tsunami. El parque de pinos “Takata Matsubara” era una barrera natural contra tsunamis. Por supuesto, no tenemos ahora los 70 mil pinos para plantar, por lo que será un proceso que tomará varios años en completarse.
En cuanto a la fecha de finalización de los muros, no se anunció formalmente, ya que se está trabajando en varios proyectos de forma simultánea, y se necesita estudiar cada uno en profundidad.
M. Laura: ¿Cómo están avanzando con el proceso de elevación de los suelos en la zona donde ocurrió el tsunami?
Amya Miller: La tierra es removida de las montañas con máquinas transportadoras y es llevada hasta el área que fue arrasada por el tsunami. La parte más cercana a la bahía se rellenará con 9 metros de tierra en altura, 4,5 km. de largo y 1 km. tierra adentro. Detrás de esta zona, se rellenará la segunda parte, cercana a las colinas, con 12 metros de altura, 4,5 km. de largo y 1,5 km. tierra adentro.
M. Laura: ¿Qué se planea construir en estas dos áreas?
Amya Miller: Es evidente que no podemos evitar los tsunamis, pero lo mejor que podemos hacer es reconstruir de tal forma que no suframos el mismo tipo de pérdidas humanas. Las rutas de evacuación están marcadas en japonés e inglés. Actualmente estamos trabajando para marcarlos también en chino.
El área de 9 metros de elevación será un Parque Conmemorativo. Es importante saber que allí no se van a construir casas nuevamente. Será un lugar donde la gente pueda venir a rezar, recordar, aprender, y entender cómo convivir con la naturaleza.
Por otro lado, en el área de 12 metros de elevación, se volverán a construir los negocios de aquellas personas que quieran volver a instalarlos en el centro de la ciudad. Pero también es importante aclarar que no se construirán casas ni residencias: las tierras estarán dispuestas sólo para construir tiendas, no casas. Al menos, durante la noche, podemos controlar que no haya nadie a nivel del mar y así poder proteger mejor a los residentes.
M. Laura: En octubre de 2014 se construyó el primer Complejo de Residencia en Rikuzentakata. ¿Cuántas familias pudieron mudarse de las casas temporales hacia este complejo?
Amya Miller: Sí, el Complejo Shimowano es esl primer edificio de residencia que se abrió en octubre. Más de 125 familias e individuos se movieron hacia la residencia. Estamos planeando construir más viviendas para que la gente pueda salir de las casas temporales y tener su propio hogar nuevamente.
M. Laura: Como Directora Global de Relaciones Públicas de Rikuzentakata, ¿qué cuestiones considera importantes para conectar la ciudad con el exterior?
Amya Miller: Mi papel, además de asesora en la ciudad, incluye la política de Rikuzentakata. Voy a seguir difundiendo los trabajos de la ciudad en el extranjero y en el país, y continuaré escribiendo artículos sobre los diferentes proyectos.
Ahora hay dos programas específicos en los que estoy trabajando: uno es la creación de un paquete turístico dirigido a extranjeros que quieran visitar y ser voluntarios en la ciudad; el otro programa consiste en el asesoramiento sobre cómo poner en práctica el plan del alcalde Toba para recrear una ciudad inclusiva.
El primero tiene como objetivo crear una base sólida para los turistas para que el proyecto pueda funcionar por sí mismo, sin mi participación directa.
El segundo programa es más complejo. El alcalde Toba anunció su meta de reconstruir la ciudad de forma inclusiva para que cualquier persona pueda ser acogida como ciudadano de Rikuzentakata y así atender a sus necesidades. Mi tarea es obtener opiniones de expertos y asesorar sobre cómo crear una ciudad que dé la bienvenida a personas con problemas mentales, emocionales y físicos, mujeres, personas que se identifican como LGBT y los extranjeros.
Esta es una nueva manera de pensar y poder lograr que los residentes estén cómodos con estos cambios. Estoy segura que con el tiempo se logrará y es una forma de hacer que la ciudad sostenga su población.
M. Laura: ¿Cuáles son las principales prioridades de reconstrucción en la ciudad?
Amya Miller: La ciudad necesita residentes. Se necesita aumentar su población y en especial de los jóvenes. Mediante la creación de una ciudad que tenga la vitalidad y diversidad, será un modelo a seguir para otras comunidades. Al mismo tiempo, se buscará atraer a gente que quiera veranos más frescos e inviernos no tan duros, rodeados de naturaleza, buena comida y amabilidad.
(Entrevista en inglés, traducida al español)