El sábado pasado se realizó una charla tras el 71º aniversario de la caída de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, en la Asociación Japonesa en la Argentina (AJA). Tomoko Aikawa, japonesa de tercera generación y descendiente de sobrevivientes del atentado realizado por Estados Unidos, fue la encargada del seminario.
Con su calidez, amabilidad y aspecto amigable comenzó el discurso presentándose con el característico saludo japonés «konnichiwa» y la famosa reverencia pasando la posta a los presentes para que también lo hagan con ella y con quien tenían a su lado.
De esta manera, presentó mediante diapositivas cómo era la ciudad y cómo quedó después. Además, dio a conocer a la Fundación Sadako, una ONG formada para inculcar la paz en el mundo, sin guerras, violencia ni muerte. También para que los países dejen de crear bombas nucleares que pueden exterminar la raza entera.
Su nombre es un homenaje a Sadako Sasaki, una niña que falleció a los 12 años por leucemia a causa de la radiación que irradió la bomba «Little Boy» lanzada por el «Enola Gay» aquella mañana a las 8:15 am. La chica ingresó al hospital de la Cruz Roja de Hiroshima, donde finalmente murió. Sin embargo, ella es reconocida por la historia de las mil grullas, una leyenda japonesa que dice que si alguien forma esa cantidad de «tsuru«, se le concederá un deseo. Ese anhelo por curarse y seguir viviendo es lo que todos han tomado como enseñanza.
Por eso, Tomoko Aikawa entregó papel origami a cada uno para que pudieran realizar su propia grulla por la paz. La mini-clase duró alrededor de veinte minutos, con risas y alegría por parte de todos, pero con el fin de conocer la tragedia y aprender de ella para que nunca más se vuelva a repetir. Como dice la frase del cenotafio en el Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima: «nosotros jamás vamos a repetir el mismo error«.
Antes de finalizar el encuentro, las personas pudieron ver una película donde se relata todo el calvario que tuvieron que vivir los ciudadanos japoneses en aquella época. Las consecuencias que acarrearon, problemas físicos y psicológicos, enfermedades y hasta la muerte.
Además, la profesora Kayoko Sanuki expresó algunas palabras acerca de su experiencia como hija de supervivientes: «Después de estas dos primeras bombas atómicas, el mundo, al enterarse de su impacto, empezó a desarrollar bombas nucleares en todas partes», contó. «Realmente eso fue lo que pasó, un día como cualquiera de la vida cotidiana que pudo haber sido en Hiroshima, en Argentina o en cualquier lugar del mundo», agregó.
«Lo que mostramos no es solamente las consecuencias del impacto que puede amenazar y destruir otros países, sino también para que ustedes lo tomen como algo serio y cercano, llevarlo y difundirlo ante sus amigos y allegados para que jamás se vuelva a repetir este tipo de error», señaló Kayoko Sanuki.
«Por favor, imagínense si les hubiese pasado a ustedes o a alguien cercano suyo, podría haber sido su madre o su padre, sus hijos o amigos. Pasó en Hiroshima y Nagasaki pero no es nada ajeno a lo que ocurre actualmente en el mundo (…) lo que nosotros estamos haciendo es para la generación venidera. Transmitamos boca a boca para que no exista nunca más este error y por favor díganle a todos aquellos que no conozcan sobre este hecho sobre lo que ocurrió, para tenerlo como algo cercano», finalizó.