A 70 años del fin de la II Guerra Mundial, algunas heridas siguen abiertas entre los países asiáticos que se vieron involucrados en ella.
El sábado 15 de agosto se cumplen 70 años de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe informó que no acudirá al Yasukuni Jinja para no generar mayores tensiones en las relaciones con China y Corea del Sur, como ha sucedido en su última visita, a finales del 2013.
La decisión del primer ministro se debe a la intención de no levantar polémica como sucedió en la conmemoración anterior, ya que el santuario también honra a los militares considerados como criminales de guerra. En muchas oportunidades la visita de funcionarios y miembros del gabinete al santuario Yasukuni creó una fuerte controversia por parte de las víctimas de la guerra.
En lugar de acudir al santuario, el primer ministro de Japón enviará una ofrenda al santuario, como lo hizo en el aniversario después de que asumió el cargo a finales de 2012.
El santuario shintoísta Yasukuni, ubicado en el barrio de Chiyoda en Tokyo, fue fundado en 1869 a instancias del emperador Meiji con el motivo de honrar a los soldados japoneses caídos en conflictos bélicos. Su mala reputación en el extranjero se inició cuando en 1978 se inscribieron en el culto los nombres de 14 criminales de guerra juzgados en 1945 por los aliados. Entre ellos, figura el general Hideki Tojo, primer ministro de Japón durante el ataque a Pearl Harbor, que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra en 1941.