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Tempura de momiji: una confitura sagrada y artesanal

Origen divino de la hoja dulce

Ramas tupidas de hojas se balanceaban con la brisa dibujando sombras en una gran cascada. Estrellas marrones, como pelaje de kitsune (zorro), amarillas tal cual cáscara de yuzu (cítrico), o arreboladas igual a un atardecer otoñal. Los colores del momiji pintaban ese fluir de agua pura, reflejando su belleza.

Hace mil trescientos años, En no Gyōja (役小角), monje asceta fundador de shugendō, meditando en un lugar recóndito de la montaña, se conmovió por la preciosura del momiji que espejaba en la Gran Cascada de Minoh. Se dice que con una lámpara votiva de aceite freía hojas de momiji y como ofrendas las convidaba a los viajantes que visitaban el dōjō natural, enclavado en esa foresta.

Miles de hojas que en el otoño tardío se tornaban gualdas, se freían tal cual dulces votivos y se ofrecían a la divinidad principal Shouten del templo Saikou-ji. De este modo sagrado, la naturaleza y lo religioso se fundieron en un dulce divino, así nació la confitura de las hojas del momiji.1

Estos acontecimientos de un tiempo remoto sucedieron en lo que es hoy el llamado: “Parque cuasi-nacional de Minoh del bosque de Meiji”, un espacio natural de unos 2.8 kilómetros que se extiende al norte de la ciudad de Minoh, ubicada en la prefectura de Osaka fundado en 1898 (Año 31 de la era Meiji). Un parque que todos los años, a mediados de noviembre, celebra el “Festival del momiji”, y recibe visitantes del interior de la prefectura y de todo el país. Un espacio para contemplar la coloración de las hojas, hacer caminatas, observar el fluir del agua cristalina de la gran cascada, y saborear “Tempura de momiji”, la especialidad local.

Aroma a confitura de momiji cerca de la gran cascada

El aroma a confitura de momiji y el vapor blanco que desprende su fritura proviene de las tiendas que bordean la calle de la gran cascada; muchas de éstas tienen tres o cuatro generaciones, cuyo establecimiento sobrepasó los cien años.

En『第9回 大阪府(箕面市)もみじの天ぷら』”Novena Edición: Prefectura de Osaka (ciudad de Minoh) Tempura de momiji, se detalla que las tiendas fríen los snacks de momiji a la vista de los paseantes, lo cual se convierte en un atractivo más del pintoresco lugar:

“Bajando en la estación de Minoh, avanzando por el camino de la cascada en dirección a los baños termales, a ambos lados del camino, se alinean las tiendas de “snacks de frituras”. El «Tempura de momiji» es la especialidad local de la ciudad de Minoh, en la actualidad, lo están vendiendo más de veinte tiendas. Numerosas tiendas abren frente al camino de la cascada, en la entrada están añadiéndole la preparación y friendo las hojas de momiji. Esa historia ha sido muy antigua”.2

Esta confitura que se saborea en el lugar, caminando hacia la cascada y disfrutando del paisaje otoñal se puede también obsequiar como un omiyage (お土産), souvenir que los japoneses suelen llevar a la familia, amigos y/o compañeros del trabajo cuando visitan un sitio por paseo, vacaciones, etc. El “Tempura de momiji” también como omiyage tiene una larga historia:

En la actualidad, el «Tempura de momiji» se convirtió en una especialidad local de la ciudad de Minoh, y se considera que a principios de época de Meiji comenzó como un artículo de souvenir, lanzándose la venta en los alrededores de la gran cascada, luego de eso, en el año 1898 (Meiji 31) abrió el Parque de Minoh, en el año 43 de Meiji (1910) hizo su apertura el trayecto de las vías del ferrocarril Minoh Arima del tren Hankyu, y junto a esto, aumentaron los turistas, y fue así que el «Tempura de momiji» también se expandió”.3

Tempura de momiji”: un sinfín de tiempo y trabajo en una simple hoja

Al leer la historia del dueño de la tienda “Momotaro”, me asombró un comentario que él realizó; que había tardado diez años en lograr que las hojas no se le doblaran o se quebrasen al freírlas, lo cual muestra no sólo la búsqueda del camino hacia la perfección sino el amor al arte de elaborar una confitura que hace felices a los visitantes al escuchar el crujido y sentir el suave dulzor en sus bocas.

En un artículo publicado por el “Diario Económico de Japón” (Nihon Keizai Shimbun), fechado el 28 de diciembre de 2020, cuyo título es: 『もみじの天ぷら、1年手塩かけ葉先ふっくら』“«Tempura de momiji»: un año en salmuera, punta de la hoja esponjosa”, cuyo autor es el Sr. Sasatsu Toshiki (笹津敏暉), entrevistó al dueño de “Momotaro” quien le contó cómo había comenzado la tienda, el tiempo que tardó aprender el modo de elaboración esta confitura, etc.

En la actualidad, hay veinte tiendas aprox. que continúan elaborando «Tempura de momiji». Una dentro de estas, el dueño de la cuarta generación de la tienda “Momotaro”, establecimiento de 1901 (Meiji 34), Sr. Okuno Teruo (65), y comenzó a ayudar en esta tienda de la familia de su esposa en sus veinte años, renunció como empleado de empresa, y se hizo cargo del negocio familiar. Desde entonces, ha venido administrándose como una tienda tradicional que sobrepasó los cien años”.4

Si bien los ingredientes son cinco: hojas Ichigyou-ji5, harina, agua, azúcar (rubia o morena) y semillas de sésamo blanco, el tiempo y el trabajo contenido en el dulce hacen que se torne un arte su elaboración.
El Sr. Okuno comentó en la entrevista lo siguiente: “Cuando ingresé a ayudar en la tienda la esposa de la generación anterior y mi señora me enseñaron la forma de elaborarlo. Tardé diez años en freírla prolijamente, sin que se doble o se quiebre la hoja”.6

Proceso laborioso, forma de elaboración

De acuerdo a lo leído en las dos fuentes de información incluidas en este artículo, la preparación del “Tempura de momiji” comienza con la recolección de las hojas, siendo su punto álgido de cosecha cuando están muy amarillas. Se lavan. Se las coloca en un recipiente en salmuera por un año para quitarles la astringencia. Un año después, cuando la salmuera haya alcanzado su punto óptimo, se corta la base de tallo y ligeramente las puntas. Se las vuelve a poner en salmuera hasta una semana antes de su fritura…

El Ichigyou-ji, cultivado en campos y montañas, cuando es pleno otoño, antes de que se caigan sus hojas, mirando con cálculo y recolectando las hojas que se tornaron amarillas, y se las coloca en salmuera. Dentro del recipiente, alternando una hoja y sal, se las va apilando, y para que no se evapore el líquido, se debe tapar con un vinilo y se coloca una piedra como peso. De este modo al estar en salmuera más de un año, se quita la astringencia (sabor amargo) y las nervaduras de las hojas se tornan blandas. Debido a que son hojas que han estado muy sumergidas, se sacan una a una y se lavan, se corta la base del tallo, y ligeramente las puntas. De este modo, las hojas tratadas, se las deja otra vez en salmuera. Una semana antes aprox. de hacer el tempura, se les quita la sal. Dos o tres veces por día se le cambia el agua durante un lapso de tres días, procesándolas con cuidado. Si no se remueve la sal lo suficiente, se dice que no se inflan”.7

Sumado a este laborioso proceso, también hay que aprender a freírla para que la hoja no se torno negra, tiene quedar del color del pelaje del kitsune (zorro), que se infle, que pierda todo su aceite una vez escurrida, que las puntas queden abiertas, etc. En fin, todo un arte que desaparece en un bocado…

El 15 de noviembre se realizará la apertura del “Momiji matsuri 2025 del Parque cuasi-nacional de Minoh del Bosque de Meiji”, extendiéndose hasta el 7 de diciembre. El festival ofrecerá: caminatas nocturnas por el bosque, yoga, concurso de fotografía, y diferentes actividades en los templos de los alrededores.

Por estos días, las manos de los “artesanos” que crean el “Tempura de momiji” estarán ocupadas renovando el agua de los recipientes donde las hojas esperan, esperan para endulzar a los visitantes…

Creo que piensa: hoy endulzaré una boca, con mi tierna, hoja…

Por María Florencia Zaia
Imágenes: Unseen Japan, Japan Starts Here


Sobre María Florencia Zaia

Nació en Luján, Provincia de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudia japonés desde hace doce años. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.

Referencias

1 Lectura e información extraída de『第9回 大阪府(箕面市)もみじの天ぷら』”Novena Edición: Prefectura de Osaka (ciudad de Minoh) Tempura de momiji”. Enlace: https://www.nisshin-oillio.com/report/kikou/vol9.html -Interpretación y traducción de quien escribe este artículo-. Esta fuente de información fue elegida al azar y con un único fin educativo.

2『第9回 大阪府(箕面市)もみじの天ぷら』”Novena Edición: Prefectura de Osaka (ciudad de Minoh) Tempura de momiji”. De aquí en adelante lo entrecomillado y en cursiva es textual de la fuente de información. Interpretación y traducción amateur.

3 Ídem referencias 1 y 2.

4『もみじの天ぷら、1年手塩かけ葉先ふっくら』“«Tempura de momiji»: un año en salmuera, punta de la hoja esponjosa”, enlace: https://www.nikkei.com/article/DGXZQOJD2336U0T21C20A2000000/ –Interpretación y traducción de quien escribe este artículo-. Esta fuente de información fue elegida al azar y con un único fin educativo.

5Ichigyou-ji es una especie de arce diferente al Arce Japonés Palmeado. El Ichigyou-ji tiene hojas que se tornan amarillas. Comúnmente se la llama “Nandina doméstica”.

6 Ídem referencia número 4.

7 Ídem referencias 4 y 6.

8 Wakayama Bokusui, “El país de la primavera triste”, Antología poética bilingüe. Traducción Kamiya Mamoru, versiones: Ariel Pérez Guzmán, Edición al cuidado de Alejandra Kamiya. Editorial Duino, primera edición, noviembre de 2025. Págs. 64-65.

Acerca de victoria nakazato


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