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¿Cuál era el contexto histórico en que se desarrollaron los Juegos Olímpicos en Tokyo? ¿Para qué le sirvió a Japón la organización de estas olimpíadas?
Durante el mes de octubre de 1964 se celebraron en Tokyo las Olimpiadas de Verano. El acontecimiento marcó un hito fundacional al ser la primera vez que las olimpiadas se llevaban a cabo en Asia. Hoy, conmemorándose 50 años desde aquel histórico momento y dentro del marco de los preparativos para los Juegos Olímpicos 2020, vale la pena rememorar la coyuntura y situación que llevaron a la elección de Japón como nación anfitriona.
La imagen que tenía el mundo respecto de Japón hasta 1945 se encontraba condicionada, en mayor medida, por el accionar del Imperio del Japón. Luego de la Gran Guerra Asiática, las imágenes de las ciudades japonesas destruidas por completo recorrieron el mundo entero. Lo cierto es que hasta mediados de los ‘60, poco se supo en el resto del mundo del proceso por el cual atravesaba Japón. No sólo los medios de comunicación de aquel momento carecían de la masividad con la cual cuentan hoy día, sino que Occidente centraba sus ojos en la tensión imperante entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con su epicentro en la Crisis de los Misiles de 1962.
Luego de la ocupación estadounidense, Japón ahondó sus esfuerzos en la reconstrucción interna. La famosa Doctrina Yoshida priorizó el desarrollo económico en detrimento de una mayor injerencia en los asuntos internacionales. Los resultados son conocidos por todos: crecimiento económico de dos cifras, reconstrucción de las ciudades, recomposición de las corporaciones ahora bajo el modelo de “keiretsu”, mayor poder adquisitivo de la sociedad japonesa y el despegar en la tecnología de punta. La nueva situación económica y los cambios en la política exterior buscaron proyectar una nueva imagen ante el mundo.
De las ciudades japonesas destruidas por la II Guerra Mundial al Estadio Nacional Olímpico más moderno del mundo y el primer tren bala Tōkaidō Sen, Japón aprovechó la organización de los JJ. OO. para cambiar su imagen internacional que perdura hasta hoy día.
En 1959 Tokyo fue seleccionada como sede de los Juegos de Verano de 1964. Ese mismo año se iniciaba el ambicioso proyecto para la creación del tren de alta velocidad. Así como el mundo había cambiado, Japón también lo había hecho. Las Olimpiadas sirvieron como ventana al mundo, proyectando la imagen de un nuevo Japón moderno y avanzado. La prensa internacional retrató a una ciudad radicalmente diferente a como se encontraba en 1945. El Estadio Nacional Olímpico era uno de los más modernos del mundo y la recientemente inaugurada línea Tōkaidō Sen Tokyo – Osaka le mostró al mundo la coexistencia del Japón tradicional y el moderno con la mítica imagen del shinkansen y el Monte Fuji a sus espaldas.
Cumpliéndose medio siglo de aquel evento y tomando en cuenta el rotundo éxito de su organización, las Olimpiadas sirvieron para que Japón lograse proyectar una imagen renovada ante el mundo. Perduran en la memoria de muchos como la representación del nuevo Japón, una nación que pronto se posicionaría como la segunda economía mundial y uno de los principales productores globales de bienes industriales. Tokyo 1964 contribuyó a la construcción de una imagen internacional que perdura hasta nuestros días.
