Los jóvenes artistas Hisashi Tenmyouya y Akira Yamaguchi toman características, técnicas y temáticas de la pintura clásica japonesa para darle un aire más contemporáneo y crear nuevas tendencias pictóricas.
El ideólogo del “neo-nihonga”
El neo arte japonés, definido así por su creador Hisashi Tenmyouya (Tokyo, 1966) se diferencia del “nihonga” (pinturas estilo japonés), ya que fusiona elementos tradicionales de Japón con imágenes contemporáneas, modernas, costumbristas; retratos de personajes conocidos y la sátira llevada al esplendor de los colores.
Desde principio de la década del noventa, cuando realiza su primera exposición en Tokyo, Tenmyouya se establece en su oficio y comienza a exponer en todas partes del mundo; aunque las más importantes, las que fueron realizadas individualmente, las realizó en su país de origen. Quizá se deba a que Japón tiene una cultura extremadamente definida, que lo ha convertido en un embajador en su tierra.
El “Neo-nihonga” nace poco después de la llegada del nuevo milenio por la necesidad de seguir innovando. Hisashi Tenmyouya toma elementos antiguos y los viste con nuevas técnicas, colores llamativos y conceptos que despiertan varios caminos para su interpretación.
Página oficial: http://www3.ocn.ne.jp/~tenmyoya/paintings/0_paintings.html
El joven artista de los detalles
Muy cercano es el caso de otro de sus contemporáneos, me refiero al artista plástico Akira Yamaguchi (Tokyo, 1969); conocido fundamentalmente por evocar escenas y elementos tradicionales detallados, mezclar construcciones con seres humanos; un collage, de cemento y vida, complejo que nos pide un análisis mucho más profundo. Una admiración noble hacia su labor.
Yamaguchi se especializó en pintura al óleo cuando cursaba en la universidad, y aunque parezca mentira -como el autor lo afirmó- no tenía un conocimiento agudo sobre su propia cultura, por lo cual, mientras cursaba, visitó los templos ubicados en Kyoto y Nara. La reacción que tuvo fue instantánea: las construcciones típicas de aquella zona, las pinturas que encarnaban escenas cotidianas y de batallas se transformaron en temas recurrentes en su obra. Poco a poco, y con la paciencia que requiere el aprendizaje, fue encontrando su estilo hasta ser lo que hoy podemos apreciar; apreciar durante horas viendo las mismas imágenes que nos devuelven más detalles como muestra de agradecimiento.