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Día del equinoccio de otoño: las virtudes de la cosecha y el culto a los antepasados

El sábado 23 de septiembre se celebra en Japón el “Día de equinoccio de otoño”. Esta festividad contiene muchos significados entre los principales están los de origen religioso: el agradecimiento a las cosechas y el culto a los antepasados –visita a las tumbas-.

 

Origen–agradecimiento a las cosecha y el culto a los antepasados-

De acuerdo al artículo: “¿Cuál es la relación entre el origen “Día del equinoccio de otoño” y el “Día del equinoccio de primavera”? Presentamos la comida, cuando será en el año 2023, etc.”, publicado por la revista “Oggi.jp”[1], en el año 1948, se promulgó la  ley de feriado público referente al “Día del equinoccio de otoño”.

Históricamente, tanto  “Día del equinoccio de Primavera” como el “Día del equinoccio de otoño”, como muchas festividades tuvieron su origen en la corte imperial y gradualmente se hacían extensivas al pueblo. De esta manera, en esas fechas, en el palacio se llevaba a cabo una ceremonia para rendir culto a los sucesivos emperadores y a los espíritus divinos de la familia imperial y agradecer por la cosecha abundante anual. En primavera, se rezaba por las semillas esparcidas; en otoño, se agradecía por la cosecha abundante.

Además, en estos días se les rinde culto a los antepasados mediante una ceremonia memorial budista que en japonés se denomina “Ohigan” (お彼岸) donde el sacerdote oficia la misma, ofreciendo sutras. Ese día, según se detalla en el artículo consultado, es cuando más fácilmente se comunican “Aquel mundo” –el mundo de los muertos- y “Este mundo” –el mundo de los vivos-. Además, allí se realiza la limpieza del altar budista, como lo suelen hacer las personas en sus casas.

Hoy en día, las personas están ocupadas debido a esto si no se puede hacer una visita a las tumbas, se les pueden rendir tributo a los antepasados encendiendo incienso, ofrendándole un “Ohagi” (おはぎ) -bola de arroz revestida de porotos rojos dulces, harina de porotos de soja o sésamo, y dedicándole unas palabras o sutras.

 

Equinoccio de otoño

 

Según la Real Academia Española (RAE) la definición del equinoccio es: “Cada uno de los dos momentos anuales en que, por hallarse el Sol sobre el ecuador, la duración del día y de la noche es la misma en toda la Tierra, lo cual sucede del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre”[2].

El “Día del equinoccio de otoño” es uno de los momentos del año en que la duración del día y la noche son casi iguales. El otro es el “Día del equinoccio de primavera”.

El Observatorio Astronómico Nacional del Japón estimó que hasta el año 2044 el “Día del equinoccio de otoño” se ubicará el 23 de septiembre, con la posibilidad de que cambie al día 22 en los años bisiestos.

 

Ohagi y otros deliciosos alimentos de otoño

 

En el artículo se detalla que el “Ohagi” es el dulce del “Día del equinoccio de otoño”:

“Para ofrendar en la visita a las tumbas, se ofrece en el “Día del equinoccio de otoño” un ohagi. El origen se debe a que la Lespedeza (hagi) es una de las siete hierbas de otoño. Se agradece por la cosecha de un año, y con los porotos cosechados y se elaboran los ohagi con dulce de porotos anko”[3].

Otras delicias que se comen en esta festividad son el boniato o batata de aldea, comúnmente llamada, taro. Se cree que la cosecha es abundante un símbolo de perpetuación de la descendencia. En este sentido, en el artículo se puede leer: “Debido a que se agradece a las deidades y a los antepasados por la cosecha abundante, es una costumbre que se coma taro como símbolo de ésta”[4].

El taro se lo puede preparar con arroz sazonado y otras verduras de estación como el nabo de otoño: Takikomi Gohan. Comerlo es símbolo de buena suerte por la cosecha abundante.

 

¡Feliz Día del equinoccio de otoño!

 

[1] https://oggi.jp/6225788 -La interpretación y la traducción del  idioma japonés al español es propia-

[2] Fuente: Real Academia española (RAE)

[3] Op. Cit. del original en japonés del artículo citado. Traducción propia.

[4] Op. Cit. del original en japonés del artículo citado. Traducción propia.

 

 

Nota y Ph: María Florencia Zaia

Nació en Luján, pcia. de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudió japonés por muchos años en el Instituto Privado Argentino-Japonés Nichia Gakuin. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.

 

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