El «fukusuke» es un «engimono» o amuleto japonés tradicional; en este caso es para la buena fortuna en los negocios, por eso generalmente se lo ve en la entrada de comercios, oficinas y otros establecimientos en Japón. En Argentina y otros países no es tan popular, ya que lo más visto en los negocios es el «manekineko» que tiene una función similar.
Caracterizado como un samurai con cara de niño lleva un vestido ceremonial llamado «kamishimo» con el patrón «komon» como diseño. Tiene la cabeza bastante grande, rapada con «chonmage» (el peinado de los samurais) y orejas enormes llamadas «fukumimi«, las orejas de la buena suerte, que son símbolo de riqueza.
La forma original del fukusuke fue adoptada a mediados de la era Edo y comenzó a ser muy popular cuando fue realizada como figura de arcilla con la tradicional técnica de Fushimi, de Kyoto. Estas figuras de arcilla no esmaltada pintadas a mano se producían para venderlas a las puertas del santuario Fushimi Inari hacia el siglo 16, de ahí que se llamen «Fushimi ningyou» o «Inari ningyou».
El diseño del fukusuke denota claramente los aspectos de la cultura popular que prevalecía en el período Edo, es decir las orejas carnosas basada en la fisonomía más común de esa época; el kamishimo era la vestimenta formal más habitual, así como el patrón komon impreso en el mismo; la postura de seiza también es característica de las costumbres de esa época.
A medida que la religión se popularizó entre las eras Edo y Meiji, el muñeco que traía buena fortuma empezó a ser considerado una deidad, la «Deidad del Cliente» y para demostrarle respeto comenzaron a colocarle el cojín «zabuton» para que se sentara más cómodo.
A veces también puede aparecer haciendo una profunda reverencia de cortesía como una respetuosa bienvenida a los clientes; es el que se conoce como «ojigi fukusuke«.
Existen al menos 3 versiones sobre el origen del fukusuke.
Del dueño de una casa de telas de kimono
Se cuenta que el dueño de una casa de venta de telas de kimono en Kyoto la hizo prosperar poniéndole mucho empeño en promocionar su empresa. Se lo describe como una persona de baja estatura, de cabeza prominente y muy generosa con los pobres por lo que la gente deseando llegar a ser como él, empezó a hacer figuras o muñecos con su imagen para rezarle todos los días y pedir por su gracia. Según esta historia, este sería el origen de la figura del fukusuke.
Del granjero Sataro
Sataro era un granjero que vivía en las afueras de Osaka, y como era un hombre de apenas 60 cm de altura se convirtió en la burla de todo el pueblo. Muy apenado por esta situación, decidió abandonar su lugar y partió a Tokyo por el camino del Tokaido. En ese trayecto un artista callejero lo convocó a unirse a su compañía como una atracción más y lo bautizó «Fukusuke»; tuvo tanto éxito en Kamakura y en Edo (antiguo Tokyo) que su show se hizo de la fama que traía mucha suerte. Tal es así que un samurai «hatamoto» lo compró por unos 560 gramos de oro y se dice que prosperó como nunca. Sataro o Fukusuke, se casó con la sirvienta de este samurai y se dedicaron a producir figuras de arcilla al estilo Fukakusa de su propia imagen. Y al parecer este es el nacimiento del fukusuke.
Del empleado de una hostería
Bando Fukusuke era un hombre muy honesto que trabajaba en una hostería de larga trayectoria donde prestaban el servicio del tratamiento con moxa. Todos los días salía a la puerta del negocio vestido con el kamishimo y un abanico en la mano para recomendar el tratamiento e invitar amablemente a los paseantes a que entren al local. Con su perseverencia, el negocio prosperó y el dueño también lo apreció muchísimo. Esta historia llegó a los oídos de un artesano de figuras de arcilla Fushimi en Kyoto e hizo figuras de Fukusuke promocionándolas como amuletos de prosperidad en los negocios. Así se relata otra versión del nacimiento del fukusuke.
Dato curioso
¿El fukusuke habrá también favorecido a los Beatles? Está en la tapa de su álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, fijense allí abajo a la izquierda.