Siglos atrás, tanto hombres como mujeres tuvieron la necesidad inminente de defender su vida. Es por ello que ante la desesperación de sobrevivir, desarrollaron un arte con las herramientas necesarias para forjar su cuerpo y convertirlo en un arma. Esa arma no tiene como fin el ataque, sino todo lo contrario. El karateka, regido por un código de conducta inquebrantable, utilizará lo aprendido sólo cuando corra riesgo su vida, estableciendo de esa forma que no existe mejor ataque que una buena defensa, y que ésta no existe sino ante un ataque previo de un circunstancial adversario.
Cada práctica en el Dojo se focalizaba en rendir lo máximo posible. De esta forma y de manera progresiva, el umbral evolutivo (tanto físico como técnico) conseguiría el grado de eficacia buscada.
La práctica de Karate-Do evolucionó, ajustándose a nuestros días y a la sociedad actual. Esto no es bueno ni malo, ya que mantiene los mismos valores que en la antigüedad, pero sin la cotidiana sensación de que uno pueda ser desafiado, en cualquier momento, a un combate para comprobar quién ha dominado mejor el arte o qué karateka y qué estilo es superior. Estos eran sucesos que se daban con frecuencia en aquella época.
La práctica se centra en tres pilares fundamentales: el desarrollo físico, el mental y el espiritual. Es por ello que hablamos de salud en la práctica de Karate-Do. En cualquier Dojo de esta práctica tradicional, y especialmente en los de la Escuela Kyudokan, se hace hincapié en estos aspectos.
Podemos mencionar los beneficios presentes a nivel fisiológico:
- La repetición de las constantes técnicas y la velocidad de las mismas dan como resultado una notable mejoría a nivel cardiovascular, en donde la fuerza no es preponderante, sino así la oxigenación del organismo. Esto dará como resultado el incremento de los calibres arteriales, con mayor circulación de glóbulos rojos, colaborando con la quema de grasas que por medio de diferentes mecanismos utilizan hidratos de carbono como el glucógeno o la glucosa. Estos glúcidos son necesarios para prestar energía de manera inmediata. Este tipo de práctica y sus efectos son producto de ejercicios aeróbicos.
- Las posiciones bajas que se realizan durante tiempos prolongados, favorece al ejercicio de tipo anaeróbico que determina mucho esfuerzo y tensión muscular continua, o con períodos de descanso acotados. Ello se utiliza para adquirir potencia y masa muscular, y sirve para fortalecer el sistema musculo-esquelético. Su efecto se da a nivel muscular y los requerimientos de energía son grandes, es por eso que se utiliza ácidos grasos de reserva como combustible.
- Al momento de hacer Kumite (combate), combinamos los dos tipos de trabajos, aeróbico y anaeróbico donde los lances, requieren de tensión muscular sostenida y a la hora de contragolpear o defender necesitamos de velocidad y precisión. Estos mecanismos dan como resultado final notables mejoras a nivel cardiorespiratorio, incremento en el tono muscular, mayor elasticidad, entre otras cosas.
- Comenzar la práctica de Karate-Do evitará o mejorará enfermedades de todo tipo: desde la obesidad al Alzheimer, el sedentarismo, las patologías psíquicas o la diabetes.
- Para las personas de edad avanzada, el Karate-Do genera múltiples beneficios. Además de combatir las enfermedades antes mencionadas, también lo hace contra otras propias enfermedades de la edad, como la osteoporosis. Gran parte de las problemáticas que se observan en personas de edad avanzada pueden ser, en gran medida, a la falta casi absoluta de ejercicio, ya que la mayoría pasa gran tiempo de su día sentado y eso genera que se atrofien los músculos y se endurezcan las articulaciones, impidiendo su normal funcionamiento.
- Los beneficios de nuestro arte le darán una mayor y pronta recuperación muscular, la actividad aeróbica y la resistencia que evitará la fatiga y el cansancio, colaborará con la flexibilidad aumentando la amplitud de movimiento de las articulaciones a través de estiramientos activos o pasivos, y por ello aumentará la flexibilidad de los ligamentos y de los músculos. Mejora el equilibrio y el bipedismo, aumentando la velocidad de movimientos. Es importante mantener estos beneficios para que el cuerpo no “decaiga”. Uno se sentirá más seguro de sí mismo, podrá fraternizar y mejorar algo que es muy importante en esta edad, que es la soledad.
En cuanto al desarrollo mental:
- El Karate-Do es un arte psicosocial, ya que busca estar en armonía con el entorno y sus semejantes. Todo da en un marco de respeto absoluto, y la enseñanza es propositiva sin la necesidad de buscar el éxito, ya que la misma práctica es el camino para la superación personal. La repetición de las diferentes técnicas mejora la psicomotricidad fina, coordinando el movimiento de diferentes partes del cuerpo, logrando una perfecta sinergia.
- La propia práctica genera a nivel cerebral la liberación de diferente tipo de proteínas endógenas, como endorfinas, que actúan de manera sistémica con la sensación de relajación, felicidad, aliviando el dolor. Esto se consigue luego de un trabajo bien realizado.
- Encontrarse en equilibrio físico y mental nos permite combatir enfermedades que hoy en día son muy frecuentes, dado el ritmo de vida que tenemos. El estrés es la más común de ellas, como también la ansiedad y el trastorno emocional provocado por el trabajo (burn out), que son mecanismos de patologías a nivel nervioso.
A nivel espiritual, actividades como el Karate-Do son un canal que redirecciona estas complejidades mencionadas y las enfrenta con ejercicios como mushin o la meditación. Estos estados estarían caracterizados por la ausencia de pensamientos y emociones, permitiendo a la mente permanecer abierta y adaptable a todas las circunstancias.
Es por estas cosas y muchas más que el Karate-Do es una actividad ideal para buscar el equilibrio y optimizar la salud. Con una práctica seria y progresiva se podrá ver resultados de mejoría a las pocas semanas.
Un consejo para la práctica del Karate-Do
Recordar antes, durante y luego de cada práctica, hidratarse. Esa agua es eliminada durante la actividad por medio de sudor. Una buena hidratación favorece a la homeostasis (equilibrio interno del cuerpo). El agua es importante para mantener la temperatura, eliminar los desechos y lubricar las articulaciones.
Artículo escrito por Diego A. Rodríguez, Sensei de la Escuela Shorin Ryu Kyudokan