Dentro del año hay un día en que la luna está más clara y bella donde se la contempla en todo su esplendor. Ese día, de acuerdo al calendario antiguo era el 15 de agosto, teniendo en cuenta que antaño, el otoño abarcaba los meses de julio, agosto y septiembre. En nuestros días, habiendo adoptado Japón el calendario gregoriano a partir de la era Meiji, tiene una fecha basada en la preparación de la fase lunar. En Japón, este año se podrá ver esta luna de waka y haiku, de las cosechas, o de bola de arroz –dango– el viernes 29 de septiembre.
Origen: veneración a la naturaleza, poesía y agradecimiento a la abundante cosecha
La contemplación de la luna, considerada sagrada, surge en el tiempo remoto del período Jōmon (14 500 a. C.). En “Qué se hace el día de la contemplación de la luna? Presentamos el origen y el significado de lo que se ofrenda. Cuándo será en el año 2023”, un artículo digital de la revista Oggi.jp[1], se detalla que en este período comienza esta costumbre, y que la idea general se transmitió desde China en el período Jōgan (859-877) y dentro de la nobleza de la época de Heian (794-1185) se puso de moda.
De acuerdo a lo leído en el artículo “¿Cuál es el origen y la historia de la contemplación de la luna? Lo rastreamos hasta la época de Heian en 3 minutos” de la revista digital “Into Japan Waraku”[2], la costumbre de apreciar la luna se encuentra en los registros antiguos de la Dinastía Tang. Esas raíces se extendieron hacia el período de Heian, dentro de las familias nobles. En la “Historia o novela del Genji”, la novela clásica de la literatura japonesa, describe los “Banquetes de la luna”: celebraciones, quizás arriba de un barco, donde se contemplaba el reflejo de la luna en un estanque o en una copa de vino de arroz (sake), mientras se bebía, se escuchaba música y se recitaba poesía.
Contemplar la “Luna de la cosecha” significaba además orar, ofrendar y agradecer por la cosecha abundante. Era una fiesta de buenaventura por los cinco granos. En tal sentido, se llevaba a cabo el “Festival de la décimo quinta noche”.
Cuento: “El conejo que machaca mochi”
En el artículo de la revista Oggi.jp aparece el cuento: “El conejo que machaca mochi”
“Hace mucho tiempo, en un lugar había un conejo, un zorro y un mono. Un día, los tres le pidieron comida a un anciano, Los tres, gracias al anciano decidieron juntarse por la comida.
El mono y el zorro trajeron alimentos pero el conejo no hizo mérito a su esfuerzo; no pudo traer nada. Allí, el conejo dijo: “Por favor, cómanme a mí” y saltó, se arrojó en el medio del fuego.
La verdadera identidad del anciano era la deidad Taishakuten. Taishakuten se compadeció de semejante conejo, y lo hizo resucitar dentro de la luna, y lo convirtió en un ejemplo para todos”[3].
Este cuento simboliza al conejo machacando mochi –torta de arroz glutinoso-, quizás, en agradecimiento por haber sido salvado por el anciano-deidad budista. También machacar mochi es símbolo de una gran cosecha, por eso la luna también tiene otras denominaciones: “Luna de la cosecha”, “Décima quinta noche del octavo mes” “Luna de cosecha de castañas”, “Luna de cosecha de porotos”.
Waka –Poema clásico japonés-
Contemplar la luna también ha inspirado las artes japonesas. En la época de Heian hombres y mujeres al enamorarse expresaban su amor mediante poemas donde aparecía la luna. Además, ésta tiene un símbolo de unión entre dos personas.
26 [184] Tema desconocido
Al ver la luz
de la luna que se filtra
entre las ramas,
sé que llega el otoño,
la estación de las penas.
(Autor desconocido)[4]
Dulces
El dulce representativo de la “Contemplación de la luna” es la bola arroz que en japonés se denomina “Dango”, parecida a una luna, simboliza la cosecha abundante. En el artículo de la revista de “Into Japan Waraku”, se explica que la forma de elaborarlo y ofrendarlo depende de cada región. Es posible ofrendar a la Sra. Luna, quince unidades de dango en alusión a la antigua fecha de la luna de la cosecha “Décimo quinta noche del octavo mes” o doce dango uno por mes para completar el año.
Otro dulce de esta festividad es la Monaka, torta de oblea rellena de dulce de porotos de la “Luna de la cosecha”. Su nombre indica mediados de otoño -15 de agosto en el calendario antiguo-. Además, en este artículo se detalla que: “Por medio un compilador de los Treinta y Seis Poetas Inmortales del Shūi Wakashū, se dice que uno de los orígenes de la “Luna de la cosecha” sería la de un waka recitado por un poeta del período de Heian: Minamoto no Shitagou”[5].
Como pudimos aprender a través de esta información, el “Día de la contemplación de la luna”, antaño era de origen sagrado, y estaba relacionado con el agradecimiento a la cosecha abundante. También ha sido a lo largo de la historia una costumbre que se manifiesta en las artes.
Apreciar la luna y…las largas mangas del kimono caen humedecidas sobre la hierba.
¡Feliz día a todas las personas que saben apreciar las virtudes de la luna!
Referencia de las fotos:
- Ofrenda a Buda por el “Día de la contemplación de la luna” tomada en el templo Shouei-ji, ciudad de Wakasa, prefectura de Tottori, el 27 de septiembre de 2015.
- Luna llena del 27 de septiembre de 2015 fuera del templo Shouei-ji, ciudad de Wakasa, prefectura de Tottori
[1] “Qué se hace el día de la contemplación de la luna? Presentamos el origen y el significado de lo que se ofrenda. Cuándo será en el año 2023”, en oggi.jp
[2] “¿Cuál es el origen y la historia de la contemplación de la luna? Lo rastreamos hasta la época de Heian en 3 minutos”, en Into Japan Waraku:
https://intojapanwaraku.com/rock/culture-rock/170288/
[3] Traducción e interpretación propia.
[4] “Poesía clásica japonesa” [Kokin Wakashū], traducción del japonés y edición de de Torquil Duthie, Ed. Trotta-Pliegos del Oriente, Madrid, 2005.
[5] Traducción e interpretación propia.
Nota y Ph: María Florencia Zaia
Nació en Luján, pcia. de Buenos Aires en 1976. Es Licenciada en Relaciones Internacionales. En sus comienzos (2006), se vinculó con Japón por trabajo y estudio. Colaboró con el diario “La Plata Hochi”. Estudió japonés por muchos años en el Instituto Privado Argentino-Japonés Nichia Gakuin. Siempre tuvo interés por la cultura japonesa y sus valores virtuosos (Bushido). Gusta de su literatura, algunos de sus autores predilectos son Natsume Soseki y Yoko Ogawa.