Clásico de ayer, de hoy y de siempre
Considerada una de las películas más influyentes de toda la historia del cine, “Los 7 samurais” cumplió 50 años de su estreno en Japón el 26 de abril de 1954. El film producido por Toho Studios, acabó costando medio millón de dólares y tardaron 148 días en filmarla (cuatro veces más de lo previsto) dada la meticulosidad y la forma de dirigir de Akira Kurosawa.
Hizo construir el set completo fuera de los estudios, en el pueblo de Tagata en Shizuoka y fue en esta película que comenzó a utilizar múltiples cámaras para filmar las escenas de acción desde distintos ángulos.
La película no obtuvo muchos premios en su momento –el León de Plata en el Festival de Venecia para el director–, ni fue un éxito de taquilla, pero el transcurso del tiempo fue dándole el prestigio que tiene tanto por el estilo artístico como por la historia que contaba, inspiración de varias posteriores películas.
Además de Kurosawa, el film es siempre recordado por la actuación de Toshiro Mifune en el papel de Kikuchiyo. El actor cuenta en una entrevista de 1993 que, en realidad la película se iba a llamar “Los 6 samurais”, pero a medida que los guionistas iban escribiendo la historia se dieron cuenta que iba a necesitar un personaje más, alguien un poco más divertido que seis “aburridos” samurais. Es así, que Kurosawa decide agregar el personaje de Kikuchiyo y le reasigna el papel a Mifune para que lo interprete con libertad e incluso con mucho de improvisación.
La trama transcurre en el año 1587 durante el período Sengoku, cuando los habitantes de un poblado agrícola en medio de las montañas recurren a la ayuda de 7 “ronin” para combatir una banda de saqueadores y maleantes que azota a ese pueblo.