«Soy un gato» y «Kokoro», dos de las obras más conocidas de Natsume Soseki se incorporan a nuestra oferta de literatura japonesa.
Un gato crítico y observador
¿Qué tal si un gato observara y reflexionara sobre la familia que lo adoptó y con ello describiera toda una época en Japón?
De eso se trata básicamente “Soy un gato” (Wagahai wa neko de aru), la primera obra escrita por Natsume Soseki que apareció en capítulos entre 1905 y 1906 en la revista literaria Hototogisu.
Un gato perdido llega a la casa del profesor Kushami Chinno y es adoptado como mascota aunque nadie le pone ni siquiera un nombre al minimo. Éste ya instalado, merodea, observa, escudriña y analiza a su dueño, a los miembros de la familia, a los amigos y discípulos del profesor que van pasando por su casa y comenta en tono irónico y con perspicacia lo que nota en esos seres humanos.
A través de la “voz protagónica” del gato, Soseki describe la sociedad nipona de finales de la Era Meiji. Una época caracterizada por el encuentro de la cultura tradicional japonesa con las nuevas costumbres, ideas y modas que venían ingresando de Occidente con la apertura de la Restauración Meiji.
En una adaptación al manga por Tirol Cobato, la editorial Quaterni nos acerca este gran libro. La página especializada Quelibroleo dice: “Conserva la frescura y el humor de la obra original. Y es un modo fantástico de adentrarse, de manera más ligera y desenfadada, en la cual es una de las obras más conocidas del maestro japonés. (…) Garantía de un buen rato entretenido y provechoso.”
El respeto y la amistad entre un joven y su sensei
La conmovedora historia de amistad entre un joven discípulo y su sensei se desenvuelve en una época en que los antiguos valores de la sociedad Meiji van quedando solamente en la mentalidad de la gente que la vivió.
Sin darle nombre propios a los protagonistas, Soseki logra generalizar los conceptos que se desprenden de las historias de los protagonistas: “Yo” y “Sensei”. A través de “Yo”, el protagonista en primera persona, vemos cómo los jóvenes se enfrentan a los dilemas propios de la juventud y la madurez, pero en el Japón de esos tiempos también tienen que tratar de comprender los cambios que se estaban produciendo, y de lidiar con los conceptos como el individualismo y la búsqueda personal frente a las obligaciones familiares o las del grupo de pertenencia.
En la parte de la historia del sensei también se desarrollan los dilemas de juventud aunque insertados en la historia de amor, amistad, culpabilidad y soledad que protagonizan sensei, su amigo K y la futura esposa de sensei. “Yo”, el protagonista, logra obtener el respeto de su sensei al confrontarlo y demostrarle que quiere realmente aprende de su experiencia. Sensei, así, finalmente confiesa su historia en una extensa carta.
Con esta historia, considerada la mejor obra de Soseki, tal vez también podamos comprender un poco más sobre el suicidio entendido desde la filosofía y pensamiento japoneses, ya que se presenta en el relato de los protagonistas en sus diversas causas: por ideología, por amor, por problemas personales.
Kokoro aparece por primera vez en 1914 en el periódico japonés Asahi Shinbun en forma de serie y hoy, en esta versión en manga de Nagi Yoshizaki, llega a través de la Editorial Quaterni hasta los lectores de habla hispana. La crítica reseña que: “La adaptación manga que Nagi Yoshizaki hace de Kokoro constituye una inmejorable manera de acercarse, quizá por primera vez, a una de las obras cumbres de la literatura universal y la oportunidad de adentrarse en el maravilloso universo narrativo del gran genio de la literatura japonesa del siglo XX.” (Víctor Teruel Sánchez en Akihabara Station).