En el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se llevó a cabo la conferencia «Nada entre la luna y yo: literatura escrita por la mujer japonesa«, a cargo de la Prof. Anna Kazumi Stahl, presentando las obras claves de las autoras más influyentes en la historia de la literatura japonesa.
La Prof. Kazumi comentó al inicio de la charla que su objetivo es analizar la escritura sobre la vida de las mujeres y cuestiones no tan visibilizadas para que así puedan adquirir más espacio en una narrativa más completa.
Hubo tres autoras japonesas que destacó también con el objetivo de difundir más sus obras, ya que tal vez no son tan conocidas como otras autoras fuera de Japón.
La primera de ellas es Hiromi Kawakami (Tokyo, 1958), una escritora reconocida en Japón, que fue profesora de biología, y que en palabras de la Prof. Kazumi, “tiene una dimensión de empujar inquietantemente lo conceptual”. A ello agrega que en su literatura trata de transmitir que la mujer no caiga en el romanticismo. A su vez, muestra condiciones de restricción que afectan a la mujer, y que a través de su literatura trata de buscar una salida.
Entre sus cuentos, se puede mencionar “Dios” (“Kamisama”, 1994) y “No pises una víbora” (1996). El primero lo reescribió luego del terremoto y tsunami de 2011, manteniendo la trama, pero incorpora además elementos del desastre. Mientras que el segundo, está compuesto por tres cuentos largos. En uno de ellos la trama gira en torno a una joven que pisa una serpiente y ésta se convierte en una mujer anciana que le dice que es su madre y termina viviendo con ella. Es una crítica social de las muchas “serpientes” con las que uno puede terminar viviendo sin conocer quiénes son verdaderamente o los secretos que pueden estar ocultando.
Por otra parte, las tres novelas de Kawakami publicadas por la editorial Alfaguara son “El cielo es azul, la tierra blanca”, “Algo que brilla como el mar” y “Los amores de Nishino”. El primero, explica Anna Kazumi, es una historia de amor en todas sus formas. Con esta novela ganó el Premio Tanizaki. La reseña de la segunda novela mencionada cuenta que “es la historia de unos personajes que sienten que en el mundo donde viven no hay lugar para ellos” y en la tercera novela, a través de las mujeres que se relacionaron con Nishino, se va construyendo la figura de este hombre seductor e inalcanzable.
En el 2014 la autora recibió el premio Yomiuri y en el 2016 el premio Izumi Kyoka.
La segunda autora destacada en la conferencia fue Minae Mizumura (Tokyo, 1951), escritora y ensayista japonesa. Una de sus obras mencionadas y recomendada es “La herencia de la madre”, de editorial Adriana Hidalgo (con traducción de Tomoko Aikawa). Mizumura trata el tema de la vejez de los padres, algo recurrente en sus obras. En el caso de esta novela, “narra las vivencias de una mujer ante dos situaciones cruciales: su ruptura matrimonial y la muerte de su madre”.
Finalmente, la tercera autora destacada fue Yoko Tawada (Tokyo, 1960), que se formó con estudio de literatura rusa en la Universidad de Waseda. Por trabajo de su padre, que amplió en Alemania la librería de la que era dueño, estudió en la Universidad de Hamburgo literatura alemana, llegando a dominar este idioma.
Según comentó Kazumi, es una autora muy interesante con una escritura experimental. En novelas cortas escribe en alemán y en japonés alternando los dos idiomas en la misma escritura. “La autora dice que eso le hace recordar constantemente que la lengua no es un vehículo que deba naturalizarse para la vivencia humana. Es casi una aproximación”, explica Kazumi.
“Memorias de una osa polar” (2018) de editorial Anagrama, es una novela de la autora que trata la historia de tres generaciones de osos polares, “osos con raciocinio y sentimientos propios de los humanos, que actúan en circos o viven en zoos, pero que también escriben sus memorias”.
Lo que le fascina a Anna Kazumi es la forma en que la novela demuestra cómo el periodismo, los medios sociales y a veces el público mismo, al perder la conexión con lo que es la naturaleza, puede llegar a armar un circo de la vida de un animal.