Ruka, una chica que vive en un pueblo pesquero, visita a su padre en el acuario del mismo y conoce a Umi y su hermano mayor Sora, dos chicos con una historia muy particular que la llevará a aprender más sobre su familia, la relación con sus semejantes y sobre sus sentimientos.
Siempre agradezco cuando puedo ir al cine y disfrutar de una película animada, más si es japonesa, porque ese país logró despegarse de la animación occidental a la que suelo estar acostumbrado. Si bien la película me dio lo que esperaba, me dejó algunas cosas más.
Con una narrativa clásica, es una historia que por momentos me hacía replantear si estaba en lo correcto y si la misma es clara y concisa. Esta película me habla de los vínculos que tenemos y transmite calidez, la misma que Ruka siente cuando Umi toma su mano.
El arte por momentos me recuerda al de Masaaki Yuasa y me regala uno de mis fetiches que son escenas en blanco y negro en donde puedo sentir que estoy viendo una página del manga dibujada por Daisuke Igarashi, su creador, acompañado por una banda sonora que para mi oído al que le cuesta escuchar, se plantó, sumado a los sonidos de animales y del mar con los que cierra su ending Umi no Yurei, escrito e interpretado por Kenshi Yonezu.

Si algo brilla, es porque desea ser observado
Esta película me contó la historia de una niña que se pierde en un inmenso océano y busca el lazo que la regrese a la tierra con sus afectos; de la calidez que esos afectos nos brindan y cómo ellos brillan para que ella (y para que nosotros) no nos perdamos en el inmenso océano de la vida.

Ficha
Título: El espíritu del mar (Kaiju no Kodomo)
Basada en el manga del mismo nombre de Daisuke Igarashi.
Producción: Studio 4C Eiko Tanaka
Director: Ayumu Watanabe
Duración: 111 minutos
País: Japón
Idioma: Japonés
Por Gabriel Conversano
Estudiante de artes audiovisuales y autodidacta de comunicación, apasionado por la cultura japonesa. Entre sus intereses, se encuentran la historia y antropología, los medios audiovisuales y el entretenimiento audiovisual.