Cómo vemos en la actualidad la medicina complementaria – Última parte
En esta segunda nota, la profesora Yoshida -creadora de la Escuela Ruo-Shi de Reflexología, Digitopuntura y Auriculoterapia- nos explica más sobre las distintas terapias de la llamada medicina complementaria en la que actúan la música, los paisajes, la presión puntual en distintas partes del cuerpo y la “energía reiki”.
La terapia de paisajismo consiste en mostrar paisajes tranquilos y relajantes a los pacientes, escenas que evocan calma y tranquilidad. Estos paisajes se pueden ver en un ambiente oscuro mediante la proyección de diapositivas o de videos, o bien en libros de arte u obras de arte reales. La terapia de paisajismo a menudo se usa como técnica de distracción para ayudar a controlar el dolor y la ansiedad.
La musicoterapia es una forma de arte expresiva diseñada para ayudar a los individuos a alcanzar armonía y equilibrio, y también a liberar sus emociones y relajarse. Las personas exploran sus problemas emocionales, espirituales y de conducta tanto escuchando como interpretando música. Los tratamientos están a cargo de músicos terapeutas que diseñan programas musicales para estos fines.
El reiki es una forma de sanación espiritual japonesa. Esta medicina complementaria tiene su origen en el antiguo budismo tibetano, aparentemente olvidada hasta su redescubrimiento a finales del siglo XIX. El objetivo del reiki es propiciar la salud, mantener el bienestar y ayudar a las personas a alcanzar una mayor conciencia.
Los terapeutas utilizan la «energía reiki» y la canalizan hacia las áreas donde la necesitan ellos mismos y sus pacientes. Utilizan terminología de la física, afirmando que el reiki actúa en el nivel atómico, haciendo que las moléculas del cuerpo vibren a mayor intensidad y disolviendo así los bloqueos de energía que producen falta de armonía y enfermedades.
Una sesión de tratamiento dura aproximadamente una hora; el terapeuta dirige la energía reiki a través de sus manos hacia el paciente. El paciente se recuesta vestido en una camilla o sentado en un sillón y el terapeuta sostiene las manos sobre o encima del cuerpo del paciente en distintas posiciones básicas durante unos cinco minutos en cada posición. Se dice que esto equilibra los centros de energía del cuerpo llamados “chakras».
La digitopuntura es un arte curativo originario de Oriente que posee más de 5000 años de antigüedad. Igual que la acupuntura, se basa en los principios de la medicina tradicional china, sólo que en lugar de utilizar agujas se utilizan los dedos, las manos y los codos con una presión directa a través del masaje shiatsu (es una variación de digitopuntura japonesa rítmica, que se puede utilizar como medicina preventiva al igual que la reflexología, manteniendo un equilibrio energético y circulatorio). Los puntos de tratamientos se encuentran sobre canales energéticos llamados meridianos, que actúan sobre bloqueos ayudando al cuerpo al auto-restablecimiento con las propiedades curativas del organismo. Con la digitopuntura se alivian dolores y tensiones musculares, se eliminan toxinas, se refuerza el sistema inmunitario y se mejora la flexibilidad.
La reflexología considera que los pies son un espejo del cuerpo, por eso al aplicar presión en determinadas áreas que corresponden a los órganos afectados, se pueden aliviar síntomas como el dolor, el desequilibrio energético y circulatorio. La reflexología podal está cada vez más difundida en muchos centros de cuidados paliativos.
La auriculoterapia está basada en la idea de que la oreja es una representación completa del cuerpo y dado que se practica por medio de las agujas chinas y otros elementos como micro-esferas, semillas de Vaccaria se presenta como una rama de la acupuntura.
Su origen es incierto, pero sin duda proviene de Oriente. El francés Dr. Paul Nogier entre 1954 y 1956 fue el primero en crear una cartografía detallada del pabellón auricular. Este método de tratamiento es un microsistema de acupuntura por medio del cual se diagnostican y se tratan diversas enfermedades, consiste en la estimulación de terminaciones nerviosas que se encuentran en el pabellón auricular y se conectan con el cuerpo, que al ser estimuladas tendrán un efecto favorable en el organismo.
Los masajes terapéuticos que desarrolla la Escuela Ruo Shi constituyen una forma de medicina complementaria preventiva que estimula las terminaciones nerviosas del cuerpo en su totalidad. A su vez, se presionan zonas específicas para inducir la relajación y la buena circulación sanguínea y energética para obtener el beneficio de la calma y el equilibrio corporal mediante el buen funcionamiento de todos los sistemas.
Hay distintos tipos de masajes (por ejemplo: el shiatsu, la reflexología, la digitopresión, la auriculoterapia, etc.) que ofrecen muchos beneficios para los pacientes como el manejo del estrés y la ansiedad, o mejorar el humor, generar la relajación y controlar el dolor.
En los pacientes que se someten a cirugía, la aplicación de un masaje apropiado puede ayudar a la cicatrización de las áreas de incisión y puede evitar o reducir la formación de cicatrices. La aplicación de masajes en los pies ha demostrado tener un efecto positivo sobre la percepción del dolor, el desequilibrio emocional y la relajación de los pacientes.
Pero por otra parte, hay situaciones en las que el masaje puede suponer un riesgo y se aconseja no aplicarlos o modificar las técnicas a utilizar. Por ejemplo, no se deben administrar masajes cuando existan signos de infección en el área de la cirugía. Tampoco se recomienda masajear las piernas inmediatamente después de una cirugía, ya que el paciente puede desarrollar coágulos sanguíneos.
Los pacientes que reciben radiación no deben masajearse durante el tratamiento en el área del campo de radiación, ya que los masajes pueden irritar la piel irradiada. Durante la quimioterapia, a menudo los pacientes son más propensos a sufrir infecciones, anemia o contusiones. En ese momento deben tomarse precauciones especiales y no se debe aplicar masajes. El uso de los masajes como complemento del tratamiento para el cáncer debe consultarse con el médico a cargo del tratamiento del paciente, a fin de conocer los riesgos y detalles acerca del estado del mismo, es decir para ser más específicos, se necesita haber concluido el tratamiento oncológico (rayos o quimioterapia) para poder ser atendido por el terapeuta.