La Dra. Cecilia Onaha está encabezando el proyecto de reapertura del Archivo Permanente de Historia de la Colectividad Japonesa en la Argentina y por ese motivo, nos envió esta carta.
El conocer la cultura de la cual provienen nuestros antepasados, nos permite saber por qué somos así hoy, y además nos dota del conocimiento de nuestra cultura de origen, para aportar conscientemente a la constante construcción de la que es ahora nuestra cultura, la argentina.
La Asociación Japonesa en la Argentina, se ha propuesto retomar el trabajo que había iniciado en 1987, con la primera creación del entonces Museo, Archivo y Biblioteca de la Inmigración Japonesa, ubicado en la Casa del Té del Jardín Japonés, según consta en la Memoria de la Asociación, presentada en la 62°Asamblea General Ordinaria del 30 de abril de 1988. Yo participé de ese proyecto y por ese motivo he aceptado dirigir la comisión integrada para llevar adelante el proyecto de reapertura del ARCHIVO PERMANENTE DE HISTORIA DE LA COLECTIVIDAD JAPONESA EN LA ARGENTINA. He aceptado encabezar el grupo para este proyecto y a tal fin, estoy pidiendo a muchos colaboradores, colegas y amigos que me apoyen. Paralelamente a la organización de grupos de trabajos sobre distintos temas y líneas de investigación, estamos reacondicionando un espacio en lo que fuera la sede de la Mutual Nikkai.
El momento es muy propicio. AJA cumplirá cien años en el 2016, es la entidad que dio origen a la estructura institucional de la colectividad. Incluso hoy presta su espacio a la Federación de Asociaciones Niponas. La historia es su principal patrimonio y ofrece albergar la historia de toda la colectividad. Todos aquellos que deseen participar también en esta tarea, sin ningún tipo de distinción institucional, serán muy bienvenidos. Próximamente facilitaremos una dirección de correo propia para comunicarse, mientras tanto se recibirán propuestas tanto en la sede social de AJA, como a mi correo electrónico conaha@gmail.com
Desde ya, muchas gracias.
Dra. Cecilia Onaha (UNLP – AJA)
Este es un proyecto que no se limita a los socios de AJA, sino que siendo para toda la colectividad, la información estará disponible para todo aquel interesado en diferentes temas relativos a ella.
Para saber más comunicate también con la Asociación Japonesa en la Argentina, tel. 4300-1182, e-mail: asocjaponesa@yahoo.com.ar
Nuestro granito de arena
Como medio de difusión de las costumbres y la cultura japonesa en Argentina, en Alternativa Nikkei creemos que preservar la historia es el mejor legado para las futuras generaciones y la manera más respetuosa de honrar a todas las personas que nos antecedieron en la construcción de la colectividad japonesa en nuestro país.
«Historia de ponjas» de Carlos Asato
Cada nikkei, cada familia japonesa tiene su historia de vida y todas ellas aportan a la historia de la colectividad. Algunas las podemos contar con más o menos detalles porque los protagonistas fueron dejando su relato oral en reuniones familiares o e confesiones más íntimas y personales. Pero seguramente la parquedad es un denominador común entre los japoneses, inmigrantes que dejaban mucho en Japón y que, por diversas cuestiones de idiosincracia, o carácter, no hablaban mucho, sólo trabajaban y trabajaban.
A Carlos Asato le «tocó» una familia así podemos decir, un padre que demostraba su amor con el trabajo día a día en la tintorería, y no con expresiones efusivas o manifestaciones de contención y diálogo. Su padre Choshun nunca le habló sobre su familia en Okinawa ni de su travesía hasta Argentina para recalar en Victoria, provincia de Entre Ríos. Menos aún pudo sonsacarle a su padre qué pensaba del secuestro y desaparición de su hijo Juan durante la dictadura militar del 76. Choshun nunca habló de ese tema.
Carlos entonces siente la necesidad de construir esa historia que nunca fue contada, una historia que lo tiene como uno de los protagonistas, una historia que revive tiñendo con ficción esos baches biográficos de su familia. Algo que podría haber pasado tranquilamente, pero que no puede asegurar que haya sido así.
«A mediados de 2011 comencé a escribir relatos buscando a mi padre y a mi hermano desaparecido. Buscar significaba para mí lo que antes de irse no me habían dicho y sentí que escribiendo ficción iba a traerlos a la vida para que me hablaran. Así renglón a renglón fueron apareciendo estos relatos que paralelamente me «sanaron» y permitieron encontrarme con la historia familiar que desconocía o que tenía escondida y no había podido expresar«, así inicia su prólogo el autor y nos da una idea de cuál fue su búsqueda y cuál fue el resultado plasmado en el libro.