Una de las mayores exposiciones astronómicas, patrocinada por la Universidad de Tokyo y la Universidad de Antofagasta, tuvo lugar durante todo el mes de julio en la ciudad minera del norte de Chile, Antofagasta. Los visitantes se deleitaron con entretenidos talleres de cultura y astronomía japonesa.
«TAO»: Un proyecto de renombre en Japón y Chile
Cientos de científicos astronómicos japoneses, después de años de investigación sobre la formación de los cuerpos celestes, decidieron por el año 2014-2015 tomar la iniciativa en una de sus mayores ambiciones: concretar la construcción de un telescopio en estructura de plata con tecnologías de visión infrarroja optimizada. Éste contará con un diámetro de 6,5 metros de altura, y su ubicación exacta será a unos 5.000 metros sobre el nivel del mar en las instalaciones astronómicas del cerro Chajnantor, en el desierto de Atacama, uno de los más áridos del mundo.
Las investigaciones a futuro llevadas por medio de las observaciones a través de este telescopio ayudarán al posible descubrimiento del origen y formación de los planetas, además de comprender en profundidad el comportamiento natural de los astros y las galaxias.
La apuesta del «Tokyo Atacama Astronomy» es promovido bajo colaboración mutua entre el Instituto Astronómico de Tokyo y los departamentos de astronomía de las universidades de Chile (Pontifica Católica y Antofagasta) y Japón (Tokyo Daigaku y Kyushu Daigaku), bajo las instalaciones del proyecto ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array).
Es un conjunto liderado por los organismos asociados entre la Unión Europea, Japón y Norteamérica, en cooperación con la República de Chile.
La docencia dentro de los parámetros astro-científicos
Durante el mes de Julio los equipos y laboratorios del observatorio se trasladaron a las dependencias del centro cultural «La Estación» (sector urbano de la ciudad de Antofagasta), donde se dieron a conocer tipologías de los avances tecnológicos astrales del proyecto en un mecanismo interactivo a escala pequeña para el acaparamiento de los estudiantes de primaria y secundaria.
La muestra también contó con colaboraciones y visitas de diversas instituciones sin ánimos de lucro, así como organismos culturales, como la «Agrupación Cultural Japonesa de Antofagasta«.
Cámaras térmicas, módulos de realidad virtual intergalácticos y simuladores de gravedad atmosférica fueron unos de los atractivos más potentes de la exposición. La tecnología fue traída directamente desde el departamento de mecánica aplicada de la Universidad de Kyushu y suministrada por colaboración de monitores del plantel especializado de la unidad de astronomía de la Universidad de Antofagasta.
El papel de los nikkeis chilenos en la muestra
A la muestra científica asistió la agrupación nikkei de la ciudad, quienes de manera estratégica concentraron actividades de acuerdo a las temáticas de los talleres científicos dictados para dar una visión más exacta de los conceptos nipones en la muestra, y así propiciar un ambiente mucho más amigable desde y hacia los monitores nativos japoneses.
La iniciativa fue encomendada a la Directora del Programa Explora de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica de Chile, Gladys Hayashida Soiza, quien además fue gestora cultural en las anteriores muestras de colectividades extranjeras de la región representando al país asiático.
A ella se le sumaron la profesora de lengua japonesa y ex JICA, Keiko Kajiwara, el decano de la facultad de geología (UCN), Shoji Kojima, como así también destacados nikkeis de la ciudad: los señores Ovidio y Haydee Shiray, ex directivos de la agrupación japonesa, y el encargado de comunicaciones y relaciones públicas de la actual agrupación, Mario Guardia-Hino, quien escribe el presente artículo.
Los talleres, además de enseñar técnicas tradicionales sobre temas como la lengua japonesa, su caligrafía y actividades folclóricas, también se centralizaron en la comprensión y posterior concientización de los legados japoneses dejados hace más de 50 años en las costas del norte de Chile. Uno de los invitados especiales a la jornada de charlas comunitarias fue el señor Máximo Matsuda, nisei (segunda generación de descendientes), quien fue partícipe activo de la construcción y posterior reconstrucción del emblemático «Parque Japonés de Antofagasta».
El evento finalizó con un llamativo taller de origami virtual para niños, encomendando la realización del símbolo de «grulla de paz» por papiroflexia a la asistente y monitora Kimie Mitsue Shiray.
Como dato extra, debemos mencionar que la Agrupación Cultural Japonesa de Antofagasta se encuentra activa y simbolizada bajo el icónico parque japonés de la región, fundado en el año 1963. Aquí los descendientes y nativos del país del sol naciente buscaron fortalecer sus legados. El parque fue construido por la propia mano de obra de los colonos y sus familiares y sustentado de manera financiera por representantes de la empresa de rentabilidad social minera «Nippon Minning», en ese entonces.
CRÉDITOS:
-Fuente consultada bajo autorización personal por Aiko Masuhara Periodista y Corresponsal U.Tokyo http://www.ioa.s.u-tokyo.ac.jp/TAO/
-Entrevistas obtenidas de manera personal y presencial.
-Autorización intelectual por Aracelly Herrera, Coordinadora de Educación y Extensión Unidad de Astronomía de la Universidad de Antofagasta.